Uno de cada 100 argentinos es celíaco, según datos y estimaciones oficiales, sin embargo solo uno de cada nueve celíacos recibieron un diagnóstico. Es decir que los otros ocho desconocen su condición y no están en tratamiento adecuado con la dieta libre de gluten.
La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten, un conjunto de proteínas que se encuentra en el trigo, avena, cebada y centeno (TACC), que afecta la mucosa del intestino delgado de las personas con predisposición genética y disminuye la capacidad de absorber nutrientes. Esta enfermedad puede aparecer en cualquier momento de la vida, desde que se incorpora gluten a la alimentación hasta la adultez avanzada.
“Como es una enfermedad que empieza en el intestino afectando la absorción de nutrientes, los síntomas pueden ser muchos y muy variados”, explicó la médica gastroenteróloga (MN 117.253) Guadalupe Luzuriaga. Diarrea crónica, distensión y/o dolor abdominal, pérdida de peso y desnutrición son algunos de los síntomas típicos pero también existen otros que pueden ser indicio de la enfermedad: anemia, infertilidad, pérdida de embarazos recurrente, talla baja, alteraciones del esmalte dental, aftas recurrentes, dermatitis herpetiforme, entre otros.
“Esta es una enfermedad con tantos síntomas que muchas veces se confunde con otras enfermedades y se demora su diagnóstico”, destacó Luzuriaga. Y agregó “por eso es muy importante el índice de sospecha, la concientización y visibilización de la enfermedad”. En sintonía, la licenciada en Nutrición (MP 263) y miembro del Consejo Directivo del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires, Andrea Baistrocchi, aseguró que “es fundamental su diagnóstico temprano para el tratamiento oportuno y así evitar complicaciones”.
Una vez confirmado el diagnóstico, “el único tratamiento es seguir una dieta libre de gluten estricta y de por vida”, advirtió Baistrocchi, quien señaló que esta dieta “implica mucho más que un listado con alimentos permitidos y prohibidos, la dieta libre de gluten debe ser completa y variada, con pocos alimentos ultraprocesados y muchos alimentos naturales, como son frutas y verduras, por lo que para un correcto tratamiento es importante consultar con un profesional de la nutrición”.
La adherencia a la dieta libre de gluten es un enorme desafío para las y los celíacos; es muy difícil ya que es estricta, sin transgresiones y de por vida. Puede llegar a ser un cambio de hábitos alimentarios radical pero no cumplirla puede ocasionar complicaciones en el organismo.
De esta manera, el acompañamiento de familiares y amigos de la persona con celiaquía es una de las estrategias fundamentales para lograr la adherencia al tratamiento, por eso es necesario que todos ellos estén bien informados. “El trabajo es en equipo: la persona con celiaquía, sus familiares y amigos, médico, nutricionista y grupos de apoyo”, concluyó Baistrocchi.
Fuente: INFOGEI