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«La Democracia y el país de rodillas» por Fabián Rogel

Cuando el presidente Javier Milei se cansaba de decir que el país estaba mal, puesto que estaba manejado por una casta de la política, pensé que simplemente se limitaba a una descalificación gratuita hacia la dirigencia política, pero tengo que decir la verdad: me equivoqué.

El problema es que a la que le llama “casta” le molestaba al señor Presidente porque sería un escollo para los intereses que él representa y a los que vino a servir: los intereses concentrados de la economía y los monopolios.

Y me volví a equivocar porque si hay algo que no ha estado ausente en el tratamiento de esta Ley Ómnibus es la política. Y la política se puso de rodillas. No quiero analizar el profundidad por qué cada uno de los intereses que representan los diputados y los senadores se pusieron de rodillas.

Pero me resulta penoso ver a radicales y peronistas que deberían estar al servicio de la Nación estar al servicio de los intereses que a los que sirve Javier Milei.

La defensa de los intereses de la provincia que les corresponde a los gobernadores es una cosa, y otra muy distinta es estar defendiendo los intereses que atentan contra el bienestar general. Y eso es lo que quedó claro que ocurrió en la reciente sesión de la Cámara de Diputados de la Nación.

Votar la reducción imponible del Impuesto a las Ganancias para volver a empobrecer a los trabajadores, votar un blanqueo penoso sin observar el origen de las fortunas y cómo se ha obtenido, a pesar de que se dice combatir el narcotráfico y el dinero ilegal, es ir en contra de los intereses de la Nación.

Consiguieron lo que vienen buscando hace mucho tiempo: que los trabajadores parezcan estar en blanco pero a los que, en definitiva, se los arroja a un fraude laboral, con una nueva figura para el Derecho Laboral que es la de obreros ayudantes.

Esta ley lo único que hace es perjudicar el derechos de los trabajadores, el bienestar general a la vez que mantiene los privilegios de la verdadera casta que tiene la República Argentina: la de la concentración económica que maneja a Milei.

Esta ley mancha los 40 años de continuidad democrática que los argentinos, junto con Raúl Alfonsín, hemos sabido conquistar.

La continuidad democrática se ve lesionada puesto que la división de poderes, el federalismo y tantas cosas que son esenciales para la vida del radicalismo y para la vida nacional se han dejado de lado.

Creo que los diputados radicales que han votado esta ley no han reparado en el daño que se le hace a la construcción del bienestar general del país y de la República que todavía no hemos logrado conquistar. En la democracia no vale todo ni todo da lo mismo.

FUENTE: Radio La Voz
AUTOR: Fabián Rogel

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