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Juan Carlos Lucio Godoy le responde a La Ciudad

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Juan Carlos Lucio Godoy es hijo de Concepción del Uruguay, donde nació en 1947.

Estudió y se recibió de Contador Público Nacional y es padre de Luciano, Anna y Rosario.

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Conocido como “Turco” en Uruguay y como “Lucio” en la costa del Paraná, su trayectoria es vastísima, pero si solo mencionamos algunos de sus antecedentes político institucionales, se nos ocurre destacar que fue Co-Fundador de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), Intendente de Concepción del Uruguay (1983-1987), Diputado Nacional (2003-2007), Convencional Nacional Unión Cívica Radical (1983), Presidente UCR Entre Ríos (1988-1990), Candidato a Vice-Gobernador por la Provincia de Entre Ríos. 1987 (junto a Ricardo Lafferriere), Delegado Federal Acción Social para la Pcia. de Entre Ríos. 1988-1989, Congresal Partidario Unión Cívica Radical – 1994/1996, Miembro Comité Provincial Unión Cívica Radical de Entre Ríos (1996-1998) y en 2015 fue candidato a vice gobernador de Alfredo De Angeli, en el frente Cambiemos.

Mas extenso es aún su exitoso paso por la actividad empresarial: Consejero Ejecutivo de Río Uruguay Cooperativa de Seguros Limitada desde 1977, Presidente del Consejo de Administración de Río Uruguay Cooperativa de Seguros Ltda. desde 1992, Presidente de la Federación Argentina de Cooperativas de Seguros, Presidente de la Asociación Argentina de Cooperativas y Mutualidades de Seguros 1992-1994, Vicepresidente Asociación Argentina de Cooperativas y Mutualidades de Seguros 1994-1995/ 1996-1997/1998-1999-2000-2001-2002 (continúa), Representante Argentino del Seguro Cooperativo ante la Alianza Cooperativa Internacional, Integrante del Comité Argentino del MERCOSEGUROS, Director Titular de Sociedad de Warrants de Entre Ríos, Director Suplente Sociedad de Corretaje de Reaseguros “Stop Loss” hasta 1997, Vicepresidente de Sociedad de Corretaje de Reaseguros “Stop Loss” desde 1997 (continúa), Fundador y Director ASOCIART A.R.T. Aseguradora de Riesgos de Trabajo S.A. hasta 1996, Secretario del Directorio de ASOCIART A.R.T. Aseguradora de Riesgos de Trabajo S.A. desde 1996 (continúa), Miembro de la Comisión Directiva del CEER, Consejo Empresario de Entre Ríos desde 1999/2006 y Miembro de ICMIF durante 7 años y fue presidente durante 2 años de AAC/MIS siendo el único argentino en ocupar este cargo en esta organización.

También apasionado del deporte automotor y futbolístico, fue Piloto del Turismo Mejorado Anexo J y Presidente del Club Atlético Uruguay.

Fuimos a entrevistarlo en su departamento ubicado frente al principal paseo de Concepción del Uruguay. Por el alto de su ubicación permite tener dos de las vistas más privilegiadas que se pueden tener de nuestra ciudad.

En el frente, la Plaza Ramírez y toda la belleza de su arbolado, con una vista excepcional del Colegio Nacional, la Basílica, el Centro Cívico y la Policía.

En el contra frente, casi una postal viva del Rio Uruguay, con toda su imponencia, la lengua de arena de la isla Cambacuá y el ingreso del arroyo Negro (en territorio oriental).

El departamento es cómodo, pero no ostentoso y en él nos recibe, con afecto y cordialidad el dueño de casa.

Verborrágico, convencido de lo que dice y afirma, éste es el diálogo que mantuvo con La Ciudad y que ponemos a disposición de nuestros lectores.

La Ciudad: Contador, en función de haber sido intendente y de ser un apasionado de los temas locales ¿Cómo ve hoy la situación de Concepción del Uruguay?

