Por Rodolfo Oscar Negri –
Para mi querido Mariano, el hijo aventurero.
La cita de siempre. Los sábados a las 11 de la mañana, cuando estoy en Uruguay no dejo por nada el encuentro de amigos en la Confitería Rys, que disfrazamos bajo el nombre de “vermú”. Un oasis de ocio y esparcimiento, pero también de discusión y polémica.
Esta vez, en el horario establecido, habíamos llegado Ernesto, Julio, Luis y yo. Estábamos sentados algo alejados de la mesa para darle lugar al mozo mientras hacía su tarea de ir preparando todo para servirnos los aperitivos, cuando llegó Eduardo.
- No saben qué cosa más extraña que me pasó, todavía me tiene intrigado. Fue lo primero que dijo, antes de sentarse.
- ¿Qué te paso? Preguntó Julio.
- No sé si les conté que tengo un primo que vive en San Francisco, comenzó a relatar…
- ¿En Córdoba…? disparó, con un dejo de ironía Luis.
- No, no… en Estados Unidos, en California… pero dejate de joder y dejame seguir con el cuento… les decía que mi pariente llamó por teléfono esta mañana para saludar a Irene por su cumpleaños, pero lo atendí yo y –charlando- comentó algo que me dejó perplejo.
- ¿Que todavía San Francisco está llena de hippies? Jaraneó Ernesto.
- No, ya van a ver. En la conversación me contó que trabaja para una empresa multinacional y que la semana pasada lo enviaron a realizar un trabajo en Japón…
- Eso no tiene nada ni de extraordinario ni de raro, apuntó Ernesto, ese tipo de empresas se han expandido, tienen sucursales por todo el mundo y viven repartiendo su personal por todos lados.
- Lo raro que les quiero contar me lo dijo casi sin darse cuenta, continuó Eduardo, me dijo que regresó el domingo de Japón, pero –y aquí está lo extraño- salió de Tokio el domingo por la tarde y llegó a San Francisco el domingo a la mañana… le respondí que me estaba jodiendo que como podía ser que llegara antes de haber salido, que era imposible, pero no, me confirmó que aunque parezca medio loco era así. Díganme si no es, por lo menos, extraño…
- Vos te imaginas que si el tipo llegó antes de partir, hubo un momento en el que estuvo dos veces en el mundo… porque el domingo a la mañana estaba a la vez en Tokio y en San Francisco… digo que es poco creíble, reflexionó Luis. Tu pariente, perdóname, pero te agarró para la joda, está chapita o es un cuentero…
- Dicho de esa forma, parece poco creíble, pero es así, confirmó Julio que, docente de alma, se dispuso a darnos una lección sobre el asunto. El tema pasa por el movimiento de rotación de la tierra combinado con la ubicación de ambas ciudades en el globo terráqueo y con la velocidad del avión. Es muy ilustrativo ver la imagen, obviamente animada, del planeta girando y como se va iluminando la esfera del mundo cuando el sol llega a los diferentes lugares determinando el comienzo de un nuevo día. Este es un fenómeno raro, pero real… y es raro porque desde nuestra óptica minúscula no es fácil imaginarse siquiera las cosas desde una posición semejante.
Obviamente el tema es casi una invitación para hacer volar la imaginación y el viaje en el tiempo, estaba allí, a un paso y era una fantasía ineludible que no podía dejar de ser abordada, cuando lo que se plantea es una cuestión como la que se comentaba.
- Claro, si es un coartada especial para realizar el crimen perfecto ¿Cómo voy a ser el asesino, si yo el mismo día y a la misma hora estaba en San Francisco y el crimen fue en Tokio? chilló Luis ¡por favor, dejate de embromar…! ¿Cómo le vas a creer algo así?
- Pensá lo que quieras, replicó Julio, pero es así…
- O, fijate vos, apunto el mismo Eduardo… que te llamas a vos mismo el domingo a la mañana desde Tokio a San Francisco, si atendés quiere decir que llegaste bien y –si no atendés- capaz que se cayó el avión en pleno océano, se murieron todos y entonces, sabiendo que no vas a volver, decidís no tomarlo para viajar…
- A… pero si hacés eso –apuntó Ernesto- estas cambiando el curso de los acontecimientos y los sucesos no pueden ser alterados porque eso puede tener consecuencias nefastas…
- ¿Nefastas? Replicó Eduardo ¿Qué puede ser más nefasto que morirse? Que se vaya todo al corno, yo no me quiero morir y no viajo nada…
- Me parece que viste demasiadas veces “Volver al Futuro”, dijo riendo Luis.
