Por María Candelaria Churin[2] y Aída Toscani[3] –
Introducción
El presente trabajo se enfoca en el análisis de la trayectoria de Tadea Jordán por su activa participación en la afirmación de los intereses de su terruño. Consecuencia lógica tras haber constituido esta familia, el núcleo fundacional de la villa de Concepción del Uruguay.
La investigación fue abordada de manera interdisciplinaria desde la Historia y la Antropología donde, lo teórico epistemológico adscribe a la corriente historiográfica de la Historia de Mujeres, pero enriquecida por la perspectiva de Género. Desde estos enfoques se plantea la necesidad de recuperar la presencia de las mujeres en sus diferentes aspectos: vida social, personal, económica, política y sobre todo, enfatizar el aspecto social de la relación entre géneros. (Ramos Escandón, 2001: 9) El acceso de las mujeres al universo político y al mundo de la guerra, provocó cambios en la organización de las relaciones sociales, que empujaron a modificar las representaciones del poder (Scott, 1990: p.23)[1]
La investigación es un primer adelanto de un trabajo mayor que se inicia con la revisión de la bibliografía existente en las bibliotecas de Concepción del Uruguay, de la Escuela Normal, Colegio Nacional y Biblioteca El Porvenir.
Los historiadores consultados fueron: Benigno Tejeira Martínez, Historia de la provincia de Entre Ríos, publicado en 1900-1901 T I y II; Anibal Vázquez Caudillos enterrrianos. Ramírez Tomo I, 1937, Carmen Miloslavich de Alvarez Hacia un largo fondos de años. Genealogía uruguayense; Miguel Angel Gregori Revista SER. Año 1. 1962; Urquiza Almandoz. Historia de Concepción del Uruguay. TI. 2002; Lili Sosa Newton. Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas. Beatriz Bosch. Historia de Entre Ríos. 1978.
Todos los autores revisados responden a la forma historiográfica del positivismo. Los sujetos descriptos son principalmente las figuras relevantes, con prevalencia de varones. Las investigaciones, científicamente realizadas, se respaldan con documentación que validan la descripción de los hechos, por lo cual son un valioso aporte a la Historia Local.
Desde la perspectiva positivista, las mujeres ocupan papeles muy secundarios. Motivo por el cual al buscar datos de Tadea Jordán en la bibliografía revisada, sólo es destacada en relación con su papel de madre de Francisco Ramírez y de Ricardo López Jordán. Las referencias son breves, se limitan a párrafos en medio del desarrollo de los distintos acontecimientos protagonizados por varones y no hay un capítulo dedicado a sus actuaciones.
Para dimensionar la trayectoria de Tadea en toda su complejidad se recurrió a la Historia de Mujeres como perspectiva historiográfica, pues pone el foco en el accionar de las mujeres y las estrategias que ellas desarrollan, entendidas siempre en su relación con los demás. Es decir las mujeres en diálogo permanente con el conjunto de la sociedad. Este nuevo camino analítico es muy reciente en Argentina, donde Dora Barrancos; una de las especialistas pioneras, destaca que aparecen los primeros trabajos a fines de la década de1970, si bien se contaba, con un libro de avanzada, el de Lili Sosa Newton, su Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas de 1972, donde aportó datos biográficos de un número importante de mujeres que de otro modo hubiesen quedado invisibilizados. (Barrancos, 2004-2005:54)
Primera parte
Genealogías, méritos y probanzas
En la bibliografía consultada, un tema coincidente en todos; desarrollada con más o menos profundidad, es sobre la genealogía de la familia Jordán, Ramírez y López con los que se emparentó Tadea. Los autores describen los parentescos que ligan a Jordán y Ramírez a personajes de importancia en la Historia colonial. Sobre López en cambio no se constata ese mismo tipo de referencias.