Juan Carlos Lucio Godoy: Muy genérica la pregunta y por lo tanto muy genérica la síntesis que yo puedo hacer.  Yo diría que es una ciudad que no está al nivel que debería estar, porque se perdió tiempo en el camino. No tengo dudas, cuando hablamos de Concepción, que hubo un período de 1987 a 1991 que lamentablemente perdió posibilidades de crecimiento porque se rechazaron obras, se dejaron de hacer obras porque se dejaron de hacer actividades que eran fundamentales para el pueblo u otros como el caso de los carnavales. Aquí se rechazaron obras, concretamente porque me tocó a mí ser un protagonista para la concreción de las mismas, se rechazaron los cheques que vinieron para la obra de la defensa sur, para la defensa norte más el tratamiento de los efluentes cloacales que iban que iba a funcionar al lado de la defensa sur lo que hubiera sido un avance de infraestructura, urbanístico, además de salud y medio ambiente en la ciudad de Concepción del Uruguay. La CONPICU se destrozó cuando tenía en aquella época una suma millonaria en sus arcas que se usaron para otras cosas y demoró el funcionamiento del Parque Industrial. Se fueron destruyendo el funcionamiento de las Juntas Vecinales que es un organismo vital en el funcionamiento de una sociedad porque es lo que permite aglutinar el pensamiento y la colaboración de los vecinos hacia el conjunto social. Todo se dinamitó por una cuestión muy vieja que por suerte va desapareciendo en la política argentina que porque lo hicieron los otros yo no sigo con esto. Y esa pérdida de cuatro años es difícil de recuperar porque no es perder cuatro años y después de recupera todo, se pierden tendencias, se pierden visiones, se desnaturalizan proyectos y entonces después salieron con el tiempo comisiones vecinales pero que tuvieron un sesgo partidario y eso de defender lo partidario está bien, pero más importante es defender el pueblo.  Eso también fue demorando y hoy nos encontramos con una ciudad que es importante en Entre Ríos, en la Argentina es importante pero le faltan todas esas cosas que se fueron perdiendo y que se pueden recuperar, pero el trabajo cultural que hay que hacer es trascendente y allí es donde yo confío en la gestión actual que es conciliadora de hecho, porque son otras actitudes de aquellas del 87 que puedan generar de nuevo un ámbito de consensos y de trabajo articulado porque eso es lo que está esperando el pueblo.

No es plata solamente, esto es como está pasando con el país hoy, se están esperando inversiones, pero la inversión busca un lugar de plenitud, de seguridad, de posibilidades de rentabilidad y el funcionamiento futuro, bueno este pueblo puede traer muchas inversiones para delante pero también tiene que darle una ciudad protagónica, una ciudad con una vida pública y privada que sean contenedora y en ese sentido creo que hay expectativa. En ese sentido creo que hay que reconstruir cosas, aquí hay que construir una cultura ciudadana y además de trabajo conjunto de una manera, no quiero decir que sea apartidaria, pero quiero decir algo parecido, es decir que supere la cuestión de los partidos políticos, por eso me gusta la temática del pueblo, porque si yo amo a este pueblo lo amo como hombre de este pueblo y no como una persona de un partido político.

Es decir, cuando un llega al gobierno tiene que actuar como un hombre de la ciudadanía no como un hombre de un partido porque allí es donde suena todo y se hace principal lo accesorio, desde ese punto de vista, me parece incluso en la sociedad argentina, por lo mismo que los partidos políticos tradicionales han perdido vigencia en la forma también, valga la redundancia, tradicional, me parecen que se están armando formas y conceptos de trabajar que podrían ser muy positivos para el futuro.

L.C.: ¿Cuáles entiende que serían los ejes temáticos positivos sobre los que habría que trabajar para el desarrollo de la ciudad?

