El controvertido ultraderechista Jair Bolsonaro será el próximo presidente de Brasil tras ganarle este domingo la segunda vuelta de las elecciones a Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores, (PT).
Bolsonaro, de 63 años y polémico por sus declaraciones de tinte machista, racista y homófobo, se impuso con más de un 55% de los votos.
Candidato por el Partido Social Liberal (PSL), Bolsonaro supo capitalizar el hartazgo de los brasileños con la mala situación de la economía, la inseguridad y la corrupción.
Dijo que su gobierno «será defensor de la Constitución, la democracia y la libertad».
Así, tras haber sido diputado durante los últimos 28 años, consiguió presentarse como el candidato antisistema y cosechó el voto de castigo contra el PT, que gobernó 13 de los últimos 15 años.
Hizo campaña con la promesa erradicar la corrupción y aplicar mano dura contra la delincuencia, así como salir de la crisis con un paquete de reformas de corte neoliberal.
Fin de las recomendaciones
Para sus críticos, Bolsonaro es un riesgo para la democracia de Brasil por la cantidad de militares de los que se rodea y por haberse mostrado como admirador del régimen militar (1964-1985).
También ha sido criticada su admiración a un conocido torturador de opositores de izquierda.
De hecho, las organizaciones defensoras de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) y Human Right Watch (HRW) le exigieron respeto a los derechos fundamentales de los brasileños.
Tras emitir junto a su esposa un mensaje en redes sociales, Bolsonaro hizo su primer discurso como virtual presidente electo desde su residencia de Río de Janeiro, donde permanece tras haber pasado 23 días hospitalizado después de ser acuchillado durante un mitin el pasado 6 de septiembre.
En su intervención, insistió en que su gestión será «democrática» y que su gobierno seguirá «las enseñanzas de Dios al lado de la Constitución».
«(Los brasileños) clamaban por cambios. No podíamos seguir flirteando con el socialismo, el comunismo, el populismo o el extremismo de la izquierda», dijo.
«Con toda seguridad, esta es una misión de Dios. Estaremos listos para cumplirla (…). Nuca estuve solo. Siempre sentí la presencia de Dios y la fuerza del pueblo brasileño«.
Poco después, tomó la mano de un pastor evangélico para rezar en una improvisada ceremonia, en la que el religioso lanzó una plegaria y elogios al exmilitar.
Bolsonaro es católico, pero los analistas creen que el apoyo que tuvo de líderes evangélicos fue clave para su triunfo.
Reacciones
Tras una votación que no hizo más que reforzar la profunda división entre el norte, más favorable a Haddad, y el sur, que votó por Bolsonaro, el candidato derrotado dio un discurso en el que no mencionó al ganador y anunció que hará oposición en defensa de «la democracia y las libertades».
La periodista Natuza Nery, de Globo News, escribió en Twitter que le había preguntado a Hadad la razón por la que no llamó al presidente electo.
«Me llamó canalla y dijo que si salía elegido me iba a llevar detenido», justificó Haddad quien dijo también, según Nery, que no podía «prever la reacción».
Bolsonaro publicó en Twitter que sí recibió una llamada de felicitación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con quien ha sido insistentemente comparado.
«Manifestamos nuestro deseo de acercar todavía más estas dos grandes naciones y avanzar en el camino de la libertad y la prosperidad», tuiteó el ahora presidente electo de Brasil.
Desde Argentina, el presidente Mauricio Macri, felicitó a Bolsonaro: «Deseo que trabajemos pronto juntos por la relación entre nuestros países y el bienestar de argentinos y brasileros», escribió en Twitter.
Por su parte, el chileno Sebastián Piñera invitó al presidente electo de Brasil a visitar su país.
Y desde Venezuela, Nicolás Maduro se unión a las felicitaciones a Bolsonaro, pese a que el brasileño se ha mostrado muy crítico con el mandatario venezolano.
«El gobierno bolivariano aprovecha la ocasión para exhortar al nuevo presidente electo del Brasil a retomar, como países vecinos, el camino de las relaciones diplomáticas de respeto, armonía, progreso e integración regional, por el bienestar de nuestros pueblos», dijo el gobierno venezolano en un comunicado.
Bolsonaro fue felicitado por el presidente, Michel Temer, quien ante la fuerte división vivida durante la campaña, dijo: «Es hora de que todos unidos sigamos trabajando por Brasil».
Y es que los 147 millones de electores convocados en el balotaje presidencial votaron en un ambiente de fuerte polarización.
La campaña fue de lo más controvertida e incluso Bolsonaro fue apuñalado y herido de gravedad durante un acto.
Otro factor que contribuyó a la polarización fue el veto judicial a la candidatura del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT), quien está cumpliendo condena de cárcel por corrupción.
Sustituido por Haddad como candidato del PT, las encuestas daban a Lula como favorito incluso por encima de Bolsonaro.
Sin Lula como candidato, Bolsonaro comenzó la campaña con una clara ventaja en los sondeos. Y en la primera vuelta, obtuvo un 46,03% de apoyo, seguido por Haddad con 29,28%.
Bolsonaro se vio también favorecido por el fuerte rechazo al Partido de los Trabajadores (PT), que con Lula y luego Dilma Rousseff gobernó durante 13 de los últimos 15 años.
La era del PT se terminó cuando Rousseff fue desbancada hace dos años en medio de la peor recesión y el mayor escándalo de sobornos y corrupción en la historia del país.
