Juan Carbonell, de profesión escribano, era una persona amigable pero -por sobre todo- un fervoroso militante del Partido Comunista, sosteniendo y manifestando sus convicciones con firmeza y valor aún en los momentos en que fueran avasalladas las instituciones de la República. Esa militancia lo llevó alguna vez a la cárcel.
Entre 1983 y 1987 ocupó, por el voto popular, una banca en el Concejo Deliberante lo que lo convirtió en el único comunista de la historia entrerriana en llegar a ser concejal. Durante sus cuatro años de gestión donó su dieta a distintas entidades de bien público.
Años mas tarde fue el compañero de fórmula de Eduardo Asrilevich como viceintendente postulándose para la intendencia de Uruguay, en representación del partido Nuevo Encuentro.
Sostenía la vigencia de las posiciones de izquierda y de derecha mientras en el mundo existiera la desigualdad.
En el ejercicio de la concejalía presentó el proyecto de creación de la Plaza de los Derechos Humanos ubicada en Bv.Irigoyen, aprodada por el HCD y promulgada por el intendente Juan Carlos Lucio Godoy.
El periodista Juan Luis “el gordo” Puchulu, recuerda la noche del 10 de noviembre de 1989, en la que fuera derribado el muro de Berlín y se desmoronaba el poder de la Unión Soviética; a la mañana siguiente, Juancho, parado en una céntrica esquina, repartía el periódico partidario Nuestra Palabra. Puchulu, respetuosamente, a modo de consuelo, le dijo “Venga Paisano, ya pasó todo”. La respuesta fue “No, estos son los momentos en los que hay que estar.”
Asi era él y así será recordado.
Si bien hacía bastante tiempo había dejado Concepción del Uruguay, para residir junto a su esposa y su hija en la ciudad de Campana, provincia de Buenos Aires, dejó en nuestra ciudad un recuerdo imborrable entre quienes lo trataron, lo conocieron y supieron de su amistad.
Por todo eso, en Concepción del Uruguay, sus muchos los amigos que no podrán evitar que se les caiga una lágrima.
Sus restos -informó su hijo- serán cremados y quedarán en Campana. Tenía 85 años.