- Sabes lo que sería jodido, que llames y el teléfono te responda… ¡y puedas dialogar desde dos lugares diferentes… pero con vos mismo! Que es lo que te decía al principio… fantaseó Luis.
- Sería una conversación sumamente aburrida, porque el sosias ya sabría todo lo que tengo posibilidad de decir, aportó Ernesto.
- O sumamente interesante, reflexionó Eduardo… porque podría –como la conciencia- uno recriminarle al otro cosas que hizo y de las cuales está arrepentido…
- …Y algunas hasta tendría el tiempo suficiente de no hacerlas, porque todavía está viviendo en el pasado…
- Argumento valido, pero ya pasado, analizado y desechado… retrucó Ernesto
Así fueron evolucionando una y otra idea, una y otra fantasía; hasta que en un momento se hizo un silencio. El tema lejos de estar acabado, porque daba para mucho mas, pareció estar momentáneamente agotado o por lo menos tenía agotados a mis amigos. Hasta que a alguno se le ocurrió dirigirse a mi.
- Y vos Ciego, que has estado callado en todo este rato mientras nosotros reflexionábamos con la novedad de Eduardo que, la verdad, es realmente interesante… vos que sos el “racionalista” del grupo, el sensato, el que siempre pincha los globos ¿Que pensás? Me chumbó Julio.
- ¿Realmente quieren que les diga lo que pienso? Les dije.
- Si, por supuesto, coincidieron todos.
- El tema está lindo y es divertido para hablar al pedo, y se puede gastar ríos de saliva al divino botón por horas y horas, pero –en realidad- todo parte de una falacia total.
- ¿Qué? ¿A qué te referís?
- A que los días no existen y por eso, ese argumento y esa fundamentación es falsa.
- No, si vos estas más loco que una cabra ¿Cómo es eso de que los días no existen?
- Me rectifico, lo único que existen son los días, me refería a que no es que los días no existan lo que no existe es la denominación que nosotros le ponemos a los días, la verdad de la milanesa, es que son todos iguales. A ver si me explico. El lunes es lunes porque hay una convención entre todos los hombres de llamar a un día, lunes a otro martes y así. Es todo un invento en función de organizar el tiempo, pero –en realidad- tal cosa no tiene una existencia real y, como dije, todos los días son iguales. Lo mismo pasa con la hora, los meses o los años. Son formas de medición de acontecimientos naturales, pero totalmente arbitrarias y falaces, como a partir de sus comentarios, pueden ver. Así que es engañoso el decir que el domingo a la mañana cualquier persona puede estar en dos lugares al mismo tiempo, porque el domingo no existe. Ni el sábado existe, ni el lunes… NO EXISTEN… Si hasta el propio concepto de “semana” es un engaño que invento del hombre y al que nos hemos acostumbrado tanto que creemos que es real.
- ¿vos decís que es una trampa del tiempo? Preguntó Ernesto.
- No, es una trampa de un sistema que nosotros mismos creamos para encorsetar al tiempo y organizarlo a nuestro gusto y piachere. La naturaleza o Dios, según cada uno crea o le guste, no inventaron ni el calendario ni el reloj ni ninguna forma de medición, solo existen los días como tales y nada más. En épocas llueve o hace frío, en otras hace calor y está soleado. Esas son las únicas y naturales diferencias.
- ¿Vieron lo que les dije? Si el Ciego es ideal para tirarte el alma al piso y desbaratar cualquier conversación digna de ser mantenida, me recriminó Julio.
- Y si… sos un enterrador de sueños y fantasías… se sumó Ernesto.
- Ustedes me preguntaron y yo les respondí ¿o no era eso lo que querían?
- Pero… dejate de joder… no podes ser así, remató Luis.
La reunión se había prolongado demasiado y ya nos levantábamos para irnos cada uno a su casa a almorzar. Llamamos al mozo para que traiga la cuenta.
- ¿Pagas vos Ciego, no es cierto? Dijo Eduardo
- No, le respondí, a mi me tocó el sábado pasado…
- ¿Cómo te va a tocar el sábado pasado, si el sábado “no existe”? bramaron coincidiendo todos a coro, mientras salían apresuradamente de la confitería y me dejaban solo frente al mozo que venía a cobrar…
Este cuento ganó el segundo premio en el Certamen Provincial de Poesías y Cuentos Cortos “Héctor de Elía” en su edición 2014 –categoría C- , organizado por la Escuela Media 8 de Colonia Elía (ER)
Esta incluido en el libro “Historia de la Rys y otros cuentitos” de Rodolfo Oscar Negri, editado por UCU en 2015 y vuelto a editar en diciembre de 2020
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 25/7/2018