J.C.L.G.: Esta ciudad tiene tres o cuatros ejes permanentes positivos. Recién caminaba por el Puerto, veíamos hace un rato la playa, no hay playas en la provincia como la nuestra, tiene un ámbito universitario que es impresionante y que eso como empresa a nosotros en el caso de Río Uruguay le ha dado mucha ventaja contra otras empresas porque no es fácil tener tanta oferta educativa y de niveles importantes de profesionales. La industrial tenemos tanto en la parte avícola tenemos tanto en la parte avícola como en la de vacunas, tenemos la única fábrica de vacunas de la Argentina que quedó vigente a pesar de todo lo que pasó en los últimos treinta años y es una oferta local  que tenemos que defenderla y no sé si es tan reconocida en al ámbito provincial y nacional y me parece que son vectores fundamentales y que hay que ser protagonistas con ellos  porque fijémonos que desde La Plata a Santa Fe en ese territorio que se recorre con esa ruta imaginaria tenemos casi 15 millones de almas. Están acá a 200 km. de Gualeguaychú, a 350 de Colón y son demandantes de nuestras costas que son fantásticas y son demandantes de nuestra fortaleza, de nuestra riqueza que ya son inversores en muchos aspectos turísticos. Creo que, si tenemos una sociedad organizada, decía Perón, que yo he leído para tener en cuenta lo que significa una comunidad organizada, lo he practicado además como Intendente eso de trabajar en conjunto con los sectores de la comunidad para que potenciemos nuestra riqueza y podemos lograr que esos vectores primero se profundicen, se consoliden más y crezcan, además ampliar hacia otros vectores de la vida económica y financiera de nuestro pueblo.

Antes decíamos que teníamos Cajas de Créditos, que teníamos Bancos a montones y hubo momentos en que nos caímos en la oferta financiera y hoy hay de nuevo un montón de oferta financiera que no atiende bien en el interior, pero que también tenemos que generar nosotros las fortalezas para que vengan a ofertar dinero acá como inversionistas.

Así que para esos son los lugares fundamentales que siguen vigentes desde hace muchísimos años, casi de toda la vida pero que ahora con esta cuestión de la ruta 14, la autovía que es increíble el flujo de ingresos que ha generado, porque el turismo es un clinc caja impresionante. La gente viene y consume los pollos que se crían aquí, los productos regionales, además de usar el río, todo eso es valor agregado puro, es producto bruto de nuestra zona que genera como si fuera una exportación. Exportamos turismo, pero de turismo que viene aquí y deja el dinero.

L.C.: Cualquier domingo de cualquier mes del año, a la tarde, en que uno vuelve de Buenos Aires es increíble el tránsito de vehículos hace Buenos Aires.

J.C.L.G.: Uno cuando dice “voy para allá” hay que elegir el horario de mediodía o algún otro, pero el domingo uno viene tranquilo, porque es sabido que todos van de aquí para allá. Son miles de personas y cuánto dinero dejaron esas personas durante el fin de semana.

L.C.: ¿Y los mayores problemas?

J.C.L.G.: Los mayores problemas son los que tiene el país, con el agregado de que como mencionaba hoy, de lo que se perdió en el período del 87 al 91 que tanto se perdió en esta ciudad y algún gobierno posterior también que no hizo los deberes como correspondía. El problema de la pobreza, de la falta de agua y la falta de cloacas que son cuestiones esenciales en la vida comunitaria no se resuelven así nomás.

El de la pobreza es un problema nacional. Esto es algo que los índices y la problemática de la creación de empleo y la distribución del ingreso y consecuentemente de la pobreza no lo va a resolver la ciudad, aunque mucho puede hacer, pero no lo va a resolver. Pero la cuestión de cloacas y agua como para que toda la sociedad esté cubierta para tener salud adecuada y una vida digna en eso hemos perdido terreno y para mí, lo vengo diciendo hace mucho tiemplo, son las falencias que tiene nuestro pueblo y para ser ricos en todos los aspectos, lo que debe tener es salud y ese tipo de prestaciones que estoy mencionando.  Por supuesto que la falta de inversiones que generarían empleo que es una falencia, es producto de la estructura productiva de un país que tiene concentraciones que nosotros no generamos tantas ventajas comparativas, aunque ahora con el gas y el camino tenemos posibilidades distintas a las que teníamos hace treinta años atrás. Hoy el costo productivo de una empresa acá es casi el mismo que el que tiene en Buenos Aires porque tiene la energía y esas cosas que mencionaba como es el caso de la ruta.

L.C.: ¿Cómo visualiza la situación de la ciudad respecto del contexto provincial, regional y nacional?

