El arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, advirtió este viernes durante la homilía por San Cayetano que los niveles de indigencia en el país «avergüenzan» y «humillan», y pidió a las autoridades que no sean indiferentes ante el aumento de la pobreza infantil.
Este año, la tradicional misa que habitualmente congrega a miles de peregrinos todos los 7 de agosto en el santuario del barrio porteño de Liniers fue seguida por los fieles a través de redes sociales debido a la pandemia del Covid-19, y solo unas pocas personas intentaron ingresar al templo del barrio porteño de Liniers, que se mantuvo cerrado.
De hecho, las primera palabras de Poli en la homilía fueron destinadas a la situación excepcional: «Sabemos que no es lo mismo hacerlo por este medio que encontrarnos cara a cara con el santo, rezar juntos. Pero preferimos cuidarlos antes de que corran algún peligro de contagio«.
Esencialmente, la palabras del arzobispo hicieron referencia a la situación social del país pero, en lo que pareció un señalamiento a la aprobación del protocolo de Interrupción Legal del Embarazo en la Ciudad de Buenos Aires, dijo que hay una «promisoria infancia que espera que se legisle para la vida y nunca para la muerte, para la muerte de nadie».
Sobre la situación económica, Poli afirmó que en «la tierra bendita del pan» se pide por el alimento, por el trabajo y «por una vida digna».
«Hoy vamos a pedir para que no les falten el pan y lo necesario para una vida digna a todos los argentinos, pero muy especialmente pediremos por estos más de 7 millones de chicos y chicas pobres, con niveles de indigencia que nos avergüenza y nos humilla«, dijo Poli.
Y agregó: «Que nadie se escandalice, escandalizarnos no sirve de nada. Dejemos que nos golpee el corazón porque sabemos que en la indigencia la supervivencia se hace difícil y deja huellas que no pocas veces marca la vida entera. Ante esta realidad, no podemos pasar indiferentes, nos debe mover la conciencia a los adultos, especialmente a los que tenemos alguna responsabilidad en la dirigencia de hoy».
Además, durante la misa, Poli envió un mensaje a los trabajadores de la salud: «Llegue esta bendición a quienes trabajan en hospitales, clínicas y en los lugares done son atendidos los afectados por la pandemia».
Este viernes por la madrugada, un grupo de fieles que desafió al clima y al coronavirus se acercó a la Parroquia San Cayetano, en Liniers, para agradecerle al «Patrono del Pan y del Trabajo» en su día.
Si bien la iglesia permanece cerrada por la pandemia, algunos fieles con barbijos llegaron a los alrededores del santuario, debajo de la llovizna, y custodiados por efectivos de la Policía de la Ciudad, se convirtieron en una de las postales del día de la celebración católica.
Desde el jueves por la noche y hasta este viernes a las 22:00 se dispuso mantener cortada la circulación en Roffo entre Cuzco y avenida General Paz, que son las calles que rodean a la parroquia.
El cura párroco Alejandro Vignale utilizó las redes sociales para pedirle a los fieles que no concurrieran a la iglesia como todos los años.
«Esta vez San Cayetano va a tu casa», fue el mensaje que el padre Vignale envió para informar que las misas se podían seguir por Facebook y por Youtube.
«Por la realidad de la pandemia que vivimos el templo estará cerrado y aconsejamos armar un altarcito en nuestras casas con la imagen de San Cayetano, Jesús y la Virgen y reunirnos a rezar con nuestras familias pidiendo lo que necesitamos», indicó otro de los posteos en las cuentas oficiales de la iglesia de San Cayetano.
Fuente: baenegocios.com