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SOBRE HEROES  Y VILLANOS

Por Jorge Héctor Bonvín   –   

Don Arturo Jauretche (1), un notable pensador, escritor y político a quien los argentinos deberíamos cada tanto releer para alinear nuestros pensamientos con nuestra identidad nacional, entre sus numerosos libros escribió “Manual de Zonceras Argentinas”.  Explica que “las zonceras de que voy a tratar consisten en principios introducidos en nuestra formación intelectual desde la más tierna infancia….  con la apariencia de axiomas, para impedirnos pensar las cosas del país por la simple aplicación del buen sentido. Hay zonceras políticas, históricas, geográficas, económicas, culturales, la mar en coche”.-

Por ejemplo, relata que  el mal que aqueja a la Argentina es su extensión o civilización o barbarie, son zonceras que “llevó directamente a una política de achicamiento del país que fue la que presidió la disgregación del territorio rioplatense”

También propone construir  un manual  de zonceras argentinas que debe ser un trabajo colectivo “y a cuyo fin le pido a usted su colaboración”, dice el autor.

Aceptando esta invitación hecha en 1968, es que vamos a referirnos a lo que consideramos una zoncera, como es la valoración o desvalorización, que se hace de los argentinos que se destacan, tomando en este caso tres  personajes muy diferentes como Jorge Luis Borges, Diego Armando Maradona y Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco.

Los tres ocuparon u ocupan lugares destacadísimos en el mundo, fueron primeras figuras en lo que realizaron, pero la zoncera es que los argentinos no nos conformamos con esto, queremos que sean perfectos, inmaculados,  intachables, y todos los adjetivos parecidos que nos pueda dar un diccionario de sinónimos.

Aunque reconocemos dejar afuera otros, sobre todo en el mundo del deporte como Carlos Reutemann, Guillermo Vilas y Gabriela Sabattini, que fueron muy criticados por no haber sido números uno. Claro, que no se los iba a criticar si solo llegaron a ser número 2 del mundo, vaya manga de fracasados.

Vamos a meternos en el caso de cada uno de ellos.

Jorge Luis Borges

Cualquiera que no tenga idea de escritores y literatura, se sorprenderá si tiene la suerte de visitar en Granada, La Alhambra y El Generalife, la obra más impresionante que dejaron los moros en España después de ocho siglos de dominación. En la entrada a la misma, en una pared de casi 10  metros da la bienvenida a los millones de turistas un poema de Jorge Luis Borges referido al lugar, “Grata la voz del agua/a quien abrumaron negras arenas,/grato a la mano cóncava/ el mármol circular de la columna, / gratos los finos laberintos del agua/ entre los limoneros,…”

Borges es considerado hoy uno de los grandes escritores del siglo XX, es difícil encontrar a alguien que hable mal de Borges desde este punto de vista, aunque es bueno reconocer que muchos de los que lo citan jamás lo leyeron. Borges ha sido reconocido en todo el mundo por sus conocimientos, era un extraordinario lector experto en antigua literatura germánica y literatura inglesa.

Su vasta obra se compone de cuentos como “Historia universal de la infamia”, “El Aleph”, “El jardín de los senderos que se bifurcan”, entre otros, de poesía como “Fervor de Buenos Aires”, “El Hacedor”, “Obra Poética”, etc y una cantidad enorme de ensayos. Sábato lo definió con los siguientes 15 adjetivos:  arbitrario, genial, tierno, relojero, débil, grande, triunfante, arriesgado, temeroso, fracasado, magnífico, infeliz, limitado, infantil e inmortal.

Pero los argentinos descubrimos que Borges no era perfecto. En primer lugar nunca ganó el Premio Nobel de Literatura, ese premio que dan un grupo de suecos entre whisky y whisky a autores que ni nunca han leído. Hoy se puede ver aún muchos reportajes que en su momento le hicieron donde la pregunta obligada era sobre el tema. “Todos los argentinos querían y esperaban que Jorge Luis Borges recibiera el premio Nobel de Literatura pero eran –son- pocos los argentinos lectores de Borges, y sobre todo muy poco los que leyeron todo Borges”, escribe Mempo Giardinelli (2)

La otra cuestión que abrumaba a Borges era su existencia misma, muy apegado a su madre al punto de hacerle fracasar su matrimonio primero, ciego luego por muchos años, terminó su vida con su secretaria María Kodama y con la frase más dolorosa que pueda expresar un hombre acercándose a su muerte: He cometido el peor de los pecados / que un hombre puede cometer. No he sido /No he sido feliz…”

Pero lo que más lo alejó de común de la gente fueron sus posiciones políticas y sobre todo dentro de la política, que él decía no le interesaba, su incoherencia. Así como se refería a la Democracia como “una superstición muy difundida, un abuso de la estadística.”, “Yo creo en el Individuo, descreo del Estado. Quizás yo no sea más que un pacífico y silencioso anarquista que sueña con la desaparición de los gobiernos. La idea de un máximo de Individuo y de un mínimo de Estado es lo que desearía hoy”.  Sin embargo después adhirió fervoroso a la Revolución autodenominada Libertadora y al golpe militar de Jorge Videla. Borges fue a tomar el té con los militares en casa de gobierno con Videla y compañía  y  los llamó “caballeros”. Sin embargo años después, 1981, provocó un escándalo, cuando afirmó que «los militares argentinos no habían oído silbar una bala». Entre las recriminaciones, mereció una belicosa carta pública de un general.