J.C.L.G.: No ha jugado bien en los últimos tiempos la ciudad, no ha sido protagonista. Yo creo que a esta ciudad le falta venderse, esta ciudad tiene que tener marca propia y esa marca hay que venderla. En un momento se buscó hacer esas cosas, pero luego con las interrupciones tan arcaicas que hubo, nos hicieron perder marca. Nosotros tuvimos el carnaval más importante de la costa del Río Uruguay y esa marca se perdió en el 87 y se fue a Gualeguaychú. Estas cosas me duelen en el alma porque son cosas perdidas hasta casi deliberadamente. Casi toda la provincia tiene características similares y está en un estado de estancamiento, lo he estudiado mucho a este tema, lo he trabajado, lo he expuesto y esta es una provincia, que cuando la compara con la región centro, es la provincia más pobre, la que menos crece, la de menor industria, como consecuencia la provincia con el menor valor agregado y eso a la larga se siente. Es como una divergencia, van Córdoba y Santa Fe por un lado que van creciendo y nosotros que vamos estancados. Eso produce que Concepción esté dentro de esas generalidades de la ley, pero mejor posicionada de todo lo que no es la costa del Río Uruguay, fundamentalmente por su vinculación con el gran Buenos Aires y la zona de tanto tránsito que tiene acá, pero esa conceptualización que uno hace y que a veces es odiosa, que Colón está mejor que aquí yo no la hago. Lo que, si he visto, es mejor a Concordia que ha mejorado estéticamente, en seguridad y ha mejorado socialmente, lo que es bueno porque integra más a la región, con Federación y Chajarí que son lugares espectaculares, a Gualeguaychú le va bien y a Concepción le va bien y le va a ir mejor con el tiempo en la medida en que nosotros logremos fortalecernos entre nosotros mismos.

En este contexto regional del Río Uruguay que digo tiene ventajas sobre el resto de la provincia, sería cuestión en alguna medida de hermanar más las ciudades para trabajar una especie de corredor de manera sistemática y hasta se podría conectar con el corredor del Rio Uruguay del lado uruguayo, me parece que estamos en condiciones de hacerlo, no veo ventajas en los otros, no hay ciudad que tenga lo que tenemos nosotros. En este pueblo nació la Organización Nacional, aquí nació, vivió, gobernó el país y murió Urquiza y al margen de cuestiones políticas, del pasado, lo que fuera, esto fue cuna de la Organización Nacional. Este Colegio del Uruguay que tenemos acá es el efecto más demostrativo de lo que significó Concepción del Uruguay en todo tiempo y lugar. Entonces tenemos ventajas, el Centro Cívico que tenemos aquí no lo tiene ninguna ciudad de la provincia y no sé cuantas, de la Argentina, una Basílica con los restos de Urquiza, el edificio policial con lo que representa, la Universidad de Entre Ríos que fue el teatro Primero de Mayo, no hay un centro cívico parecido a éste. Tenemos, además del desarrollo, una oferta turística que tiene gran contenido, porque ese Colegio tiene mucho sentido, fue un faro de la educación argentina, fue transformador en esta región, entonces yo tengo la sensación y esto pareciera que fuera una cuestión de tipo emocional, nada más, que en nuestras venas corre esa sangre de nuestros antepasados que fueron libertarios en esta zona. Yo tengo esa sensación, me siento muy orgulloso del pueblo donde vivo que, si solo emuláramos en algo lo de Ramírez, en algo lo de Urquiza, en algo lo de Artigas, cuando hizo el Congreso de Oriente, había que tener cojones en aquella época para instalarse en estos lugares. Creo que eso es transmisible de alguna manera, creo que nosotros culturalmente podemos hacer cosas, debemos hacer cosas para transmitir lo que representa porque eso le da más mística a esa búsqueda de crecimiento. Entonces en este contexto regional nosotros tenemos ventajas que tenemos que aprovecharlas. Por eso me gusta la temática del pueblo porque si algo defiendo en este momento de mi vida es mi pueblo, si algo defiendo y quiero que progrese es mi pueblo. Mi pensamiento está en determinados aspectos, como en la empresa donde trabajo, mi vida privada, la ciudad donde vivo, porque a mí me gusta ser orgulloso de la ciudad. Estamos haciendo ahora una inversión que va a ser muy importante para el futuro de Concepción del Uruguay y le va a sacar ventajas al contexto en una zona importante y si nosotros nos revalorizamos, revalorizamos nuestra historia, tenemos proyecto de futuro y trabajamos armónica y cohesionadamente yo creo que tenemos un futuro muy lindo.

