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Encuentro de Belgrano y San Martín: enero de 1814

Por Dra. Norma Noemí Ledesma | Investigadora del Instituto Nacional Belgraniano |

En la segunda mitad de enero de 1814 tuvo lugar el encuentro entre Manuel Belgrano y José Francisco de San Martín, los “Padres de la Patria”. Mientras algunos historiadores sostienen que el mismo tuvo lugar el 17 de enero, otros aseveran que fue en los días sucesivos. Consideramos que lo realmente importante es la gravitación del mismo en el curso de la Guerra de la Independencia en la América del Sur. 

Ante el fracaso militar de la Segunda Expedición al Alto Perú al mando del General Manuel Belgrano y la consiguiente retirada de los restos de su ejército, el Directorio envió una expedición de auxilio, nombrando como jefe en diciembre de 1813 al Coronel José de San Martín.
San Martín partió hacia el norte como Jefe de la Expedición Auxiliadora al mando de los dos primeros escuadrones del Regimiento de Granaderos, cien artilleros y el primer batallón número 7, alcanzando un total de 1250 hombres. El 16 de diciembre se le confirió el grado de Mayor General del Ejército Auxiliar del Perú, con Belgrano como General en Jefe. Cabe mencionar que San Martín y Belgrano mantuvieron una nutrida correspondencia a lo largo de los años, consolidándose una amistad y una complementación militar y política que consideramos, al igual que muchos otros historiadores, fundamental para el triunfo de la Revolución en la América del Sur. Lamentablemente, solo se conserva parte de la correspondencia que Belgrano envió a San Martín y no aquella que este le envió a Belgrano. Tampoco han llegado hasta nuestros días las primeras cartas que intercambiaron, que según algunos historiadores tuvieron lugar en el año 1813 después del triunfo de Salta (20 de febrero de 1813).
La primera carta de Belgrano a San Martín, de la cual tenemos testimonio, está datada en Lagunillas el 25 de septiembre de 1813, es decir previo a las derrotas de Vilcapugio (1º de octubre de 1813) y Ayohuma (14 de noviembre de 1813):
 “¡Ay! Amigo mío. ¿Y qué concepto se ha formado Usted de mí? Por casualidad, o mejor diré, porque Dios ha querido me hallo de general sin saber en qué esfera estoy: no ha sido esta mi carrera y ahora tengo que estudiar para medio desempeñarme y cada día veo más y más las dificultades de cumplir con esta terrible obligación.
 […] Milá no me ha escrito este correo, o su carta se ha traspapelado; me priva por consiguiente del cuaderno de que Usted me habla y lo siento infinito. La abeja que pica en buenas flores proporcionará una rica miel. ¡Ojalá que nuestros paisanos se dedicasen a otro tanto y nos dieran un producto tan excelente como el que me prometo del trabajo de Usted, por el principio que vi en el correo anterior, relativo a Caballería; me llenó y se lo pasé a Díaz Vélez para que lo leyera.
[…] Crea Usted que jamás me quitará el tiempo y que me complaceré con su correspondencia, si gusta honrarme con ella y darme algunos de sus conocimientos para que pueda ser útil a la Patria, que es todo mi conato, retribuyéndole la paz y tranquilidad que tanto necesitamos”.
Precisamente, según algunos historiadores, fue el importante comerciante catalán José Antonio Milá de la Roca quien vinculó a ambos próceres. Esta carta de Belgrano a San Martín permite advertir la admiración y estima que se profesaban, aun antes de su encuentro.
En carta de Belgrano a San Martín, fechada en Humahuaca el 8 de diciembre de 1813, le expresaba lo siguiente:
“Paisano y amigo: No siempre puede uno lo que quiere, ni con las mejores medidas se alcanza lo que se desea; he sido completamente batido en las Pampas de Ayohuma cuando más creía conseguir la victoria. Pero hay constancia y fortaleza para sobrellevar los contrastes y nada me arredrará para servir, aunque sea en la clase de soldado, por la libertad e independencia de la Patria. Mucho me alegraré que venga el refuerzo ofrecido, que ponen algunos en duda con las nuevas noticias de España.
