Las dietas escasas en frutas y verduras y ricas en sales, alimentos procesados y demás, tiene un impacto en la salud mundial representando el 70% de los costos ocultos. El organismo pidió «actuar urgentemente» para revertir la situación.
A nivel mundial, el impacto en la salud representa el 70% de todos los costos ocultos de la producción alimentaria, los cuales también hay que tener en cuenta que integran los costos sociales y los ambientales.
Las dietas responsables de la mitad de este costo sanitario son aquellas dietas bajas en cereales integrales, los cuales son reemplazados por productos refinados (algo bastante común excepto en algunos países africanos o en India).
A esta problemática alimentación se le agregan las dietas bajas en frutas, un problema global, y las dietas ricas en sal que producen de los mayores impactos al ser responsables de la mitad de este costo sanitario.
También, se agregan a la lista las dietas altas en carnes procesadas (como salchichas y embutidos), en carnes rojas, y pobres en frutas, verduras y legumbres.
Cuál es el costo de esta alimentación
Según los países, esta carga oculta representa hasta un 10% del PIB, especialmente en aquellos Estados emergentes, que según el informe, abarca a 153 países y al 99% de la población mundial.
La estimación realizada es mínima, ya que el cálculo no incluye fenómenos de desnutrición, los cuales también tienen un alto costo, subraya la FAO, al mismo tiempo que destaca «la necesidad de compromisos nacionales más ambiciosos» a todos los niveles, desde productores hasta consumidores.
La organización advierte el riesgo de que los cambios recaigan únicamente en los agricultores, que se encuentran en «primera línea», y quienes deben tener un mejor acceso a las tecnologías y a una remuneración justa por sus servicios ecosistémicos.
(fuente: https://www.ambito.com/)