La siesta, tradición argentina por excelencia, mejora la salud, potencia la creatividad y reduce el estrés. Descubrí todos sus beneficios.
Dormir una siesta es una costumbre profundamente arraigada en la cultura argentina, considerada por muchos como un placer inigualable y, por otros, como una pérdida de tiempo. Sin embargo, la ciencia respalda esta práctica con beneficios sorprendentes para la salud y el bienestar.
Desde su origen en la Antigua Roma hasta su adaptación como una «institución cultural» en nuestro país, la siesta no solo es un lujo, sino también una herramienta clave para mejorar la calidad de vida.
La historia detrás de la siesta
El término “siesta” tiene raíces en el latín “hora sexta”, y su práctica como tiempo de descanso se remonta al siglo VI, cuando San Benito estableció una pausa diaria para los monjes. Con el tiempo, esta tradición evolucionó, adaptándose al estilo de vida de diferentes culturas. En Argentina, es tan sagrada que algunas provincias ajustan sus horarios comerciales para respetarla.
Según estudios recientes, el 98% de los argentinos practican la siesta, con una duración promedio de una hora y media. Esta pausa a media jornada es considerada un remedio contra el agotamiento y una oportunidad para recargar energías.

Dormir siesta: ¿un lujo o una necesidad?
Aunque algunos la ven como una señal de pereza, investigaciones de la Universidad de Berkeley demuestran que dormir una siesta tiene múltiples beneficios:
- Prevención de enfermedades cardiovasculares: Disminuye el riesgo de sufrir problemas cardíacos.
- Reducción del estrés: Baja los niveles de cortisol en el cuerpo.
- Aumento del rendimiento: Mejora la memoria, la creatividad y la capacidad de concentración.
- Impulso a la creatividad: Según Robert Stickgold, de Harvard, quienes alcanzan la fase REM durante la siesta resuelven problemas de manera más eficiente.
¿Cómo adaptar la siesta al mundo actual?
En un contexto donde la productividad prima, las empresas comienzan a reconocer los beneficios del descanso. En países como Japón o Estados Unidos, se implementan “zonas de siesta” en oficinas, y este modelo podría ser clave para replicarse en Argentina.
Dormir a plena luz del día ya no es solo una costumbre; es una herramienta poderosa para equilibrar la vida laboral y personal. Si todavía dudas de su importancia, recuerda: un pequeño descanso puede cambiar tu día por completo.