L.C.: ¿Que nos podría decir de su visión futura sobre el mediano y largo plazo uruguayense?

J.C.L.G.: Bueno yo tengo esa visión, que a Uruguay le falta una política integral como pueblo al margen de las diferencias partidarias que puedan existir. Si nosotros lográramos eso, si acá se antepusiera el interés local, lo que es el concepto de desarrollo local y se tomaran como política de estado los  vectores que hoy mencionamos como para defenderlos permanentemente y después discutimos los cargos y las candidaturas y quien gana las elecciones;  tenemos un futuro promisorio, ahora hay que tener grandeza para estas cosas, hay que tener voluntad para estas cosas, hay que encontrar compañeros de ruta -digo en los que están gobernando sobre todo- que compartan esta idea y que no le vayan tirando el saco para decir «no che, mira,  pensá en el futuro mío, en el futuro tuyo». Acá hay que pensar en el futuro colectivo. A mí me parece que están dadas las condiciones porque incluso nosotros -incluso- reitero esto estamos a 300 kilómetros de un perímetro, de  una media circunferencia, que tiene la mayor cantidad de habitantes y además está inserta en la zona centro que si la aprovechamos a nuestro favor y no que nos subsuma nos puede hacer crecer enormemente hay que tener en esto un plan de desarrollo para la ciudad, que tiene que ver con lo urbanístico y que tiene que ver con lo productivo y ese plan de desarrollo nosotros lo hicimos en el 83/87, como no se va a poder repetir ahora si nosotros éramos imberbes en aquel momento, éramos jóvenes, teníamos las primeras experiencias con la vida pública y democrática porque recién empezaba y sin embargo pudimos en la comunidad hacer un  proyecto urbanístico y un proyecto productivo ¿Cómo no se va a poder hacer ahora? Están dadas todas las condiciones para que eso suceda, y no lo puede hacer solo la parte privada porque es fundamental la parte pública y no lo puede hacer solo la parte pública, porque es fundamental la vida privada. Entonces el hermanamiento de los dos aspectos de lo público y lo privado, para estas grandes cosas, se hace necesario. Es como se han hecho otras cosas acá, a veces hermanadamente, el plan de progreso para un pueblo hay que hacerlo de la misma forma. Entonces si acá nos paramos a trabajar en conjunto por el proyecto de pueblo que queremos, insisto, veo un futuro muy promisorio.

L.C.: Una pregunta insoslayable ¿Cómo evalúa la gestión nuevo gobierno nacional?

