Por Alfredo Guillermo Bevacqua –
¿Porqué La Ciudad? Puede parecer que no nos esforzamos en la elección del nombre. Es probable que si rendimos “Creatividad”, no aprobemos. Pero hemos elegido un nombre que nos contiene, porque mas allá que los temas serán variados y muchas veces no estarán ceñidos al limitado ámbito que va desde el riacho Itapé hasta la 35 del Oeste (perdón, Don Carlos Granillo Posse, que Ud. fue muy importante para reemplazar su nombre por un número), lo haremos desde aquí, con nuestra visión, siempre lejana, como parece ser todo lo que surge del interior.
Será desde nuestra ciudad. Esa misma que ha tenido cimas de gloria y sus simas de tristeza y duelo. Por ella ha pasado la historia mas variada y dramática. Hombres sabios, geniales, valientes, locos de sueños de grandeza. Y ha llegado el aliento de civilizaciones milenarias, con rostros ensombrecidos de añoranza por la tierra suya y lejana, pero henchidos de esperanza, exultantes en el trabajo, para olvidar tal vez, pero al cabo engradeciendo esta tierra que abría sus brazos.
La Ciudad, es nuestra ciudad. Es cierto., tal vez cinco décadas atrás podía preverse un presente mejor. O mas acá en el tiempo cuando casi al unísono, producto del batallar de soñadores implacables, surgían tres universidades y de esa forma imaginar que el valor del conocimiento devolvería el antiguo esplendor, la alegría de ser orgullosos del pasados, pero además ser protagonistas intensos de su actualidad e imaginar con pasión un futuro, con visión y destino.
Con frecuencia hemos escuchado decir , casi despectivamente, “esta ciudad”; como si les fuera ajena, porque no podemos eludir las responsabilidades del presente, porque aunque suene “trillado” este presente, es de cada uno.
Hoy iniciamos un camino en La Ciudad. Ojalá que podamos cumplir con nuestro propósito de aportar ideas para una ciudad mejor; difundir lo mucho de bueno que en ella existe; volver visibles a los anónimos e invisibles de hoy que construyen día a día dando mucho y recibiendo poco; entretener, con historias del pasado lejano y reciente; mostrar la profusa y desconocida actividad artística de una ciudad capaz de dar vida a un centenar de bandas musicales; a artistas que triunfarían en cualquier escenario, pero eligieron éste; rescatar todo aquello que es el eco de una generación nueva y viejísima que supo tener una voz estentórea, sonora y con la permanente esperanza de recuperar la capacidad de rebeldía que se transformó en energía y acción para dar vida a la Patria.
Esta es La Ciudad. Podemos rescatar en esta presentación, identificándonos, el bellísimo poema del entrerriano Julio Federick cuando nos dice:
MI LUGAR
Yo me apego a la tierra en que he nacido,
aquí están mis recuerdos y mis sueños,
aquí creció la sed de mis empeños
y aquí seré feliz o habré perdido.
Para vivir prefiero lo querido,
mi gente y mi ciudad, que son mis dueños,
el fuego del hogar ardido en leños
como arde el corazón, cuando está herido.
Aquí aprendí a querer, aquí he cantado,
aquí también sufrí y aquí he llorado
como el niño que fui, de cara al río.
Por eso no me voy, porque no puedo,
porque éste es mi lugar y aquí me quedo;
otro será mejor, pero éste es mío.
JULIO FEDERIK (poeta)