Finalmente Borges que había sostenido a lo largo de su vida que “las dictaduras fomentan la opresión, las dictaduras fomentan el servilismo, las dictaduras fomentan la crueldad” fue  condecorado por el dictador chileno  Augusto Pinochet Ugarte el 22 de setiembre de 1976, el mismo día en que en Washington, una bomba en su auto mataba al ex canciller chileno Orlando Letelier.  Jorge Luis Borges se convertía en doctor Honoris Causa de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Chile expresando: «Yo soy una persona muy tímida, pero él (Pinochet) se encargó de que mi timidez desapareciera, y todo resultó muy fácil. El es una excelente persona, su cordialidad, su bondad… Estoy muy satisfecho… El hecho de que aquí, también en mi patria, y en Uruguay, se esté salvando la libertad y el orden, sobre todo en un continente anarquizado, en un continente socavado por el comunismo. Yo expresé mi satisfacción, como argentino, de que tuviéramos aquí al lado un país de orden y paz que no es anárquico ni está comunizado».

Borges enfermó de cáncer y se fue a vivir a Ginebra en Suiza, siempre había manifestado que le hubiera gustado ser suizo. Allí falleció el 14 de junio de 1986 donde permanece sepultado.

Todavía el peso de la zoncera no nos permite a los argentinos solicitar que los restos de este gran escritor descansen en nuestro país.

Diego Armando Maradona

El mundial de 1986 de México nos devolvió al mejor Maradona con los dos goles que más se  recuerdan en un mundial, la “mano de Dios” y el mejor gol de todos los tiempos, los dos hechos en un solo partido, sobre el rival odiado y en un momento difícil. Pero el mundial de Italia 4 años después nos traen otras imagines “del Diego” como lo llamamos los Argentinos, que lo elevan a la categoría de héroe griego. Puteando a los italianos mientras estos silbaban el Himno Nacional, jugando en una pierna por tener un tobillo a la miseria o subir llorando a recibir la medalla al segundo puesto, son escenas inolvidables para todos nosotros.  En ese momento lo consideramos Dios, era nuestro Dios pagano. El que hoy con 56 años no puede salir a la calle en ningún lugar del mundo porque lo abruman con los pedidos de fotos y autógrafos.

Después claro está el otro Maradona, el que se pelea con todo el mundo, el que un día dice una cosa y al siguiente hace otra, se pelea con los integrantes de la FIFA y luego se abraza con ellos, con Pelé, con sus hijos, a los que en algunos casos no reconoce como tales.  El Maradona al que le preguntan de fútbol, de política, de cocina, conociendo que es un personaje que no se guarda nada. El que no tiene problemas en abrazarse con Chaves, con Fidel, el que no niega su amistad con nadie aunque a esa persona la esté puteando medio mundo. En este caso nuestro Dios se convierte de inmediato en  “ese negro villero”, “que querés si salió de Fioritto”, “debe estar drogado”, etc.

Maradona acaba de publicar un libro propio como motivo de los 30 años del mundial de México que se titula “Mexico 1986 – Mi Mundial – Mi Verdad – Así ganamos la copa” donde tiene una frase que resume muy bien su vida: Muchos, muchos años después, treinta, me doy cuenta que ser feliz es hacer feliz a los demás. Y creo que los argentinos fueron felices con lo que nosotros hicimos en México. Yo me pude haber mandado –y de hecho me los mandé- pero nadie nunca, se va a olvidar de que les metí dos goles a los ingleses, todavía con la herida muy abierta por la guerra de Malvinas, y que levanté esa Copa del Mundo que ningún argentino volvió a levantar.”

Un Diego auténtico que en algún momento los argentinos amamos y otra odiamos, otra de nuestras zonceras.

El Papa Francisco

Es una historia increíble, en marzo de 1973 por la renuncia de Benedicto XVI, Jorge Mario Bergoglio que ya se estaba pensando en su retiro, marchó con su bolsito a Roma para cumplir con su deber de elegir al nuevo Papa. Después de la quinta elección, el Cónclave consideró que era él quien debía conducir los destinos de la Iglesia Católica. Los argentinos con nuestra creencia que somos los mejores del mundo, ni en nuestras más locas divagaciones, creímos tener jamás un Papa argentino.  Lo más sorprendente de todo, que pasado el tiempo que pasó, el Papa Francisco que ha viajado a muchos lugares en el mundo, jamás haya podido volver a la Argentina.  Pero el Papa tiene la costumbre, mala costumbre para muchos, de hablar y no siempre lo que dice nos gusta.

Cada vez que Francisco se expresa aunque lo haga en otro idioma, aquí estamos mirando a que sector se está dirigiendo, resulta que antes era de un partido y ahora es de otros, miran a cual visitante le sonrió más.