Para interpretar los datos expuestos, es preciso entender que las genealogías se implican en la elaboración de las tradiciones familiares y de sus identidades […] También funcionan como instrumentos generadores en manos de sectores sociales en ascenso, de las jerarquías, privilegios y derechos sobre propiedades. (Boixadós, 2004:7-25)
La genealogía de Antonio Jordán (padre de Tadea) describe que era hijo de Doña Juana Magdalena Tadea de Vertiz y Salcedo (mexicana de Yucatán) hija de Juan José Vértiz Hortoñón que fuera gobernador de Yucatán y hermana de Juan José Vértiz y Salcedo nombrado gobernador (1770-1776) y luego virrey del Río de la Plata (1778-1784). Magdalena se casó con Gonzalo Jordán (sevillano). El hijo de ambos, Antonio Jordán y Vértiz, se casa con Elvira López, siendo los cónyuges naturales de Buenos Aires. El parentesco con el Virrey Vértiz, encargado de organizar poblados con familias españolas, es posible que haya incidido en el designio del conjunto parental, de marchar a ocupar tierras en Entre Ríos y abandonar su lugar de residencia como era Buenos Aires. Los sucesos descriptos se enmarcan en las políticas de los reyes Borbones de España de fortalecer el dominio sobre las colonias americanas, frente a los intentos de avances de otras potencias europeas en especial Portugal. La creación del virreinato del Río de la Plata en 1776 y la misión que recibieron los virreyes de impulsar el poblamiento con familias españolas, se inscriben en esas políticas reales.
La familia Jordán constituida por los padres, cuatro hijas y un hijo arriban a Entre Ríos posiblemente todos ya casados, pues así figuran en el Censo de 1781 levantado por el juez comisionado Julián Colman.
Las familias censadas comprendían a los vecinos que poseían casa y medios propios de vida. De la familia Jordán figuran como jefes de familia Antonio Jordán, mujer y cuatro hijos, oficio labrador. También los cónyuges de cuatro de las hijas. Gregorio Ramírez casado con Tadea y sin hijos, oficio carpintero, un paraguayo que realizaba tráfico comercial con una embarcación, posiblemente construida por él; Santiago Amarilla casado con María Concepción con cinco hijos, labrador; Felipe López casado con Antonia cuatro hijos, el único que es hacendado y labrador y Agustín Almada casado con Magdalena y dos hijos, labrador. El censo no registra a Martín Jordán casado con Antonia Suárez, como jefe de familia por tanto es posible que hubiese vivido junto a los padres, al igual que María Rosa casada con Lorenzo Zabala, constituyendo todos ellos los cuatro hijos indicados en el censo. El conjunto de unidades censales descriptos se encontraban ocupando los campos comprendidos entre los arroyos Tala y de la China. (Urquiza Almandoz, 2002: 37-44)
Los primeros vecinos establecidos en la margen occidental del río Uruguay, debieron enfrentar duros conflictos con los hermanos García Zúñiga quienes poseían tierras al Sur del arroyo Tala entre los ríos Uruguay y Gualeguaychú, pero en una clara política de acaparamiento, denunciaron en compra tierras, como terrenos fiscales, al Norte de sus posesiones. Eso significaba que los vecinos asentados entre el arroyo Tala y el de la China serían desalojados. Colman para evitar tan injusta situación; de la que él también era parte, levanta el censo como testimonio fehaciente de que las tierras estaban habitadas y reclama la protección de las autoridades. En la nota al funcionario, Colman define a los vecinos como “hijos suyos desvalidos” que reclaman “ser amparados en la ocasión con su poderosa protección” La petición fue certificada por el presbítero Fray Pedro Goytía para así mostrar el apoyo de la Iglesia. La pretensión del Alcalde del partido de Arroyo de la China, fue evitar el desalojo, pero también obligar “a que no hagamos la capilla y lugar en un terreno de miseria, donde absolutamente no se ofrece la menor conveniencia para los vecinos”
Finalmente la solicitud elevada por Julián Colman tuvo éxito y frenó las ambiciones de acaparar tierras, por parte de los García de Zúñiga. Los vecinos se afincaron con la seguridad de que las autoridades los protegían y que el lugar era apto para el desarrollo de sus producciones. (Urquiza Almandoz, 2002: 39-43). De esta manera el matrimonio de Antonio Jordán y Elvira López, sumados a las familias formadas por sus cinco hijas e hijo, casados, constituyeron junto a las 96 restantes, los vecinos fundadores de Concepción del Uruguay.