Si no fuéramos españoles, debió haber estado conmigo antes de la acción de Salta; pero debe verificarse el proverbio: después del amo, etc., o lo que es lo mismo, socorro de España”. Se refería al hecho que había pedido al gobierno, previo a la batalla de Salta, el auxilio de San Martín y se lo negaron, como después le aclaraba: “Si yo permaneciese con el mando, no dude usted que atenderé al Capitán y demás tropa de su cuerpo que viniese. Lo pedí a usted desde Tucumán, no quisieron enviármelo, algún día sentirán esta negativa; en las revoluciones y en las que no lo son, el miedo sirve para perderlo todo”.
 San Martín partió en diciembre de 1813, como Jefe de la Expedición Auxiliadora al mando de los dos primeros escuadrones del Regimiento de Granaderos, cien artilleros y el primer batallón del número 7, alcanzando un total de 120 hombres. El 16 de diciembre el gobierno le confirió el grado de Mayor General del Ejército Auxiliar del Perú, con Belgrano como General en Jefe.
El 17 de diciembre en Humahuaca, en carta de Belgrano a San Martín le decía lo siguiente, ratificando su alegría por la próxima llegada de San Martín con los refuerzos tan necesarios:
“Mi amigo: No sé decir a Usted lo bastante cuanto me alegro de la disposición de Gobierno para que venga de Jefe de auxilio con que se trata de rehacer este desgraciado Ejército: ojalá que haga otra cosa más que le pido, para que mi gusto sea mayor, ¡si puede séalo!
Vuele Usted, si es posible; la Patria necesita que se hagan esfuerzos singulares, y no dudo que Usted los ejecute según mis deseos para que Yo pueda respirar con alguna confianza, y salir de los graves cuidados que me agitan incesantemente.
Crea Usted que no tendré satisfacción [mayor] que el día que logre tener la satisfacción de estrecharlo entre mis brazos, y hacerle ver lo que aprecio el mérito y honradez de los buenos patriotas como Usted, de quien soy, sinceramente. Manuel Belgrano [Rubricado]”.
 No hemos de analizar la correspondencia entre ambos próceres, que es sumamente interesante, porque excede los límites de este artículo, simplemente mencionamos que el encuentro entre ambos se produjo en los días sucesivos al 17 de enero de 1814 en la posta de Algarrobos, si bien la tradición nombra la posta de Yatasto. El 18 de enero, San Martín fue nombrado General en Jefe en lugar de Belgrano. Se negaba a ocupar ese cargo por el aprecio y la admiración que le profesaba a Belgrano. Al recibir el decreto con la designación de su sucesor, Belgrano le entregó el mando el 29 de enero, permaneciendo a sus órdenes como jefe del Regimiento Nº 1 de Infantería. Hasta que llegó la orden de su traslado para ser juzgado por un tribunal militar en Córdoba por sus derrotas en Vilcapugio y Ayohuma, de cuyos cargos fue posteriormente absuelto.
San Martín se opuso al traslado de Belgrano, destacando sus cualidades en un oficio del 13 de febrero:
 “He creído de mi deber informar a Vuestra Excelencia que de ninguna manera es conveniente la separación de dicho brigadier de este ejército, en primer lugar porque no encuentro un oficial de bastante suficiencia y actividad que lo subrogue accidentalmente en el mando del regimiento […] ni quien me ayude a desempeñar las diferentes atenciones que me rodean con el orden que deseo, e instruir a la oficialidad […]”
Continuaba diciendo: “Después de esto yo me hallo en unos países cuyas gentes, costumbres y relaciones me son absolutamente desconocidas, y cuya situación topográfica ignoro; y siendo estos conocimientos de absoluta necesidad para hacer la guerra, solo este individuo puede suplir su falta, instruyéndome y dándome las noticias necesarias de que carezco, como lo ha hecho hasta aquí, para arreglar mis disposiciones; pues de todos los demás oficiales de graduación que hay en el ejército no encuentro otro de quien hacer confianza, ya por carecer de aquel juicio y detención que son necesarios en tales casos, ya porque no han tenido los motivos que él para formar unos conocimientos tan extensos e individuales como los que posee”.