Sin embargo, todavía Francisco que fue recibido en forma extraordinaria en todos los lugares que visitó tanto por el pueblo como por sus gobiernos sobre todo en Brasil, Cuba y Estados Unidos, donde dejó su impronta, no puede venir a su país porque tiene que evaluar primero si no hay cercana una elección o algún otro problema. La peregrinación constante a Roma para tener una foto con Bergoglio, que años atrás se podía conseguir en cualquier villa de Buenos Aires o en algún transporte público, ahora a un precio más elevado dado el costo de los aéreos, es importante para todo el mundo. Recuerda los 70 con el peregrinaje a Puerta de Hierro para traer una foto con el general Perón.

Que nos pasa a los Argentinos?

Si, esa es la pregunta, que le pasa a este pueblo que se ha bancado todo, hemos atravesados los momentos más duros políticos, económicos, una guerra, en muchos casos juntos, con una solidaridad que conmueve, cuando nos enfrentamos con nuestros hombres más destacados. Sin dudas creemos que por ser destacado en algun aspecto de su vida, a lo largo de ella no nos pueden defraudar jamás y esto está muy alejando de la realidad.

Porque ocurre esto? Es una pregunta que seguramente podrá responder algún sociólogo, pero sin serlo, aventuramos una respuesta que podrá seguramente fácilmente ser rebatida.

Nuestra historia nos enseñó, desde la Escuela primaria, que la vida de nuestros héroes eran a todas luces ejemplares, José San Martín era de bronce desde la cuna (recordar la película “El Santo de la Espada” para los que son mayores), Manuel Belgrano era inmaculado y Domingo Faustino Sarmiento era tan bueno que no faltó nunca a la escuela. Era una historia de héroes que morían diciendo frases para la posteridad, como “Muero contento, hemos batido al enemigo”.

Después cuando la historia oficial se fue despedazando con la aparición de historiadores que se dispusieron a investigar y contar la verdad, fuimos descubriendo que en realidad eran hombres que tenían un alto y arraigado sentimiento de patria y anteponían ella a todo lo demás, pero que como todo mortal tenían dudas, miedos, odios, rencores y una serie de defectos más.-

El caso más paradigmático es el de Manuel Belgrano. Belgrano pasó a la historia oficial como el creador de nuestra bandera, cuando en realidad como dice Felipe Pigna (3) es curioso que sea recordado por este hecho porque fue una de las cuestiones que mayores dolores de cabeza le trajo. Cuando la noticia llegó a Buenos Aires, Rivadavia furioso le escribió enviándole la bandera que debía usar que no era otra que la española que estábamos  combatiendo.

Belgrano, acusado de muchas cosas entre ellas de homosexual, fue un adelantado 100 años a su tiempo, en ideas económicas, en educación, incluso en esa época se refería a “El sexo femenino, sexo en este país, desgraciado, expuesto a la miseria y desnudez, a los horrores de hambre y estragos de las enfermedades que de ella se originan…”. (3) Esto lo escribía en el 1800, hoy las marchas de “Ni una menos” deberían ir encabezadas por una foto de Belgrano.-

Todos estos proyectos e ideas que quería desarrollar en estas tierras debió abandonarlos Belgrano porque la patria le requirió que fuera soldado y allá fue y volvió para morir en la máxima pobreza.

Cuando murió Belgrano, cuenta la entrerriana María Esther De Miguel (4) “en Buenos Aires había ocho periódicos. Solo uno, El Despertador Teofilantrópico Místico-Político”, dirigido por el cura Francisco de Paula Castañeda, dio la noticia. El país vivía demasiadas preocupaciones como para fijarse en un detalle tan baladí: la muerte de un hombre”

Los argentinos somos así, cuando estamos aquí somos un “país de mierda”, pero si un extranjero nos dice eso podemos agarrarnos a piña. Somos cíclicos, pasamos de ser los mejores de mundo a la última basura sin escales. Tal vez no sea un problema solo nuestro, pero aquí está exacerbado. Algún día cambiará, esperemos que para bien.

1) Arturo Jauretche nació en 1901 y falleció en 1974. Fue escritor, político  y pensador. Afiliado radical hasta el 17 de octubre 1945 cuando  pasa a ser una figura rutilante del nuevo movimiento que encabeza el General Perón.  Decía ser el creador de la palabra “vendepatria” y entre su obra se puede citar   El Paso de los Libres, edición prologada por Jorge Luis Borges, El Plan Prebisch: retorno al coloniaje, Los profetas del Odio y la Yapa, Ejército y Política, Política nacional y revisionismo histórico,  Prosa de hacha y tiza,  Forja y la Década Infame, Filo, contrafilo y punta,  El medio pelo en la sociedad argentina, Manual de zonceras argentina, Mano a mano entre nosotros,Pantalones Cortos, Política y Economía (edición póstuma) y Escritos Inéditos (edición póstuma

2) “El País de las Maravillas” – Mempo Giardinelli – Editorial Planeta

3) “Libertadores de América” – Felipe Pigna – Editorial Planeta

4) “Las batallas secretas de Belgrano” – María Esther de Miguel – Seix Barral

Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 30/7/2016

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