La Historiografía colonial define a las familias fundadoras como integrando las elites del lugar, situación obtenida; en algunos casos, por las condiciones de nacimiento. El otro camino podía promocionarse por la meritocracia que implicaba haber participado en acciones de conquista por parte de algún miembro del grupo parental y que pudiesen ser demostradas, o por haber conformado el núcleo de antiguos pobladores del lugar con propiedad y/o medios propios de vida. (Losada, 2013: 55). Si bien es dable destacar que, la densidad patrimonial y el prestigio de los integrantes de las elites, variaban según los lugares. Así la recién fundada villa de Concepción del Uruguay estuvo constituida por familias de menores recursos comparados con las de ciudades como Santa Fe, Córdoba o la de Buenos Aires. Rocamora los define como “población muy pobre y recién llegada” (Urquiza Almandoz, 2002: 67) Lo destacable es que habían logrado que se les asignasen tierras, a pesar de las gestiones en contrario de familias poderosas como los García Zúñiga, con el agregado que muchos de esos primeros vecinos ocuparon cargos en el Cabildo, otra característica para conformar el grupo de elite. Esto se comprueba al analizar la constitución de las autoridades del Cabildo de 1783 a 1810 (Urquiza Almandoz, 2002: 73-74). Así es posible reconocer a muchos de los primeros pobladores ocupando los cargos de alcalde, síndico procurador y regidor con el agregado que entre ellos, no sólo participaban los señalados en el censo de 1781 como labrador-hacendado y sino que se incluían también los labradores que por su menor extensión de tierras contaban con menos recursos. Lo que indica que esos lugares de reciente ocupación permitían conformar el grupo de elite sin contar con un patrimonio o un linaje importante. Los varones que ocuparon cargos en el Cabildo casados con las hijas de Antonio Jordán fueron: Felipe López casado con Antonia regidor en 1783; Santiago Amarillo casado con María Concepción regidor en 1791; Lorenzo López casado con Tadea regidor en 1799.
La familia juega un papel fundamental para alcanzar una posición de elite, así como resguardarla y mantenerla. ¿Al analizar la familia Jordán ampliada, al incluir los cónyuges, se puede incidir que su estrategia de movilizarse de un lugar de antigua ocupación como Buenos Aires a una región despoblada como Entre Ríos, fue una opción para mejorar sus condiciones socioeconómicas? La respuesta puede deducirse al observar el desenvolvimiento del conjunto familiar y capturar el capital simbólico y económico que pudieron construir y de qué manera, estos dos elementos cobran relevancia, pues juegan como fuente de identidad y como símbolo de status. En consecuencia, en esta dimensión el concepto de familia se entrecruza con el de linaje. (Losada, 2013: 54-55)
Tadea recibe entonces, como capital simbólico familiar una identidad criolla por ser tercera generación de nacidos en América, con el mérito y la particular distinción de tener un pariente constituido en la máxima autoridad del Río de la Plata y haberse distinguido en su desempeño, por lo cual no enfrentó un Juicio de Residencia como el común de los virreyes. Al casarse Tadea con Gregorio Ramírez, agrega al capital económico y simbólico familiar, el patrimonio económico, el linaje y los méritos denunciados por la familia Ramírez y reconocidos por el rey. ¿Sería posible entrever que en esa decisión se estructuró una estrategia familiar a la que supeditaron los intereses o destinos de sus integrantes dado el linaje y el patrimonio que denunciaba Ramírez? La pregunta surge pues esas prácticas fueron muy comunes durante el virreinato y las mujeres eran las que con más fuerza, quedaron supeditadas a las necesidades e intereses familiares. (Losada, 2013: 54)
Miguel A. Gregori, en un artículo de la Revista Ser, destaca una nota en el diario La Nación del 23 de septiembre de 1923, donde Martiniano Leguizamón explica que Juan Gregorio y su padre Juan, descienden de Juan Ramírez y Velazco marqués de Salinas, conquistador y fundador de ciudades y gobernador de Salta, Tucumán y Río de la Plata. Juan Ramírez, establecido en Paraguay, presentó ante el rey Felipe V de España una probanza de méritos y servicios e informaciones de filiación para solicitar una merced. En la carta detallaba los méritos del ancestro Ramírez y Velazco a favor de la corona. Como fuera comprobada la filiación se le otorgó en 1722 unas 60 leguas de tierra entre los ríos Tebicuarí y Paraguay. Su hijo, Juan Gregorio, informa al rey Carlos III que fue injustamente despojado de esa tierra. El monarca le concede a Juan Gregorio Ramírez una Merced del campo que se extiende desde el nacimiento de los ríos Yuquerí y Palmar hasta su desembocadura en el Uruguay. El documento con toda la información se encuentra en el Archivo de Indias y Parodié Mantero le entregó una copia a Leguizamón. (Gregori, 1962: 61)
Todos los testimonios genealógicos recorridos y las probanzas presentadas por los propios actores, reflejan no sólo la “conciencia de cohesión familiar sino que contribuyen a fijarla, imponiéndose a los miembros del grupo y en tanto que práctica, orientan el procedimiento en las generaciones sucesivas” (Boixadós, 2004: 7-25)
Con todo el historial de méritos, tanto de los ancestros como los construidos por ellos mismos, Tadea armó el andamiaje familiar. Dos factores fueron determinantes en fortalecer el arraigo de esa mujer y su familia al terruño donde migraron. En primer término la belleza del paisaje con sus ríos límpidos, sus montes y la feracidad del suelo, segundo el tener una larga proyección de nacidos en América y después haber constituido el núcleo de fundadores de Concepción del Uruguay, lo cual le prestaba herramientas para incidir en las decisiones del gobierno del lugar. Características todas que conformaron una identidad que perfiló una idea de liderazgo en Tadea y en su descendencia que se hincó profundo en el devenir de su terruño.