J.C.L.G.: Bueno, yo creo que en estos temas todavía ni hablar, obviamente están abocados a resolver las cuestiones -como todo gobierno que recién empieza- problemas del pasado que siempre uno les echa la culpa y aquí tiene unos justificativos muy fuertes que es la cuestión moral, como para echar culpas hacia atrás, pero en lo infraestructural estamos en el mismo país que hace cincuenta años, tenemos la mismas carencias, las mismas formas de desarrollo, pero todavía porque se levantaron las vías férreas y hemos perdido mucho federalismo y se ha hecho mucha concentración. Así que este gobierno, me parece que además, no tuvo la suficiente experiencia sobre lo que era la Argentina que le tocaba gobernar e hizo previsiones que no fueron las correctas para los tiempos que vienen y lo que yo espero es que pueda corregirlas y veo que hay aptitudes para que eso suceda, que hay idoneidades para que eso suceda y si acá tuviéramos una buena conducta moral en la vida pública nacional y hubiera proyectos que no solamente se preocupen por el blanqueo y por la inversión de los extranjeros, sino por una Argentina armónica como lo plantea la Constitución Nacional del 94 que nunca se cumplió, por eso al final que es un régimen de coparticipación para lograr un equilibrio del país, si pudiéramos encarar esas cosas mejor que creo que tiene que ser un objetivo a cumplir de este gobierno porque así lo ha planteado, entonces podría ser que le vaya bien; pero hoy por hoy, está en una transición terrible, fue muy mala la decisión del ministro de energía. Nadie niega que hay que hacer ajustes en los precios. Eso lo sabe en una familia, según el salario que se tenga, para ver cómo se vive; en una empresa, para ver los ingresos que se tienen y en consecuencia para ver en que avanzamos en que invertimos o en que no gastamos. En el país también se sabía que había problemas, pero no para hacerlo de la manera que se lo hizo. Estas son cuestiones políticas, que a mí no me vengan con el cuento que había que hacer esto, había que hacerlo, pero de otra manera, y las maneras y las formas, en democracia, son tan importantes como el fondo. Por eso yo pregono por el acuerdo de protagonistas para llevar adelante un proyecto porque eso es más importante que un ajuste o que una plata. Si yo no tengo acuerdos de que me sirve en una sociedad la plata. Una sociedad que puede ser de un grupo de personas o la sociedad en su conjunto, porque tiene que haber son proyectos de consenso. Entonces en el caso energético hubo un error, yo diría en esto me hace acordar a la tablita de Machinea, que fue el error que tuvo el gobierno de De la Rúa de entrada. Y se hubiera podido hacer de otra manera, porque en definitiva con diez pesos más o diez pesos menos, hablando en términos de porcentaje del presupuesto no cambia la vida de este país. La estructura productiva de este país no va a cambiar porque tenga una tarifa más alta, pero lo que cambió fue la situación política; entonces un gobierno que venía con todo el ímpetu de haber sido ganador, lo deteriora un tipo que -además- es de una empresa extranjera. Digo, no lo entendí, lo dije hace mucho tiempo, lo vuelvo a decir ahora. Estas cosas ¿cómo se corrigen? Y sacando a esa gente. Yo no lo veo positivo el mantenimiento de personas que le han hecho daño al gobierno. Entonces, si eso se corrigiera y se produjera la disminución de la inflación y hubiera un buen resultado del blanqueo y hubiera, consecuentemente, inversiones del exterior, me parece que podríamos empezar a transitar un camino de crecimiento. Ahora con una pregunta ¿el crecimiento hacía adónde va a ir? ¿Hacia manos concentradas o hacia el pueblo argentino? Es decir, a mí el trabajo del derrame ya no me lo vende nadie. El derrame en economía no es automático. No es que se crece y naturalmente, se desparrama. El que tiene dinero, hace más dinero, porque es el único que tiene capacidad cuando hay posibilidad de crecimiento y de invertir. Yo lo veo de esa manera, de cualquier forma, tengo optimismo y quiero que le vaya bien, pero lo que yo digo es objetivamente -para mí- que soy un sujeto así que tiene relatividad, la objetividad mía, creo que estas son las falencias que se tienen, creo en las cosas que se pueden llegar a hacer bien, pero lo más importante que tiene la vida económica en un pueblo es la distribución de la riqueza como corresponde y yo a esa todavía no la veo y quisiera verla.

L.C.: Háblenos un poco del JCLG personal, cuáles son sus proyectos ¿RUS, la política, la vida privada o todas ellas?

J.C.L.G.: Mi principal amor en mi vida es RIO URUGUAY, es la causa de mi vivir hoy en día y creo que fue toda la vida, lo que pasa es que yo le he repartido en esa cuestión de vocación de trabajo por la comunidad que mucho por otro lado me ha costado, pero yo lo he vivido siempre con mucha intensidad. Para mí el proyecto inicial de RIO URUGUAY, aquel del 58, es un proyecto de tanto altruismo que si además tiene sustentabilidad económica se pueden conjugar perfectamente los sueños con las realidades. Eso es como el dicho de la Frater. Desde ese punto de vista mis esfuerzos mentales y físicos, hoy día, están en RIO URUGUAY. Lo segundo es mi vida privada. Yo quiero estar bien. En mi vida y con mis hijos, y con la familia que uno tiene y cuidarme físicamente, porque me gusta la vida, porque me encanta la vida, como definición. Para eso uno tiene que estar en buenas condiciones, tiene que defender su cuerpo. El único capital propio que nos dio Dios y la vida, es el cuerpo. Si uno no lo cuida, nadie lo va a cuidar por uno.

