Por Susy Quinteros (Especial para “laciudadrevista”) .
Esta nota puntualiza un tema de gran actualidad deportiva. Trataré de analizar algunos aspectos que aclaren por qué en el fútbol, el deporte con mayores seguidores del mundo, los jugadores profesionales sufren reiteradas lesiones que los mantienen alejados de las competencias. Según los informes recogidos obedecen a los siguientes aspectos: preparación de base, nutrición, distribución de cargas, frecuencia de partidos, recuperación sicofísica y de lesiones, jugadores en tránsito, el dinero, stress y tensiones y los medios de comunicación.
Falta de preparación de base
Salvo pocas excepciones, los niños tienen en general, una deficiente formación física escolar. Esa formación física deficiente se da también en algunas divisiones inferiores de los clubes porque comienzan a trabajar con ellos a edades muy tempranas y ponen el acento en la preparación técnico-táctica en lugar de trabajar la formación física de base, como si fueran jugadores profesionales con una exigencia que no coincide con sus edades.
La nutrición
La falta de cultura alimentaria de nuestra población en general es otro motivo importante que incide en esta problemática y afecta también a los deportistas de alto rendimiento. La alimentación es el carburante necesario para poder sobrellevar las exigencias de un esfuerzo sostenido. En este tema hay dos aspectos a tener en cuenta: la falta de una buena alimentación balanceada en la infancia y la falta de una cultura alimenticia. Muchos futbolistas provienen de hogares muy humildes y esta situación se nota más en épocas de crisis donde no se come lo que se debe sino lo que se puede. Esto hace que la estructura corporal y mental no sea suficientemente sólida, a pesar de que paralelamente van desarrollando un talento futbolístico que los hace aptos para el fútbol profesional. Se han detectado muchos casos entre los jugadores, que indican que la falta de una estructura nutritiva adecuada, los hace proclives a lesiones permanentes. Para los preparadores físicos, esos son los llamados jugadores de cristal. A pesar de todos los cuidados y de la alimentación balanceada que se les da después en el período profesional, esa falta de estructura básica los hace frágiles. Generalmente se alimentan muy bien en las concentraciones, pero en sus casas cometen muchos errores. Al elevarse las cargas de entrenamiento y al aumentar la intensidad, se vacían las cargas de glucógeno y para volver a restituirlas se necesita una alimentación rica en hidratos de carbono. Por ejemplo, es negativa la costumbre de comer un asado o hamburguesas después de entrenamientos fuertes, sin tener en cuenta los consejos de los profesionales que apuntan a lograr el equilibrio entre el insumo y el gasto energético.
Distribución de las cargas
Actualmente, estamos en un período en donde el acento fundamental del entrenamiento está puesto en el aumento de la potencia. Para mejorar esa cualidad se trabaja en musculación. Si las cargas son muy elevadas y los jugadores no tienen esa estructura de base ya mencionada, no se completa correctamente el ciclo del desarrollo de la fuerza y aparecen las lesiones. Hoy el fútbol es muy agresivo, se necesitan hombres fuertes y muy sólidos para poder soportar tantas fricciones.
Aumento de la frecuencia de los partidos
La invasión de la televisión en el fútbol y el gran negocio que ella implica, trae como consecuencia el aumento del número de competencias. Los jugadores tienen hoy una exigencia mucho mayor, (Copa Libertadores, Argentina, Sudamericana, Liga Argentina de fútbol y Copa Mundial entre otras,) Antes, en esas competencias, participaban sólo los clubes que obtenían el primer lugar en sus respectivos campeonatos locales, pero a partir de la incorporación de nuevos equipos se incrementó el número de fechas a jugarse. Hoy un jugador de muy buen nivel que integra un buen equipo y además el seleccionado del respectivo país, juega aproximadamente 80 partidos por año con una frecuencia de un partido cada 4 días. Ante tanta exigencia, debe existir una buena coordinación entre el director técnico, el preparador físico y el médico, los especialistas, que trabajan para lograr el mejor rendimiento físico y la eficiencia técnico-táctica.
Falta de recuperación sicofísica
El aumento de la frecuencia de los partidos, trae aparejado otro tema, una falta de recuperación sicofísica. Si se compara al fútbol con otro de los deportes profesionales como por ejemplo el básquet de los EEUU, los jugadores de la NBA realizan una temporada de siete meses intensamente disputada, pero a partir de ahí tienen vacaciones para recuperarse sicológicamente y físicamente o para recuperarse de alguna lesión. En el fútbol de Argentina, la temporada actual abarca prácticamente todo el año. Un buen ejemplo para este punto de la recuperación de las lesiones tiene que ver con muchos casos de jugadores y entrenadores que apuran el regreso a las competencias y se vuelven a lesionar.
Los jugadores de tránsito
Antes, los jugadores permanecían durante toda su trayectoria en una misma institución. Es difícil memorizar hoy las nuevas formaciones de los clubes, y cuesta memorizarlas porque hay jugadores que se incorporan y emigran también en forma vertiginosa. Esto impide la elaboración de un programa de trabajo que lleve a conocerlos completamente. Si bien es cierto que hay medios de evaluación permanentes, más allá de la ciencia está el hombre, sus aptitudes, sus miedos, su personalidad Esta transitoriedad incide en los resultados del trabajo y dificulta la tarea de los que conducen los equipos.
El stress y las tensiones
Hoy, los jugadores profesionales ingresan muy jóvenes y tienen sobre sus espaldas una gran carga: ganar el campeonato, no defraudar a los hinchas, rendir de acuerdo a las expectativas, y todavía no están preparados, porque les falta maduración para afrontar una carga emocional que los lleva también con frecuencia, a un gasto energético adicional que los predispone a tener lesiones.
Los medios de comunicación
La multiplicidad de los medios de comunicación de la actualidad, ahogan al jugador. Están encima, se los discute, se los juzga y además conocen todo lo que hacen incluso en su vida privada. Esta situación, repercute en el entorno familiar y en las amistades, y se convierte en otro factor de alteración del equilibrio emocional.
El dinero
Actualmente, Jugadores muy jóvenes juegan hoy en primeras divisiones de los clubes, están a la expectativa de lo que se dice acerca de sus pases y transferencias a otros clubes o a otros países por millones de dólares. Algunos tienen 12 o 13 años y ya se les compra el pase a los padres o a los empresarios y emigran sin haber terminado sus estudios y sin conocer el idioma, para instalarse en medios totalmente desconocidos. Estos elementos de alteración de su vida cotidiana, más la presión de los empresarios que tienen fuertes intereses, provocan en el jugador una alteración emocional que sumados al desgaste energético producido por el stress y al desgaste físico de los entrenamientos y las frecuencias de los partidos, avalan esas frecuentes lesiones que se ven en el fútbol actual. Esto ocurre no sólo en nuestro país sino también en el fútbol internacional, por eso hay una gran preocupación en los dirigentes del fútbol de alto rendimiento que fueron modificando los programas de entrenamiento y la rotación de los jugadores para que esa sobrecarga disminuya. Un factor preponderante en toda esta problemática es sin lugar a dudas la aparición de la televisión, ya que se puede señalar un antes y un después del fútbol a partir de las transmisiones televisivas. Ellas convirtieron al más popular de los deportes de equipo, en un espectáculo de consumo masivo.