Y Bolsonaro se presentó como alguien libre de mancha, un «salvador» que, con mano dura, va a acabar con la corrupción y a conseguir que el país sea más seguro.
Muchos de quienes votaron por él este domingo también lo hicieron para evitar a toda costa el regreso del PT al poder.
la sorprendente trayectoria del controversial presidente electo de Brasil
Ha levantado olas de indignación por sus comentarios racistas y homofóbicos. Pese a ello, muchos en Brasil ven a Jair Bolsonaro como el hombre que puede acabar con la inseguridad que golpea al país.
Tras el triunfo de este domingo, este excapitán del ejército de 63 años se convirtió en nuevo presidente del país más grande de América Latina.
A principios de septiembre fue apuñalado durante un acto de campaña en el estado de Minas Gerais (sureste del país). El detenido, Adelio Bispo de Oliveira, quien se declaró culpable del ataque, dijo que actuó «por orden de Dios».
Pese a que el incidente le impidió hacer campaña, Bolsonaro subió en las encuestas y este domingo se impuso a su rival Fernando Haddad, candidato del Partido de los Trabajadores (PT).
Figura divisiva
Bolsonaro, parlamentario desde 1991, es una figura muy polémica y ha provocado indignación con comentarios homofóbicos y misóginos.
Sus controversiales posturas sobre temas sociales y políticos le han ganado el apoyo de millones de brasileños, pero también le han generado una imagen muy negativa entre otros sectores de la población, lo cual no impidió que fuera elegido presidente.
Sus detractores señalan que, más allá de sus posturas extremas, tiene un pobre historial en una larga carrera en el Congreso de Brasil, donde -afirman- no ocupó cargos de gran responsabilidad ni logró el impulso y la aprobación de ninguna ley relevante.
Más a la derecha de Trump
El 29 de septiembre tuvo lugar en Brasil la mayor movilización de mujeres de la historia del país. La razón: manifestarse contra Bolsonaro bajo el eslógan de «Ele Não» («Él no»).
Sus comentarios misóginos provocaron el rechazo de muchos. Una vez le dijo a una congresista que era tan fea que no merecía ser violada.
Aunque la prensa internacional ha comenzado a llamarle «el Trump brasileño», estableciendo algunas comparaciones con el mandatario estadounidense, en realidad, Bolsonaro se ubica ideológicamente más a la derecha.
Bolsonaro aboga por hacer frente a la inseguridad adoptando leyes menos estrictas para el control de armas y cuenta con el respaldo de millones de cristianos evangélicos, que le apoyan por su postura radical en contra del aborto.
Además ha defendido la tortura y la aplicación de la pena de muerte.
Sus posturas ha podido dejarlas claras a lo largo de más de 30 años de carrera parlamentaria.
«Estoy a favor de la dictadura», proclamó en 1993 desde el podio de la Cámara de Diputados de Brasil en defensa del régimen militar que gobernó el país desde la década de 1960 hasta 1985.
«Jamás resolveremos los graves problemas nacionales con esta democracia irresponsable», agregó.
En aquel momento, Bolsonaro -quien se encontraba en el primero de sus siete periodos como diputado- se mostraba como simpatizante del gobierno de Alberto Fujimori en Perú y era partidario del cierre del Congreso en Brasil para hacer frente a la corrupción y a la hiperinflación en el país.
También ha prometido dejar de financiar a las organizaciones de derechos humanos.
«No sirven ni para procrear»
En 2016, cuando el Congreso votó a favor del «impeachment» o juicio político contra la entonces presidenta, Dilma Rousseff, Bolsonaro dedicó su voto al coronel Alberto Brilhante Ustra.
Ustra fue el hombre que lideró el Doi-Codi -una agencia temida dentro de los servicios de seguridad- entre 1970 y 1974 y fue acusado de supervisar personalmente la detención ilegal y tortura de unos 500 activistas de izquierda durante la dictadura.
Pero esta no es ni remotamente su única polémica de este tipo.
En 2017, generó una gran controversia al anunciar que si llegaba a la presidencia acabaría con las reservas indígenas y las «quilombolas» (palenques, asentamientos en los que se refugiaban los esclavos rebeldes en Brasil y en las que ahora viven sus descendientes) porque obstaculizan la economía.
En referencia a los residentes de los quilombolas (principalmente afrodescendientes), Bolsonaro aseguró que «no sirven ni para procrear».
Esto derivó en una denuncia en su contra ante el Ministerio Público y en una posterior condena judicial por daños morales colectivos a esas comunidades y a la población negra en general.
Dos años antes, en 2015, Bolsonaro había sido multado por haber dicho que la congresista Maria do Rosario «no merece ser violada: ella es muy fea».
Mientras que en 2011, en una entrevista publicada por la revista Playboy en 2011,afirmó que sería «incapaz de querer a un hijo homosexual» y que preferiría que un hijo así «muriera en un accidente».
Bolsonaro está casado en terceras nupcias y tiene dos hijas y cuatro hijos. De estos, dos han seguido la carrera política.
Pero todas las polémicas en las que ha estado envuelto no impidieron (e incluso es posible que hayan ayudado) que este 28 de octubre se convirtiera en el candidato más votado y próximo presidente de Brasil.
(Fuente: https://www.bbc.com/mundo)