La política es algo que me interesa desde el punto de vista conceptual, no desde la militancia, yo no tengo ganas de militar políticamente, yo no tengo ganas de ocupar cargos públicos, no me interesa. Yo fui candidato, en esta última campaña, porque como fui el promotor de la construcción de un proyecto colectivo precisamente, no de cosas individuales, de un proyecto personal o de un partido, sino que fue una cosa mucho más amplia que eso. Lo promoví y por eso quedé enganchado, de alguna manera. Yo dije “soy candidato a gobernador o nada” y después me dijeron que eso era muy egoísta. Entonces dije, está bien, voy a ser solidario, me quedo enganchado en esto. La vida dio lo que dio. El resultado que dio y a mí no me interesa volver a ser candidato. Ni me interesa tampoco, recorrer toda la provincia y hacer mil discursos que a veces me siento muy mal, porque volvemos a las otras cosas. Me duele la pobreza, me duele la falta de agua, me duele la falta de luz, me duele la salud que prestamos a la provincia donde en los hospitales del interior, mas interior, no hay médicos y entonces yo, hacer política para dar como resultado esa sociedad, ni loco; porque eso es mentirle a la gente. Los que fuimos setentistas, lo que tuvimos los ideales revolucionarios de los 70, que quisimos una sociedad como la que no se logró, si no abdicamos de aquello, es muy difícil seguir haciendo, porque hacer política para hacer un poco más de lo mismo, no tengo ganas. Por eso, como me parecería que si yo estuviera en política estaría haciendo algo así como una especie de engaño a la gente y esto a ver si lo puedo especificar un poco más, es casi incumplible la redención del pueblo, es casi incumplible. Yo entre a la política por ser un militante por la vida, porque mi papá era socialista yo terminé entrando al radicalismo porque me gustó Alfonsín, porque me dolió lo de Illia, pero entre en política no porque yo fuera una persona de la política ni porque viniera de una familia política, lo que pasa es que vino el 83 y se venía y me interesó participar en la vida comunitaria política como ideal y resulta que después se fue trastocando tanto la política, que yo no la quiero vivir así, no me gusta. Entonces, hice lo que hice porque había que hacerlo, porque son los costos de haber creado cosas y reconstruido cosas en política, pero yo no quiero hacer seguir haciendo lo mismo. En todo caso ser un protagonista del cambio del mundo, de la sociedad, integral y en particular del mundo de la empresa, una empresa cooperativa y que transforme el medio y que pueda ser ejemplo como empresa para otras empresas y para el medio mismo en el que trabaja. Eso sí me interesa. Ese sería un ideal para mí en este momento, pero saber que voy a ser un funcionario público para que la gente habrá la canilla y siga no teniendo agua, la verdad que ni loco.

L.C.: ¿Desearía agregar algún mensaje o alguna reflexión en particular?

J.C.L.G.: Eso que conté es mi vida, es lo que pienso y como dice Bachrach en uno de sus libros “hay que hacer lo que a uno le gusta y no lo que a uno no le gusta”, y tengo ganas de hacer lo que me gusta. Ojalá Dios me ayude, porque la verdad que por ahí vienen esos empujones, esas “meloneadas”, esas sobadas de lomo que te necesitamos y la verdad que por eso yo dije que la vida privada me interesa mucho porque yo quiero vivir en paz.  Yo vivo con estrés, tuve soriasis -después se me fue-, tuve colon irritable y tengo todas las enfermedades posibles que por suerte me paran a tiempo y no me da un infarto. Yo soy una persona de alto estrés, por alto compromiso. A mí me da no sé qué no cumplir con mi pueblo, me da no sé qué no cumplir con todas las obligaciones. Por ahí te quedan huecos y fallas, y me han tocado esas cosas y entonces yo estoy muy feliz con la vida que hice, muy feliz, pero he tenido pérdidas muy grandes; y por eso digo defiendo la vida privada. Esto no es un agregado. Esto es ratificar lo que he estado diciendo.

LC.: Muchísimas gracias.

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