por Pablo Stein –
Cuando Bartolomé, Mitre escribió “su” historia, tenía un propósito: Enterrar a los que, para él y su clase, eran “bárbaros desorganizados”.
Veamos un ejemplo concreto:
Artigas, creador del federalismo, luchador incansable por la independencia, con un claro contenido de integración en el cual no había distinciones por el color de la piel o el origen racial de los habitantes, era para Mitre uno de estos bárbaros. Artigas fue el primer patriota en declarar en el histórico Congreso de Oriente llevado a cabo el 29 de junio de 1815 en C. del Uruguay, la independencia de España y de toda dominación extranjera, mientras Buenos Aires y sus ejércitos seguían enarbolando el pabellón de Fernando VII.
No existe un solo párrafo de Mitre sobre esta declación de independencia de la Liga de los Pueblos Libres que presidia el caudillo oriental, ni sobre la bandera que flameaba como símbolo de su libertad en cada población de estos territorios y que es la misma que hoy es la bandera de Entre Ríos.
Esta particular manera de interpretación de Mitre fue la seguida por la historia oficial, y con ella se borró o se minimizó a unos para llevar al panteón de los próceres a otros, ocultando en todo lo posible la verdad de los hechos.
Fue así como quienes encabezaron la resistencia popular contra el modelo de sociedad impuesto a partir de la llamada “generación del 80”, no aparecen en los textos oficiales o aparecen distorsionados.
Que proponemos
Nuestro propósito es aplicar la dialéctica para analizar la historia de nuestro pais y esto significa tener un pensamiento activo que permita interpretar los porqués de nuestra sociedad actual.
La pasividad que encontramos ante temas que afectan a la comunidad, llevan a indagar sobre los sucesos históricos que nos llegaron deformados o fueron ocultados por quienes detentaron el poder en nuestro nacimiento como Nación, a los efectos de mantener sus privilegios, de los cuales aún siguen disfrutando pese a los más doscientos años transcurridos desde la revolución de mayo.
Si no comprendemos el pasado, será inútil intentar construir el futuro.
Sin pasado nunca podremos comprender los sucesos que ocurrieron y que a veces nos parecen absurdos o inexplicables, pero si logramos conocerlo podremos apoyarnos en él, para buscar una salida efectiva a los problemas.
Hay futuro
En concreto, debemos releer e interpretar los escritos del pasado sobre todo aquellos que nos fueron ocultados y ahondar lo mejor posible en los detalles sutiles, incluso insignificantes, pero también en las ideas de quienes dieron el primer grito de libertad unido a sus convicciones de igualdad, fraternidad y justicia social.
Es cierto que se publican muchos libros interesantes sobre historia, pero muy pocos dan ejemplos sobre la verdadera.
Para que un historiador pueda dar una versión imparcial de los hechos debe tomarla como una disciplina científica y combatir los defectos propios como la tendencia a dejarse llevar por quienes aportaron su pluma como el ya citado Mitre, que lo hizo para justificar el asalto de la oligarquía al poder transformando en héroes civiles o militares a personajes que nunca lo fueron y que sin embargo él revindicó como tales y que fue tomado por escritores tanto de derecha como de izquierda.
Fue así como adquirieron el rol de personajes esenciales, individuos nefastos como Rivadavia, el enemigo acérrimo de José de San Martin; Sarmiento, que destruyó nuestra provincia; o Julio Argentino Roca, el genocida gran amigo del Imperio Ingles, esto solo por nombrar a los más conocidos.
Bibliografía consultada:
Leonardo Paso; “Compendio de historia argentina”; Ediciones Directa; Avellaneda; 1961.