Segunda parte
Tadea Jordán y su idea de cuidar
Desde una perspectiva antropológica se problematizó la construcción histórica de la imagen de Tadea Florentina Jordán vinculada con la idea del cuidar como un deber ser que tradicionalmente se le asignó a la mujer (Lagarde 2003).
Tadea Jordán es descripta como una mujer que supo respaldar a sus hijos y sobre quienes también profesó una gran autoridad. En el Archivo histórico de Corrientes se conserva una carta del 29 de diciembre de 1820, dirigida a su hijo Francisco Ramírez, ya convertido en Supremo de Entre Ríos:
“Dice así: «Señor don Francisco Ramírez. Mi más querido hijo, de mi mayor aprecio: recibí la tuya juntamente con los pañuelos de mano y los mazos de tabaco que me mandaste; por la que he visto no tienes la menor novedad; yo y todos tus hermanos gozamos de igual beneficio, mediante el Ser Supremo, para lo que gustes mandar. Esta se dirige a decirte que Ricardo me mandó el tercio de yerba. Bernardito (presunto hijo de Francisco Ramírez) se halla en mi compañía, el cual se halla mucho. Es cuanto tengo que decirte; entretanto recibirás mil expresiones de todos tus hermanos y de Bernardito, recibiendo todo el afecto con que te distingue tu más querida madre, que verte desea. Tadea Jordán. 29 de diciembre de 1820».” (Urquiza A. 2002: 459)
El respaldo que Tadea ejerció, aparece ligado a la idea de mujer cuidadora de sus hijos a partir de distintos actos: la cercanía que mantiene con Bernardito, su nieto y el envío frecuente de cartas a Francisco Ramírez y Ricardo López Jordán, informando la situación de los suyos. Y por otro lado vinculado a otras actuaciones que no aparecen reflejadas en esta carta. Ejemplos de ello fue la quema de documentos ante el peligro de una invasión a la villa o evitando estrategias asesinas de los enemigos de Ricardo exiliado en Paysandú, cruzando el río Uruguay a nado prendida a su caballo Crédito.
Marcela Lagarde (2003) en “Mujeres cuidadoras: entre la obligación y la satisfacción” sostiene que “las sociedades actuales, como muchas del pasado, fragmentan el cuidado y lo asignan como condición natural […] Así, son las mujeres quienes cuidan vitalmente a los otros” (2003: 2). En este sentido la autora afirma que “Los poderes del cuidado, conceptualizados en conjunto como maternazgo, por estar asociados a la maternidad, no sirven a las mujeres para su desarrollo individual y moderno y tampoco pueden ser trasladados del ámbito familiar y doméstico al ámbito del poder político institucional” (2003: 2). Desde este papel de cuidadoras, las mujeres están “políticamente subsumidas y subordinadas a los otros, y jerárquicamente en posición de inferioridad” (2003: 2).
La idea del cuidado, según la autora, aparece asociado al trabajo doméstico, al ámbito privado desde donde se reproduce el capital.
En este trabajo, interesa comprender el papel de Tadea como mujer cuidadora y de acción política. Pero ¿cómo comprender estas acciones de manera asociadas, si desde el análisis de Lagarde aparecen como construcciones binarias y en una relación desigual? La acción del cuidar subsumida a la de la acción política.
