Con el calor, uno de los sonidos habituales es el canto de la chicharra o cigarra. Se trata de unos insectos de seis centímetros que viven en las ramas de los árboles y aprovechan cuando hace calor para “cantar”. Aunque es habitual al oír el sonido, decir que es un canto, en realidad no lo es.
Estigma
Hay que reconocer que el insecto tuvo “mala prensa”. Ya había quedado estigmatizado en el cuento «la cigarra y la hormiga», cuando se la pasaba tocando la guitarra, mientras las hormigas laburaban, ganándose una fama de bohemia, vaga o colgada.
La chichara no cuenta con los fueros del grillo, que es más reconocido como músico, sus canciones ayudan a dormir y hasta pisarlo trae mala suerte.
A la chicharra le toca traer malas noticias, anunciarles a todos, escondidas entre los árboles, que se viene un día de tremendo calor. Es el sonido más característico del verano. Casi un llamado a toda la ciudadanía a prepararse.
Por qué “cantan”
La que canta es la chicharra macho. Y obviamente lo hace para llamar la atención de la hembra que tiene un oído mucho más desarrollado. También puede ser usado para marcarle la cancha a otro insecto o, para dar alarma a toda la tropa.
Como ya se dijo, la chicharra no canta, en realidad estriluda como todo los cicádidos, que es producir un sonido estridente. Los grillos y los saltamontes también estriludan.
Cómo “estriludan”
El sonido lo producen inflando y desinflando unos sacos de aire que tienen en el abdomen y que pasan por unas membranas que se llaman timbales.
Tienen los oídos en el tórax y su expectativa de vida es de cinco semanas. Existen más de 1500 especies de chicharras. La hembra muere después de poner sus huevos.
Las chicharras son poiquilotermos, es decir, tienen sangre fría y cualquier cambio de temperatura altera su metabolismo, cuando saben que la temperatura está subiendo y va a subir más exponen sus cuerpos al sol para obtener la máxima energía.
Bajo tierra
El entomólogo Edgar Gaona, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias, de la UNA y manifestó que las chicharras de Sudamérica viven bajo tierra entre 2 a 6 años, pero en países más fríos pueden vivir entre 13 a 17 años.
«En el caso de que salgan este año, son aquellas que son productos de los huevos que pusieron hace dos años las cigarras adultas», refirió el profesional.
Las chicharras se alimentan de las raíces de los árboles en donde se posan y viven solamente unas 4 semanas en la superficie hasta que finalmente mueren. Fuente: (Extra-LaNación-ElPeriodico)