En febrero, las compras en supermercados y comercios de barrio registraron su 15° mes consecutivo de caída, confirmando la depresión de uno de los indicadores más duros de la economía.
A pesar de una desaceleración en la inflación, la baja en la adquisición de productos esenciales se mantiene, con un retroceso del 9,8% interanual en supermercados y del 12,6% en almacenes de barrio.
La tendencia negativa no da señales de revertirse en el corto plazo. El consumo masivo ya había cerrado 2024 con una retracción del 13,9%, marcando uno de los peores registros desde la crisis de 2001. En este contexto, febrero agravó la situación con un nuevo descenso que afectó a todos los rubros de la canasta básica.
Golpe a los comercios de proximidad
Los almacenes de barrio y autoservicios fueron los más castigados. Luego de haber caído un 13% en enero, en febrero registraron una nueva baja del 12,6%, evidenciando la dificultad de estos negocios para competir con las promociones de las grandes cadenas de supermercados. Estas últimas, aunque también en declive, lograron atenuar la caída con un retroceso menor del 6,5%, comparado con el 7,2% de enero.
A nivel geográfico, el Interior del país fue la región más golpeada, con una contracción del 10,5% en las ventas, mientras que en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) la baja fue del 9,4%.
Bebidas y productos impulsivos, los más afectados
Los productos más perjudicados fueron nuevamente las bebidas, tanto alcohólicas como sin alcohol, con caídas del 16,2% y 18,8% respectivamente. Ni las Fiestas ni el calor de los meses de verano lograron sostener su consumo. A estos se sumaron los productos de compra impulsiva, como golosinas, alfajores y cigarrillos, con una baja del 10,5%.
También se registraron descensos en artículos de limpieza del hogar y cuidado personal (-9,7% y -8%, respectivamente), mientras que los productos básicos de desayuno y merienda se contrajeron un 7,7%. Los alimentos perecederos mostraron una disminución del 3,3% y otros productos de la canasta alimentaria cayeron un 4,9%.
Perspectivas inciertas para la recuperación
A pesar del panorama negativo, desde la consultora Scentia señalaron que la desaceleración en los precios podría ser un factor que contribuya a estabilizar el consumo en los próximos meses. Sin embargo, las proyecciones para el primer semestre de 2025 siguen siendo débiles, con expectativas de una recuperación recién en la segunda mitad del año.
Las grandes cadenas y empresas del sector prevén una lenta mejora y esperan cerrar el año con un crecimiento del 3% en las unidades vendidas. No obstante, advierten que la contracción del consumo en los primeros meses de 2025 sigue impactando fuertemente en los bolsillos de los argentinos, lo que dificulta una reactivación rápida del sector.
(fuente: https://primereando.com.ar/)