Rita Segato (2016) nos convoca a pensar en la existencia de nomenclaturas de género, diferentes a las del género occidental desde donde se propina el liderazgo del feminismo eurocéntrica. Retomamos en este sentido una experiencia etnográfica de Segato. En “un período de diez años de observación de la expansión del frente estatal <<democrático>> en el mundo indígena de Brasil” (p. 109), la autora fue acumulando evidencia histórica que le permitió reflexionar acerca de construcciones de género desde sociedades-aldeas y llegar a una serie de conclusiones:
“[…] no existe el monopolio de la política por el espacio público y sus actividades, como en el mundo colonial moderno. Al contrario, el espacio doméstico es dotado de politicidad, por ser de consulta obligatoria y porque en él se articula el grupo corporativo de las mujeres como frente político.” (Segato 2016: 117)
Desde este fragmento podemos encontrar una serie de diferencias entre la perspectiva de género desarrollada por Rita Segato, respecto al de Marcela Lagarde. En primer lugar el abordaje particular del primero y el carácter universal del segundo. Y por otro lado cómo aparecen los términos de lo público y lo privado. En el caso de Marcela Lagarde el ámbito familiar doméstico se halla subsumido al ámbito público – político, es decir en una relación binaria, suplementaria. Desde el análisis que establece Segato “El género constituye una dualidad jerárquica, en la que ambos términos, a pesar de su desigualdad, tienen plenitud ontológica y política.” (Segato 2016: 118).
La reflexión antropológica que Rita Segato construyó desde una sociedad aldea nos sirve para entender el papel de Tadea, ligada en las biografías oficiales a la acción del cuidado de los suyos, al ámbito doméstico, pero también a su ejercicio político en la comunidad. En línea con lo anterior es interesante rescatar la situación que se crea al momento en que Tadea es detenida por fuerzas enemigas en 1822:
“La detención de los Calvento y de doña Tadea contribuyó al fracaso del intento de invasión por parte de Medina, Piriz y Obando, el 29 de mayo de 1822, pues privó a los insurrectos de valiosas y oportunas comunicaciones.” (Urquiza A. 2002: 460)
En este fragmento es posible identificar el importante rol que jugaba esa mujer en el armado estratégico de las insurrecciones comandadas por sus hijos. Podemos pensar que la acción del cuidado asociada al respaldo, fue lo que la ancló en lo público. Es posible establecer también que su persona, desde el ámbito doméstico, era de consulta obligatoria por sus familiares e hijos. En este sentido se puede hablar de un ámbito doméstico dotado de plenitud ontológica y política (Segato 2016).
Bibliografía
Boixadós. Roxana . Estudios sobre genealogía y linajes. 2004.
Bosch, Beatriz . Historia de Entre Ríos. 1978
Gregori Miguel Angel Revista SER. Año 1. 1962
Lagarde, M. Mujeres cuidadoras: entre la obligación y la satisfacción En SARE 2003. Cuidar Cuesta: costes y beneficios del cuidado.
Losada, Leandro. Reflexiones sobre la Historia de las elites en Argentina (1770-1930). 2013
Miloslavich de Alvarez, Carmen. Hacia un largo fondos de años. Genealogía uruguayense. 1988.
Segato, R. Colonialidad y patriarcado moderno. En: La guerra contra las mujeres. Traficante de Sueños. Madrid. 2016.
Sosa Newton, Lili. Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas.
Tejeira Martínez, Benigno. (1900-1901). Historia de la provincia de Entre Ríos, publicado en T I y II
Urquiza Almandoz. Historia de Concepción del Uruguay. TI. 2002
Vázquez Anibal, (1937). Caudillos enterrrianos. Ramírez Tomo I.
[1] Seguimos a Joan Scott cuando dice: “el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basada en las diferencias que distinguen a los sexos. El género es una forma primaria de las relaciones significantes de poder.” (Scott, 1990: 23)
[1] Trabajo presentado en Las Jornadas Regionales de Historia y Geografía en octubre 2019, organizado por la UADER, en el Taller N° 2 “Problemáticas con la información: archivos, bibliotecas, museos, fuentes y modos de abordaje”
[1] Profesora de Antropología egresada de la UNR
[1] Licenciada en Historia egresada de UNLP
Esta nota fue publicada el 17/11/2019 en la revista La Ciudad