Por Juan Martín Garay (*)
La posible ausencia de una amistad social ciudadana es una señal de fragilidad que nos puede aislar y enfrentar, debilitando la convivencia y postergando las respuestas a los verdaderos problemas.
La edificación de una comunidad más justa y solidaria, avanzando en la aceptación del otro, creciendo en actitudes de respeto y diálogo -en el marco del amor y la vida- son todo un desafío. Este tiempo requiere gestos de grandeza que lleven a cultivar la cultura del diálogo y el encuentro, tomando conciencia de nuestras fragilidades, de lo que aún nos falta y nos detiene, para afrontar ese horizonte con la mayor responsabilidad posible. Necesitamos del compromiso y ejemplo de los dirigentes como así también de todos los vecinos.
Comprometámonos TODOS a superar los desencuentros y fortalezcamos los lazos de pertenencia solidaria a la comunidad, en una dimensión más fraterna que no excluya ni anule lo diverso, sino por el contrario, que lo necesite e integre.
Avancemos sobre las diferencias y los enfrentamientos estériles, promovamos la AMISTAD SOCIAL, seamos fraternales del diálogo y fortalezcamos -así- la vida en democracia con una esperanza palpitante que no deje de lado nuestros sueños, pues son ellos los que nos guiarán a un futuro mejor.
(*) Concejal del Partido Justicialista / Presidente del Bloque de Concejales (PJ/FPV) de Concepción del Uruguay.