por Pablo Stein –
En la medida que se iban trazando las vías ferroviarias en Entre Ríos, cada 18 kms era necesario crear estaciones para reaprovisionar de agua a las locomotoras que funcionaban a vapor.
Fueron estas estaciones el motivo por el cual existen actualmente tantas pequeñas poblaciones en la geografía entrerriana.
Por lo general se buscaba el nombre de alguien que tuviese alguna injerencia en la zona para darle nombre a las estaciones.
El arroyo a unos 5 kms de la actual población era conocido como Barú, pero nada figuraba en los registros oficiales y se resolvió darle el nombre de Estación Barú a ese tramo ferroviario que uniría a Caseros con San Salvador.
Arroyo Barú, trascendió recién cuando en el año 2007, un vecino de la localidad, Sergio Uribarri, fue elevado a la gobernación de la provincia.
Gracias a la labor de los padres curas Eliseo Melchiori y Omar Ojeda hoy se conoce mucho más de los orígenes de esta población, así como también de los escritos dejados por un exsecretario de Urquiza, don Juan Coronado.
Unitario en Entre Ríos
Amigo de Pedro Espino (1799-1840), el coronel nacido en C. del Uruguay y que durante breves meses fue el gobernador analfabeto de Entre Ríos en 1831 era de dudosa lealtad política ya que solía cambiar de bando con facilidad. Barú siempre se mantuvo fiel al partido unitario y reconoció a Mitre, El “Manco” Paz y Lavalle como sus camaradas.
Expropiado
Francisco Barú poseía una gran fortuna y compro campos en Entre Ríos en una zona estratégica y muy afín si se invadía la provincia cruzando el rio Uruguay a la altura de la Calera Barquín (Actual Parque el Palmar).
La actual Comuna, categoría 1, de Arroyo Barú tiene 8.212 hectáreas. No sabemos si la estancia de don Francisco tenia estas dimensiones, pero sí que era extensa.
Lo cierto es que muy cerca de la estancia del unitario se estableció Fructuoso Rivera que había invadido al frente de unitarios orientales y argentinos una vez más la provincia de Entre Ríos y las tropas federales al mando de Oribe y el gobernador entrerriano Justo José de Urquiza obtuvieron sobre ella un triunfo aplastante en Arroyo Grande el 6 de diciembre de 1842.
Sin dudas, Barú no era ajeno a las maniobras unitarias y el general Urquiza procedió en 1843 a la expropiación de todos los campos pertenecientes a partidarios del partido Unitario y Barú fue uno de los perjudicados que además de perder sus tierras fue acusado de “Salvaje, traidor, anarquista y loco unitario”
Los reclamos de Barú
El 23 de octubre de 1859, Urquiza en la segunda batalla de Cepeda, volvió a derrotar a los unitarios, aunque por entonces Urquiza, presidente de la Confederación estaba más preocupado por los negocios personales, que por aplastar definitivamente al partido unitario y en 1860 viajó a Buenos Aires para entrevistarse en su quinta (Actual Museo Histórico nacional) con Gregorio Lezama y Barú fue uno de los asistentes a dicha reunión y en la cual hubo un principio de acuerdo que llevo a Bartolomé Mitre a que al año siguiente lo visite en su palacio de San José.
Esperanza frustrada
Urquiza había prometido devolver o comprar las propiedades confiscadas, pero “El señor Barú conocía poco al general” afirma don Juan Coronado y se apersono el mismo en San José para reclamar la devolución de su estancia.
Urquiza lo recibió en su despacho y “estando allí se desprendió el chaleco, poniendo la mano sobre la empuñadura de un puñal que tenía colocado en la cintura y le dijo después de cambiar algunas palabras: Los salvajes unitarios no tienen nada en Entre Ríos. Todo lo que hay es mío”.
La indignación de Barú fue tremenda. Volvió a Bs. Aires y desde la prensa fustigo fuertemente a Urquiza, razón por la cual este le inicio juicio por injurias patrocinado por el Dr. Esteban María Moreno, juicio que gano en 1869.
Sin embargo, el castigo infligido a Barú consistió en que fuera ignorado por todos los escritores empeñados en esconder las acciones y los hechos que dañan la figura de Urquiza y hoy el coronel Francisco Barú y Maravillan es desconocido para los habitantes de Entre Ríos.
Bibliografía consultada:
Juan Coronado; “Misterios de san José” Tomo I