Mientras que bajaron las visitas preventivas, aumentaron las reactivas (por rotura). Se hacen menos kilómetros por vehículo, pero también influye la situación económica en su cuidado.
La actividad de los talleres mecánicos se redujo entre 30% y 40% en los últimos dos años.
La fuerte caída en el poder adquisitivo que viene sufriendo la población, tanto asalariada como jubilados, desde el año pasado, con niveles de inflación de más del 50% y sueldos que nominalmente se ajustaron mucho menos, dilata muchos gastos considerados como “prescindibles”. En esa bolsa entró el mantenimiento preventivo del auto.
Según un informe dado a conocer por la consultora GIPA en el 3º Encuentro de Líderes de Mercado de Reposición, organizado por la Asociación de Fábricas de Autocomponentes (AFAC), entre 2018 y este año por primera vez se está dando el fenómeno de que los vehículos entran al taller más por cuestiones específicas que de forma preventiva.
Se está dando el fenómeno de que los vehículos entran al taller más por cuestiones específicas que de forma preventiva
La crisis es uno de los principales motivos que impulsan esta caída en el mantenimiento preventivo, aunque también influye que los propietarios de los vehículos usan menos el auto. El aumento en el precio del combustible es la gran explicación de este fenómeno. Cayó la cantidad de kilómetros que se realiza anualmente por vehículo y ello repercute en la cantidad de entradas a los talleres realizadas al año.
En 2018, el kilometraje medio anual recorrido era de 12.322, frente a 12.661 del año anterior, en tanto que las entradas al taller bajaron de 2,77 veces en 2017 a 2,73 el año pasado. Además, aumentó 10% la cantidad de kilómetros recorridos entre dos visitas al taller. La consultora todavía no tiene datos del 2019, pero en el sector aseguran que el escenario empeoró, por el ajuste presupuestario en términos de capacidad real de gasto.
“Estamos viendo que en los últimos tiempos se dejó de hacer el mantenimiento preventivo, es decir, lo que el fabricante del vehículo recomienda realizar cada x cantidad de kilómetros realizados. Lo que pueden estirar en el tiempo, lo hacen. Y muchas veces esperan hasta que el vehículo se rompa”, aseguró Salvador Luppo, de la Federación Argentina de Asociación de Talleres de Reparación de Automotores y Afines (Faatra).
El empresario destaco: la actividad en los últimos dos años cayó entre 30% y 40%. “Mucha gente accedió hace unos años al cero kilómetro por los planes de ahorro y esos vehículos quizá tienen 100.000 Km y lleva un mantenimiento mucho mayor; los vehículos empiezan a tener problemas, con cambio de repuestos. Y les cuesta quizá entre $ 10.000 y $ 15.000. Ahí ya exige reparación”, agregó Luppo.
Mucha gente accedió hace unos años al cero kilómetro por los planes de ahorro y esos vehículos quizá tienen 100.000 Km y lleva un mantenimiento mucho mayor; los vehículos empiezan a tener problemas, con cambio de repuestos. Y les cuesta quizá entre $10.000 y $15.000 (Salvador Luppo)
En este sentido, el informe de Gipa presentado en el marco del seminario plantea justamente eso: que cayeron las visitas preventivas pero crecen las reactivas, es decir, las necesarias cuando se rompe el vehículo.
También está sucediendo que muchas veces, aún en casos de choques, si el vehículo sigue andando y los propietarios no llegan a cubrir la franquicia, demoran el arreglo.
¿Cuál es el mantenimiento preventivo que hay que hacerle a un vehículo y cuánto sale?
Cambio de aceite y filtros: con la mano de obra, este “service” puede rondar los $4.500 y se debe realizar una vez al año o cuando el vehículo haya recorrido 10.000 kilómetros.
Verificación de frenos (pastilla, discos, campanas y fluido): el costo ronda los $2.000 más IVA, mientras que si hay que cambiar los discos de freno, cada uno sale, sólo de mano de obra, 1.200, en tanto que el juego de pastillas ronda los 1.500 pesos.
Control del tren delantero y amortiguación: tiene un costo de la mano de obra de 1.200 más IVA
Cambio de correa de distribución: en este caso, la mano de obra puede arrancar en $5.000. La correa, por ejemplo, se cambia cuando el vehículo llega a los 60.000 kilómetros, pero ahora los propietarios de los vehículos también dilatan este cambio, aún con el riesgo que ello implica en materia de rotura del motor.
Cambio de cubiertas: en este caso, deben cambiarse cada 50.000 kilómetros. El precio de las cuatro ronda los $30.000. En este caso, lo que suelen hacer los dueños de los vehículos es cambiar primero dos y luego las otras dos.
En todos los casos, los precios son de referencia en la ciudad de Rosario (cambian según la zona) y se le debe sumar el costo de los repuestos, que en el caso de ser importados se ajustan directamente al valor dólar.
Si bien cuando sube el dólar los importados se encarecen, para los productores nacionales es un beneficio. Pero también cae el poder adquisitivo, por lo que el efecto se netea (Raúl Amil, presidente de AFAC
“El repuesto cuesta caro, sobre todo lo electrónico. Eso puede valer entre $20.000 y $25.000, a lo que se agrega una mano de obra entre $3.000 y $4.000 en ese caso. Nosotros siempre aconsejamos usar repuestos originales, aunque suelen ser más costosos”, sostuvo Luppo.
Sobre los repuestos, el presidente de AFAC, Raúl Amil, afirmó que “si bien cuando sube el dólar los importados se encarecen, para los productores nacionales es un beneficio. Pero también cae el poder adquisitivo, por lo que el efecto se netea. La devaluación afecta más al mercado de reposición porque la gente posterga el cambio de repuestos”.
“Nuestros vendedores que recorren los distintos puntos de venta nos están diciendo que perciben que los vehículos recorren menos kilómetros y que se han extendido las tasas de servicio”, aseguró Amilcar Altopiedi, gerente comercial de Filtros Fram, quien agregó que proyectan una caída en volumen para este año de 1 por ciento.
A su vez, Norberto Taranto, otro jugador fuerte del mercado de reposición, aseguró que “este año está siendo malísimo, con una caída de ventas en este mercado del 25% respecto del 2018”. En relación con el 2015, año que considera “normal”, la merma asciende al 40%. “La gente estira mucho el mantenimiento del vehículo por un tema de poder adquisitivo. Estira la reparación del motor; si no es por rotura, no lo repara. Aquel que tiene embragues gastados lo va estirando hasta que no pueda más”, afirmó el empresario, fabricante de piezas de motor, embragues, artículos de suspensión y tornillos de motor.
Por Natalia Donato
(fuente: Infobae)