El Coronavirus ya está metido en nuestras vidas, y los chicos nos están observando. Si bien las crisis, muchas veces –como en este caso–, son inevitables, la forma en las que las manejamos será una enseñanza para los chicos. Si manejamos esta situación tan particular de una manera constructiva, les estaremos enseñando habilidades socio-emocionales que podrán utilizar en su propia vida.
No es lo mismo reaccionar que responder. No podemos frenar una ola, pero sí podemos aprender a surfear en ella. La resiliencia es la capacidad de afrontar obstáculos, desafíos o dificultades, y poder superarlao. Cada crisis nos da la oportunidad de desarrollarla.
Cómo lo hacemos….
1. Conexión, conexión, conexión. No pierdas la conexión con los chicos. Detrás de niños seguros, hay adultos que han sabido conectarse con ellos. Los chicos pueden desarrollar mejor la resiliencia en un contexto de afecto y apoyo.
2. Debemos sostener rutinas. Las rutinas nos dan una sensación de familiaridad y es reconfortante, especialmente para los más chicos.
3. Foco en lo positivo. El optimismo y la resiliencia son un binomio indisoluble. Si queremos que los chicos sean optimistas, debemos ayudarlos a enfocarse en lo bueno de las situaciones. Enseñales a “pensar en lo que piensan” y reformular pensamientos negativos por positivos. En vez de “qué bronca que no podemos salir”, podemos intentar con “pensamos en todo lo que nos queda pendiente para hacer que nunca tenemos tiempo de hacer.”
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/OGTMCUWSKNFVJCKBEO6SHWOLI4.jpg%20420w)
4. No desconozcamos miedo al cambio o a lo desconocido. A muchos chicos les resulta difícil el cambio. Debemos enseñarles que siempre hay cambios o transiciones en la vida, y que son tan naturales como la marea, que sube y baja. El cambio es parte de la vida y tenemos que aprender a tomarlo con naturalidad.
5. Enseñales a resolver problemas. En vez de resolver las cosas por ellos, preguntales qué harían ellos y alentalos a buscar soluciones y a no quedarse en la queja.
6. Enseñales que está muy bien pedir ayuda. No se trata de ser “valientes” porque sí, sino de saber pedir ayuda cuando la necesitan. Ser valiente también es saber pedir ayuda y aceptarla. Un niño que pide ayuda de chico será un adulto que también podrá pedir ayuda cuando la necesite.
7. Ayudalos a gestionar sus emociones. Los chicos son chicos y se asustan con lo que escuchan, lo que ven en la tele, o perciben. Alentalos a hacer preguntas y, si son pequeños, contestemos sólo lo que preguntan, sin darles mayor información que no puedan manejar. Explicales que está bien sentir miedo, o angustia y ayudalos a auto regularse: desde respirar con calma, enfocarnos en una melodía, visualizar algo que les de calma, hablar del tema, hacer ejercicio, escribir lo que les pasa, apretar algo con mucha fuerza, dibujar, jugar con masa, dejar correr agua o arena entre las manos, todo esto ayuda a deshacernos de emociones tóxicas.
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/OCUKOX464FB65BKLCPAGBXPR24.jpeg%20420w)
8. Practiquemos la solidaridad. Al hacer algo por alguien, los liberamos de la sensación de “no se puede hacer nada”. Además, se sienten valorados y se ponen activos frente a esta situación. Puede ser algo tan sencillo como ordenar el ropero y ver qué ropa podemos donar.
9. Ayudémoslos a sostener su grupo de amigos. Esto puede ser a través de redes sociales. Es importante que no se sientan solos.
10. Que vean lo que pueden lograr ayuda a desarrollar la auto-confianza. Mostrales sus logros, aunque estos sean pequeños. “¡Viste que ya terminaste con la tarea de matemática, y al principio te parecía un montón!”.
11. De todo se aprende. Preguntales con frecuencia qué podemos aprender de esto. Ayudarlos a ver que de todo se aprende y de todo se saca algo positivo, les enseña a seguir adelante y no darse por vencidos con facilidad.
Y por sobre todas las cosas, el mantener la calma y responder, en vez de reaccionar, es lo que va a permitir que puedas conectarte mejor con tus hijos y tus estudiantes. Eso significa que debés aprender a autogestionar tus emociones. Después de todo, educar no se trata de qué hace el niño, sino de qué hacemos nosotros en función de eso. Los chicos están aprendiendo, esto significa que alguien debe enseñarles. Si queremos que aprendan, debemos mostrarles cómo hacer las cosas.
Escrito por Laura Lewin. Es autora, capacitadora y especialista en educación. Es oradora TEDx y ha escrito numerosos libros, entre los cuales podemos destacar sus producciones para Santillana: El Aula Afectiva y La Nueva Educación. También es co-autora de La Educación Transformada. Facebook: @LauraLewinOnline. Instagram: @lauralewinonline
Fuente: Infobae