Consideramos, al igual que tantos otros historiadores, que el encuentro entre ambos fue providencial para el triunfo de la Revolución en la América del Sur. En ese breve tiempo que compartieron se comenzó a forjar el Plan Continental. Dado que derrotar a los realistas por la vía altoperuana ya había sufrido dos fracasos, que demostraban que no se podía acceder a Lima, centro del poder político realista, por la misma, San Martín concibió el plan de cruzar a Chile y desde allí llegar a Perú por el Pacífico. Consideramos que Belgrano estaba en conocimiento del Plan Continental pergeñado por San Martín en este período.
En su Proclama a los Pueblos del Perú, fechada en Tucumán el 25 de febrero de 1814, en ocasión de despedirse de su ejército, entre otros conceptos, expresaba lo siguiente:
 “No os olvidéis de pedir al Todopoderoso por el acierto de tan digno jefe, poniendo por intercesora a nuestra Generala María Santísima de Mercedes. He depositado en sus manos la bandera del Ejército que en medio de tantos peligros he conservado, y no dudéis que la tremolará sobre las más altas cumbres de los Andes, sacándoos de las garras de la tiranía y dando días de gloria y de paz a la amada Patria”.
Ambos próceres mantuvieron correspondencia a través del tiempo, inclusive cuando San Martín se encontraba realizando su campaña en Chile y Belgrano se desempeñaba como Jefe del Ejército Auxiliador del Perú por segunda vez.
El nombramiento de Martín Miguel de Güemes, como Jefe de la Vanguardia, por parte de San Martín, fue fundamental en el desarrollo de la guerra que se libraba en la Intendencia de Salta, que comprendía Salta, Jujuy, Orán y Tarija.
Por otro lado, si bien el ejército bajo el mando de Belgrano tuvo que abandonar el Alto Perú, se mantuvo la “Guerra de Partidarios”, es decir la resistencia de los caudillos altoperuanos frente a los realistas. San Martín tomó conocimiento de lo que sucedía en este territorio con respecto a la “Guerra de Partidarios”. Conocía muy bien el arte de la guerra y el empleo y ejecución de la llamada “guerra de recursos”, por su actuación en España.
Además dos importantes oficiales de Belgrano, designados por este en un doble cargo político y militar, Juan Antonio Álvarez de Arenales, Gobernador Intendente de Cochabamba, y Warnes, Gobernador Intendente de Santa Cruz de la Sierra, no abandonaron el territorio altoperuano con el grueso del ejército y mantuvieron la resistencia patriota frente a los realistas. De allí que San Martín remitiera instrucciones a ambos jefes. Álvarez de Arenales estaba ubicado en Cochabamba y Warnes estableció un gobierno en Santa Cruz de la Sierra, pudiendo organizar un ejército. Es decir, no las partidas irregulares propias de la “Guerra de Partidarios”, sino un ejército convencional con las tres armas: infantería, caballería y artillería. Álvarez de Arenales resistió durante un tiempo en Cochabamba y luego tuvo que unir sus fuerzas a las de Warnes y obtuvieron el triunfo de la Florida (25 de mayo de 1814).
Lamentablemente, al poco tiempo surgieron graves disidencias entre ambos patriotas y ya no actuarían de manera conjunta. Retomando el hilo de nuestra exposición, debemos consignar que convencido San Martín que no se iba a obtener ningún logro a través de la vía altoperuana, pidió y obtuvo el nombramiento de Gobernador Intendente de Cuyo para poder organizar un ejército con el cual llevar a cabo el Plan Continental.
San Martín organizó el Ejército de los Andes en Mendoza, cuyo primer paso sería alcanzar Chile y una vez que este estuviese liberado, organizar una escuadra para obtener el dominio del mar y así evitar que el Perú enviara tropas a Chile y estar preparados para transportar, por vía marítima, los efectivos revolucionarios a la costa del Perú. Lima era el centro político y militar realista en la América del Sur y resultaba indispensable que se alcanzara este objetivo. Para finalizar, debemos destacar que esta amistad perduró a través de los años. Más allá de la correspondencia que intercambiaron ambos, en la cual Belgrano establece con precisión la importancia del control del Océano Pacífico y compara la figura de San Martín con la del Cid, la pirámide de Chacabuco en Tucumán, tributo que Belgrano hizo levantar para celebrar el triunfo de Chacabuco (12 de febrero de 1817) es una prueba cabal de ello.
