Los Créditos Hipotecarios UVA fueron una opción para muchas familias en busca de su hogar, ajustando su valor por inflación. Sin embargo, a más de 8 años de su implementación, la realidad es otra: muchos deudores enfrentan un escenario crítico debido al aumento desmedido de las cuotas.
Desde su lanzamiento en 2016, los Créditos Hipotecarios UVA fueron una opción para muchas familias en busca de su hogar, ajustando su valor por inflación. Sin embargo, a más de 8 años de su implementación, la realidad es otra: muchos deudores enfrentan un escenario crítico debido al aumento desmedido de las cuotas.
La Unidad de Valor Adquisitivo (UVA) aumentó 8668 por ciento desde su puesta en marcha. En abril de 2016, cuando fueron lanzados los créditos UVA, era de 14,05 pesos, mientras que hoy se ubica en 1.232 pesos. Esta disparada va en línea con la inflación, dado que la UVA es una unidad de medida que se actualiza en base al índice de precios. Pero no así con los salarios formales que crecieron en menor medida.
En 2023, la Cámara de Diputados otorgó un tratamiento especial a los deudores UVA, reconociendo la grave situación que atraviesan. Se dio media sanción a una iniciativa que buscaba modificar los términos de estos préstamos, pero la propuesta se encuentra estancada en el Senado y difícilmente prospere. Los damnificados, que cada vez sienten más la presión de cuotas que no pueden pagar, claman por la intervención del Estado.
Un caso emblemático de esta problemática es el de María Fernanda Callejón y Ricky Diotto. La separación de la pareja no solo trajo consigo conflictos personales, sino también una pesada carga económica. Recientemente, se reveló que ambos enfrentan una deuda millonaria que podría llevar al remate de la casa donde la artista vive con su hija.
La situación de los deudores UVA es alarmante, y las preguntas surgen: ¿cómo afecta esta crisis a las familias? ¿Qué medidas tomarán los legisladores para evitar que más hogares se pierdan? La presión crece y los damnificados piden respuestas urgentes.
El tema fue debatido en el programa El Ventilador, que se emite martes y jueves a las 21.30 por Elonce.
Luciana, damnificada: “Pedí $1.800.000 y al día de la fecha le debo $93.000.000”
Luciana Rodríguez Valdéz, damnificada, expresó que “estamos en una situación bastante complicada. En mi caso le pedí al Banco Hipotecario $1.800.000 y al día de la fecha le debo $93.000.000. Arranqué con una cuota de $15.000 y hoy es de $840.000. Esto ocurrió en el año 2018. Todavía me quedan 20 años de pago. La cuota aumenta día a día”.
“En este momento estoy desempleada, el único sueldo que tenemos es el de mi marido que es docente. Tenemos tres hijos. Iniciamos una demanda al Banco Hipotecario. En primera instancia no salió favorable. Se tomaron valores de aguinaldo y demás y se determinó que no afectaba el 35% de mis ingresos y que ninguna de las partes había podido prever lo que iba a pasar, que si yo había pedido UVAS debía devolver UVAS. Me dijeron que no podía romper el contrato contractual entre las partes por más que no podía afrontar el pago, tenía que hacerme cargo de lo que había pedido de la forma en la que lo había pedido”, relató.
Explicó que “en febrero de este año dejé de pagar porque o vivo o pago la cuota. Estamos esperando una sentencia definitiva con mi abogado”.
Dijo que “estoy esperando una revisión de la primera sentencia, esperanzada de que se pueda revertir mi situación. Todos los hipotecados queremos pagar, no queremos subsidios ni que el estado se haga cargo, solo que el estado regule esto. No sé cómo es el sistema financiero, pero qué poder o ley avala que ya al banco le llevo pagando $40.000.000 cuando pedí $1.800.000. Si me la congelaran a la cuota al valor de hoy, en $840.000, yo al banco le termino devolviendo en 20 años $190.000.000”.
Consideró que “lo más preocupante es que los sigan ofreciendo, esto no es un negocio. Por más que la inflación baje, la UVA no baja nunca, o se mantiene estable, salvo que la inflación sea negativa. Ningún banco accedió al topeo de cuotas. Hice todos los pasos que están en las cláusulas hipotecarias, que decían que ante cualquier situación que afecte mis ingresos debía informarla. Empecé informando que quedé desempleada, presenté ingresos, pedí tope de cuotas, el banco me ofreció extenderlo descontándome seis UVAS mensuales”.
