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En 20 años, el consumo de carnes vacunas bajó de casi 68 kilos, a 51

Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra) informó que en las dos últimas décadas, el consumo de carne vacuna cayó un 25%, al pasar de 67,9 kilos anuales en el 2000 por habitante a unos 50,8 kilos en 2023.

Pero advirtió: “hay cambios de hábitos”, descartando que obedezca únicamente a dificultades para que la población acceda económicamente a comprar un asado.

Según Urcía, la matriz de consumo local comenzó a cambiar a partir de los 70´ y pasó de ser predominante carne vacuna a compartir espacios con las cadenas aviar y porcina.

“Estas carnes se fueron incorporando paulatinamente en la dieta de los argentinos, variando la composición del consumo total de proteína de origen animal”, señaló.

De este modo y más allá del retroceso en el consumo de carne bovina, Argentina ostenta el mayor consumo de proteína animal de Sudamérica y el segundo a nivel mundial.

Los números publicados por la Secretaria de Agricultura argentina ratifican esta tendencia. En 2023, el consumo de las tres principales carnes a nivel nacional fue de 114,6 kilos por habitante/año, por encima de los 100,8 de Brasil y el de Uruguay, con 91,3 kilos.

Con estas cifras, Argentina también supera a un país de tradición carnicera como Australia, que consume 107,2 kilos y solo se ubica por detrás de Estados Unidos, que en el global encabeza con 128.7 kilos.

Más allá de cuestiones puntuales de la coyuntura, como el crecimiento de las exportaciones o un consumo local que se mantiene estable, Urcía destacó que “el mercado está muy bien cubierto por la sumatoria de las tres principales carnes”.

El presidente de Fifra también analizó el comportamiento del mercado y consideró que en octubre se registró una faena elevada de vacunos y porcinos.

“Si sumamos la faena anual y la proyectamos, vamos a cerrar el año con un volumen superior a los 13,5 millones de vacunos y superior a los 8,2 millones de cabezas porcinas”, anticipó.

Esa mayor actividad, sumado a la eliminación de las restricciones a la exportación permite a la industria frigorífica afrontar el aumento de rubros como salarios, energía, combustibles.

Para el año próximo año, estimó que será difícil sostener este nivel de actividad. “Sería lógico pensar que habrá un proceso de retención de hacienda tanto para agregar más kilogramos en campo como también de retención de vientres, eso disminuirá la oferta e incrementará la presión de costos a nivel industrial”, señaló.

En este contexto, si bien la baja en los índices de inflación y el control de algunas variables macroeconómicas ayudarán a la industria, a quienes no sean eficientes les será muy difícil de sostenerse, por lo que “la acción de contralor será fundamental para evitar la competencia desleal”, concluyó.

(fuente: https://campoenaccion.com/)