por Tabaré Oddone –
Lo hemos dicho y escrito en varias oportunidades y no nos cansamos de reafirmarlo una y otra vez. Si hay dos países en el mundo que están hermanados por su historia y por su gente esos países son Uruguay y Argentina.
Algunas historias de vida pasan desapercibidas y otras quedan en la memoria de las personas a lo largo del tiempo.
Tal es el caso del argentino Gabino Ezeiza payador, poeta, afro argentino apodado el Negro Ezeiza que hermanara a Paysandú, ciudad de la República Oriental del Uruguay con su patria Argentina.” Heroica Paysandú, yo te saludo. Hermana de la tierra en que nací. Tus glorias y triunfos esplendentes, se cantan en tu tierra como aquí.” Así sonaban las rimas de su inmortal milonga.
Ezeiza fue un grande que selló con la música parte de estas historias entrelazadas.
Fue uno de los más famosos payadores, tanto en su tierra como en el Uruguay.
El 23 de Julio ha sido declarado “Día del Payador” en la Argentina y surge del famoso y reconocido contrapunto con el cantor uruguayo Juan de Nava, realizado en el teatro Artigas de Montevideo allá por el año 1884.Gabino en una improvisación de lo que sería la canción de Paysandú por excelencia, con su “Heroica Paysandú…” triunfa ante un auditorio completo. Ezeiza en esa patriada dejaba asentada su afirmación: “la milonga campera, proviene del candombe africano”
Gabino Ezeiza argentino, es querido y respetado en Uruguay .Fue uruguayo por un instante sin saber que sería por adopción popular, uruguayo para toda la vida.
Cayetano Alberto Silva fue en cambio uruguayo de nacimiento, nacido en un frío agosto de 1868 en la ciudad de Maldonado, hijo de Natalia Silva, una esclava de la familia que le dio el apellido. Fue un gran músico que regaló Uruguay a su república hermana .Cayetano se hizo ciudadano argentino por opción. Estudió música primero en Montevideo y después llevó su música por el Teatro Colón, hasta que se mudó a Rosario. Ahí lo nombraron
maestro de la Banda del Regimiento 7 de Infantería. En el año 1898, lo contrata la Sociedad Italiana de Venado Tuerto y se muda con su familia a esa ciudad. Y su espíritu inquieto le permite fundar un centro lírico y hace lo que tanto ama: enseña y escribe música.
Varias de ellas fueron marchas militares y otras tantas para teatro para su compatriota y amigo Florencio Sánchez.
Aunque en realidad, Cayetano Alberto Silva será eternamente recordado por haber escrito la partitura musical que después se conocería como la Marcha de San Lorenzo. En un buen gesto, Cayetano escribió una marcha con una tonada de neto corte marcial, alegre y pegadiza a la vez que heroica y épica, que logra el difícil objetivo de despertar en los asistentes sentimientos de patriotismo, para dedicársela al Coronel Pablo Ricchieri, en ese entonces Ministro de Guerra de la Nación. Y como era de esperar de la soberbia existente de esta casta le pidió que le cambiara el título por «Combate de San Lorenzo”.
En el año 1902 fue estrenada oficialmente-sin letra- y declarada la Marcha Oficial del Ejército Argentino.Recién en 1907 su amigo
Carlos Javier Benielli, le agregaría la letra que luego sería adaptada para las escuelas.
Lo dolorosamente anecdótico es que Cayetano Silva acosado por la pobreza tuvo que vender los derechos de la marcha a vil precio.
A pesar de todo, este pobre negro uruguayo fue conocido y se hizo famoso en Europa donde consideraron que la Marcha de San Lorenzo era una de las cinco mejores partituras militares de la historia. Los ingleses pidieron autorización a la Argentina para ejecutarla en la coronación del Rey Jorge V, lo mismo ocurrió para la coronación de la Reina Isabel II, habitualmente se utiliza en los cambios de guardia del palacio de Buckingham, fue utilizada en películas, reincorporó a bandas militares de Uruguay, Polonia y Brasil.
Lo único lamentable que mancha no a la Marcha ni a su autor sino a la Argentina es que le regaló la Marcha al ejército Alemán y que esta fue utilizada en la Segunda Guerra Mundial por los alemanes cuando entraron por el Arco del Triunfo en París.
Pero por suerte en desagravio a este doloroso hecho el General Dwight Einsenhower también la hizo ejecutar cuando el ejército aliado entró en París para liberarla.
Cayetano Silva murió en Rosario, Argentina en un caluroso enero del año 1920, solo y negado en su sepultura por ser negro. Lo sepultaron sin nombre
Recién se puede decir que en 1997 se hizo justicia y sus restos fueron trasladados al Cementerio Municipal de Venado Tuerto.
…”Cubriéndose de gloria, cual precio a la victoria, su vida rinde, haciéndose inmortal…” .