Por Alfredo Guillermo Bevacqua –
Profundo sentimiento de pesar obesrvó Gimnasia y Esgrima en el día de ayer al conocerse el fallecimiento de Angel José Nuñez, socio, exdirigente y permanente colaborador de la institución.
Mas allá de las tarea como directivo que desempeñó en la década del ’90, cuando Gimnasia y Esgrima logró el ascenso al Campeonato Nacional B –segunda categoría del fútbol- en los años 1996 y 1998, antes y después, siempre fue alguien dispuesto a estar presente allí donde el club necesitara una mano. Vendió y cortó entradas en las puertas de ingreso, cortó el césped, era el asador de pollos cuando las siempre escuálidas finanzas de los clubes, necesitaban recaudar para pagar un viaje o comprar vestimenta deportiva; no tuvo temor en escalar un torre de luz, sin arnés –el elemento protector personal para trabajos en altura- cuando hubo de reemplazar de urgencia una luminaria o corregir su orientación para lograr una mejor iluminación. “Angelito”, siempre estaba dispuesto y sin reproches para hacer el trabajo que necesitara Gimnasia, ya sea en la sede de 21 de noviembre 214 o en el Estadio Núñez.
Gimnasia pierde a un elemento valioso, por su generosidad en la entrega del esfuerzo, por la honestidad que mostraba en cada una de sus acciones y porque todo lo hacía con bajísimo perfil y sin ostentaciones.
Lo hacía feliz el triunfo de Gimnasia, y en silencio y. sin reproches asumía las derrotas. Como si fuera un hincha de otros tiempos. Ya la grada norte no lo tendrá entre sus ocupantes; no estará presente en el estadio, pero en el lugar que el Señor le asigne, estará acompañando al equipo con la camiseta pegada al corazón. Ayer murió. Tenía 67 años.-