Por Agustin Bordagaray –
La semana pasada, en el auditorio Illia, autoridades del gobierno provincial presentaron, ante un salón completo, un proyecto de ley denominado “Reforma Política”.
A simple vista el nombre le queda grande ya que se centra en el final del sistema político, el proceso eleccionario de legisladores y autoridades del poder ejecutivo y, fundamentalmente la propuesta de la boleta única de papel como comprobante de la elección de los ciudadanos.
No se mete en una verdadera reforma política, que abarque a los tres poderes del estado, no solo la elección de sus integrantes, sino también en su funcionamiento, deberes y obligaciones de las autoridades, las consecuencias de sus actos, etc.
No propongo modificar todo, solo digo que hay que revisarlo profundamente para que lo que deba seguir o lo que deba cambiarse, esté debidamente analizado y debatido.
El argumento de tal acotamiento es que hay aspectos que están plasmados en la Constitución entrerriana y que modificarla implicaría una reforma constitucional, desconociendo un mecanismo legal y muy usado, la reglamentación de los artículos magnos mediante el dictado de leyes.
Solo a modo indicativo, presento algunas cuestiones que, entiendo, deberían discutirse:
OPORTUNIDAD
Al salir de la reunión, alrededor de las 21 hs, me encuentro con una persona que me cuenta que se va a cuidar un paciente internado. También me cuenta que ese trabajo la mantiene ocupada hasta las 7 hs del día siguiente. Me dice que salió de su casa a las 7 de mañana para realizar otras tareas de cuidado y que aún no había vuelto a su casa.
Esta señora pasó 24 hs trabajando. Por supuesto que recibió toda su paga en negro. Obvio, no tiene obra social y tampoco paga jubilación.
Lo que gana no lo usa para ahorrar, solo para subsistir en la diaria, ella y su familia, a quienes no vio en todo el día.
Me agrega que al día siguiente arranca en un turno vespertino y por lo tanto empieza el derrotero a las 13 hs.
Por último, me explica que el trabajo nocturno dura lo que permanezca internado el paciente y luego, espera que la recomienden para otro enfermo.
Está preocupada porque si ella se enferma, no solo no entra plata a su casa, sino que teme que los hospitales públicos puedan atenderla, ya que no les alcanza para los remedios.
Respecto a la jubilación, se esperanza que cuando le toque, haya alguna moratoria que le permita ingresar.
Después de semejante relato, confieso que me dio vergüenza contarle que salía de una reunión donde se discutía la mejor forma de presentar las elecciones.
No supe explicarle que un sistema político más sano también le solucionaría el problema a ella.
Que su pobreza es el fruto de dirigentes incapaces o corruptos que eligieron su provecho personal a mejorarle la vida a ella.
Que, como todo hecho social, debe ser revisado constantemente, y puesto en duda. De allí salen los mejores resultados.
Esto me llevó a reflexionar si, a veces, nos ocupamos más de los aspectos legales que de los problemas de hoy de la gente.
Está bien estudiar y mejorar el sistema político. Es una herramienta indispensable para mejorar la sociedad.
Pero, quedarnos solo en ello, me parece que es insuficiente y, en algún punto, una hipocresía.
En este contexto, donde la filosofía del partido gobernante en el país, y al cual adhiere fervorosamente el gobierno provincial, de destruir el estado, con la excusa que funciona mal, pensar que no todo puede resolverse desde los prejuicios, y que deben fijarse prioridades, aunque todos los temas sean importantes.
FINANCIAMIENTO Y SELLOS DE GOMA
Ya entrando de lleno en la propuesta hay dos cuestiones que deben analizarse en conjunto; la eliminación de los llamados “sellos de goma” –o sea aquellos partidos políticos inscriptos pero que carecen de vida interna- y el financiamiento de todos los partidos políticos.
Esta consensuado que esta práctica de inscribir una estructura política que en realidad no existe y con ello negociar puestos o, como se ha hecho, vender ese sello, debe terminarse.
Lo que debe debatirse es la forma. Y esto va de la mano del financiamiento de los partidos.
El proyecto contempla la distribución de pautas propagandísticas a los partidos que participen en una contienda electoral, la mitad de ellas en igualdad de condiciones para todos, y la otra mitad en función de la última elección de legisladores. Y, ese sería el único aporte del gobierno.
Ello aparece como injusto para los partidos locales, que rara vez pueden participar de una elección legislativa.
O sea que, según se desprende del proyecto, el único aporte legal sería de particulares.
En otras palabras, privatizamos las elecciones.
La sospecha que se venden los lugares de las listas, ahora sería legal. Además, se sponcionarían las campañas.
Me imagino las camisetas de los candidatos, sus gorros y sus panfletos, con publicidades adheridas, como en el futbol.
Más allá de la chicana, es altamente peligroso que el estado obligue a quienes quieren participar de la conducción de ese estado, que tengan que recurrir al mecenazgo.
Además, sería otro balazo a los partidos con pocas chances electorales porque ahora, tampoco tendrán plata para comunicar sus propuestas.
Para ser bien claro en este punto, para conseguir mil votos o millones de ellos, el trabajo de campo es el mismo, solo que los partidos mayoritarios lo hacen con más cantidad de militantes y mejores presupuestos que los partidos con menos integrantes.
Y si llegado el momento no pudieran competir, quedan expuestos a ser considerados “sellos de goma” y por ello desafiliados.
Todo parece converger en un sistema político para pocos.
CONFORMACION DE LISTAS
Aquí, el proyecto presenta una sola boleta para todos los candidatos y, por razones de espacio, plantea la incorporación de los primeros aspirantes de cada lista, no de la totalidad.
Esto lleva a reafirmar las dudas planteadas en el punto anterior, la compra de lugares, los contubernios, etc.
La gente exige más transparencia en la representación política, saber quiénes representan a los votantes, a quien pueden reclamar, y este sistema solo lo nubla aún más.
Es un tema que debe ser revisado en profundidad.
PARTIDOS POLITICOS
]El proyecto reafirma el principio que los funcionarios se representan en partidos políticos.
Esto genera dos temas; el primero una reforma integral y más transparente para la elección y funcionamiento de los partidos políticos, de cara a sus afiliados.
Segundo, si el cargo se logra a través de una representación política, ¿qué consecuencia tiene violentar los principios, valores, posturas y lealtades de quienes, asumiendo por un parido, transfugan su mandato?
En el evangelio del domingo, Jesús, al ser interrogado por un escriba –un estudioso y maestro de las leyes judías- sobre cuál es el principal mandamiento, le dice: “Amaras a Dios con toda tu fuerza y amaras al prójimo como a ti mismo, los dos van unidos”.
Esto explica mi visión, no se puede amar los mandamientos –religiosos, legales- si no están en ellos presente el amor al prójimo.
Esto es la Comunidad Organizada.