Contó que “el último antecedente judicial salió en la provincia de Misiones, donde el juez Casal sentenció a favor del hipotecado retrotrayendo al día uno de la firma del contrato pasándolo a la fórmula HogAR. Esta fórmula es lo más estable que hay en este momento, porque está atado a salarios. El UVA, en tanto, a inflación”.
“En el gobierno de Fernández se sacó la fórmula UVA y la nueva línea Procrear se da con la fórmula Hogar o Casa Propia. El Banco Hipotecario a algunos tomadores, entre los cuales no me incluyó porque soy tomadora de UVA tradicional, los favoreció con esta fórmula y el interés y la tasa no puede superar el 5%. En mi caso no entré y tengo una tasa del 8,5%. Yo no puedo sacar otro crédito porque estoy incobrable”, agregó.
Señaló que “cuando fui a inscribirle al Procrear no calificaba porque me excedía de ingresos y me ofrecieron esta línea de créditos. Me dijeron que era muy estable, que en el año había subido 25 centavos la unidad y me dijeron que se iba a mantener. Me dijeron que no iba a superar el 25% de mis ingresos, que me quede tranquila, que estaba protegida. A los 9 meses fui a reclamar porque superaba ampliamente y me dijeron que en realidad era en la primera cuota donde no iba a superar”.
Relató que “mucha gente está siendo rematada. Algunos han llegado a hacer acuerdos con los estudios jurídicos. Hay mucha gente enferma, madres solteras con hijos, con un solo trabajo, que no están pudiendo pagar. Lo más triste es que hay una media sanción de la Cámara de Diputados, que se tenía que tratar en Senado, y en 30 días perdió estado parlamentario y va a quedar en foja cero. Toda la lucha del colectivo hipotecado va a quedar en la nada”.
Justiniano, damnificado: “Tuve un incremento porcentual de 3.7000% en la cuota”
Justiniano Uranga, damnificado, comentó que “tomé el crédito hipotecario en febrero de 2019. En su momento pedí $2.466.000. Voy pagando 68 cuotas. Este mes tengo que pagar $850.000, cuando un alquiler en la zona de las características de mi casa está en el orden de $500.000. Arranqué pagando $23.000 y ahora $850.000. Debo $92.000.000. Tuve un incremento porcentual de 3.7000% en la cuota”.
“Me atrasé, sobre todo en pandemia. Después se me hizo una bola, después lo actualicé, después me volví a atrasar. El banco te manda carta documento todos los meses. Es una situación bastante tensa y complicada. Estoy en litigio, hice también denuncia en Defensa del Consumidor. El tema es que los bancos no son iguales ante la ley que las personas. El banco tiene un poder de fuego que no es igual ante la ley que ninguno de todos nosotros. Son los primeros tomadores de la deuda pública nacional, pueden hacer con los jueces y el Poder Ejecutivo lo que quieren, por eso ocurre esto”, remarcó.
Dijo que “Mauricio Macri copió un modelo de créditos hipotecarios de Chile y fue malo. En Chile funcionaba porque tienen una macroeconomía más ordenada que Argentina. Durante el gobierno de Alberto Fernández no hubo créditos UVA”.
“Teníamos incrementos del 25% mensual en las cuotas. En los últimos tres meses sí estuvo más planchado, esa es la realidad, por la inflación, pero siguen actualizándose. A nivel judicial, la mayoría de los antecedentes son negativos porque el banco no es igual ante la ley que nosotros. Hasta el gobierno de Macri éramos 105.000 los tomadores de crédito UVA. Hay distintos tipos, de remodelación, de compra de vivienda, construcción, etc. Todos estamos en problemas”, agregó.
Expresó que “hoy por hoy a la mayoría de los argentinos de a pie se les hace imposible comprar una vivienda sin crédito. Entonces la mayoría tiene que ir al banco a pedir un crédito. A los nuevos tomadores de créditos UVA les digo que tengan cuidado porque están cayendo en una trampa”.
La abogada Corina Beisel, explicó: “me parece una barbaridad que se vaya contra personas que el único pecado que han cometido es querer tener su vivienda. En Derecho hay algo que se llama teoría de la imprevisión y debe favorecerse a la parte más débil en un contrato. No es un contrato común, sino uno que aspiraba a acceder a la vivienda. Es lamentable y penoso”.
(fuente: https://www.elonce.com/ )