 La admiración era recíproca. El 20 de agosto de 1820, partió la Expedición Libertadora desde Valparaíso, Chile, con destino al Perú al mando del General José de San Martín. El desembarco se produjo la mañana del 8 de septiembre en la Bahía de Paracas, cercana a la ciudad de Pisco, que fue tomada a la tarde. Al caer este puerto parte de la flota realista que operaba desde allí fue capturada. San Martín bautizó con el nombre de “General Manuel Belgrano” o simplemente “Belgrano”, como acostumbraba la tradición naval de la época a uno de los bergantines requisados, brindándole un homenaje póstumo a quien fuera su amigo, el General Manuel Belgrano.
 1 ANIBAL JORGE LUZURIAGA, Manuel Belgrano. Estadista y prócer de la Independencia Hispanoamericana, Morón (Buenos Aires), Universidad de Morón, 2004, p. 378.
 y 2 MUSEO MITRE, Manuscritos, 2, p. 253, en MATÍAS DIB, Ideario de Belgrano, Buenos Aires, Instituto Nacional Belgraniano Fundaciones GRUPO-PETERSEN, 2019, p. 295. Véase también: MATÍAS DIB, «Estudio preliminar del ideario de Manuel Belgrano», en MATÍAS DIB, Ideario de Belgrano, ob. cit., p. 39.
 3 MUSEO MITRE, Manuscritos, 2, ob. cit., p. 258, en MATIAS DIB, Ideario de Belgrano, ob. cit., p. 296. Véase también: MATÍAS DIB, «Estudio preliminar del ideario de Manuel Belgrano», en MATÍAS DIB, Ideario de Belgrano, ob. cit., p. 39. ANIBAL JORGE LUZURIAGA, Manuel Belgrano. Estadista y prócer de la Independencia Hispanoamericana, ob. cit., pp. 377-378.
 4 MUSEO MITRE, Manuscritos, 2, ob. cit., p. 258, en MATIAS DIB, Ideario de Belgrano, ob. cit., pp. 296-297.
 5 MUSEO MITRE, Manuscritos, 2, ob. cit., p. 258, en Marías DIB, Ideario de Belgrano, ob. cit., p. 297. ANIBAL JORGE LUZURIAGA, Manuel Belgrano. Estadista y prócer de la Independencia Hispanoamericana, ob. cit., pp. 378-379.
ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, SALA X, 3-10-7, en Instituto Nacional Belgraniano, Documentos para la Historia del General Don Manuel Belgrano, t. VII, Buenos Aires, 2015, pp. 398-399.
 7 ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN, Sala VII, 628, C. N. P. H. Donación del Dr. J. E. Uriburu, Archivo del Gral. Arenales, «Belgrano. 1813-1814», p. 78, en MATÍAS DIB, Ideario de Belgrano, ob. cit., p. 280. *
La extensión de este artículo no permite que nos ocupemos de los significativos aportes de Belgrano al Plan Continental pergeñado por San Martín, por lo cual sugerimos consultar: CRISTINA MINUTOLO DE ORSI, Manuel Belgrano. 1816. Unidad e Independencia Americana, Buenos Aires, Instituto Nacional Belgraniano, 2016. . .
Imágen: El primer encuentro de San Martin y Belgrano, a pocas leguas de la casa de Yatasto, en la provincia de Salta. Oleo de Rafael y Tomás del Villar, Complejo Museográfico Enrique Udaondo, Luján.
ɪɴsᴛɪᴛᴜᴛᴏ ɴᴀᴄɪᴏɴᴀʟ ʙᴇʟɢʀᴀɴɪᴀɴᴏ, Los ideales de la Patria, Buenos Aires,1995.
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 23/1/2024

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