El exjuez de la Corte Suprema de Justicia Raúl Zaffaroni analizó este miércoles por AM750 la situación política y social en Jujuy, advirtió que en la provincia no existe una división de poderes, consideró que se ejerce el terrorismo de Estado y llamó la atención sobre el silencio que hay en los medios y funcionarios.
En Jujuy hay un código contravencional que aplica la policía. Funcionarios, llamados jueces, que son dependientes del gobernador. Es cierto que en Jujuy también los jueces del Poder Judicial dependen del gobernador, porque son una suerte de familia obediente a su mandamás. Pero en este caso, no solo son material, sino también formalmente, dependientes del gobernador.
Igual que cuando aquí, en la Ciudad de Buenos Aires, el jefe de policía se hacía llamar Su Señoría, porque disponía del poder de condenar a cualquiera de nosotros por contravenciones. Ahora estos funcionarios jujeños notifican por contravenciones a quienes protestan. Pero les cortan la electricidad en sus barrios, y la policía les golpea las puertas en sus casas por la noche para notificarlos de procesos contravenciones en el que terminan imponiéndoles multas millonarias.
Claro que los jueces formales no se privan de nada, como acusar por sedición a abogados y privarlos de libertad. Frente a lo cual solo alguna declaración más o menos formal se escucha, tímida, pero no levanta en bloque toda la abogacía del país que parece haberse olvidado de los tiempos de dictadura en los que los habeas corpus se presentaban sin firma letrada después de desaparición de varios colegas.
“Está en juego la institucionalidad”
Amigas y amigos, hay una provincia argentina donde no funciona el más mínimo respeto a la separación de poderes, donde la policía ejerce poder penal, donde se mete preso a abogados, donde se intimida a los vecinos, y la policía golpea las puertas en la oscuridad de la noche. Donde Milagro Sala está presa desde hace años y el gobernador confiesa que él la puso presa.
La opinión jurídica se calla. Los políticos en campaña se ocupan de otra cosa. ¿Nadie se da cuenta de que este autócrata es precandidato a vicepresidente de la nación? No parece que nos diéramos cuenta de que hay una provincia donde se practica terrorismo de Estado.
Y que Jujuy no es solo Jujuy, sino que está en juego la institucionalidad de la nación. El legislativo no hace nada, el ejecutivo tampoco, la Corte Suprema, ¿para qué vamos a hablar? No podemos callar esta emergencia. No es Jujuy, se tambalea la institucionalidad de toda la nación. En esta emergencia, todos somos jujeños.
Fuente: Página/12