Tuvimos muchos días de frío y el uso de calefacción se volvió habitual. Por ello, podemos aprovechar estos días con temperaturas más altas y revisar los aparatos que tenemos en casa. El objetivo: evitar los accidentes en hogares por escapes de gas o monóxido de carbono. El Enargas recomienda tener en cuenta algunas las medidas necesarias que se deben tomar para sortear situaciones de peligro para las familias. En esta nota de AIM, algunos puntos a tener en cuenta.
Según registró AIM, en el sitio web de Enargas detallan que el monóxido de carbono es un gas altamente venenoso que se propaga rápidamente en el aire del ambiente. Se genera por combustiones deficientes y es imposible percibirlo porque no tiene color, no tiene olor ni sabor y no irrita las mucosas. Una vez inhalado, se combina con la hemoglobina de la sangre a través de los pulmones e impide que el oxígeno llegue a los órganos vitales.
Si bien este gas venenoso no puede percibirse, hay claros indicios que señalan la presencia de monóxido de carbono en el ambiente:
Coloración amarilla o anaranjada de la llama, en lugar de color azul.
Aparición de manchas o tiznado en las paredes; decoloración de los artefactos, de sus conductos de evacuación de gases o alrededor de ellos.
Una de las principales causas de la aparición de monóxido de carbono está en el mal estado de los artefactos de gas o en sus instalaciones, por ejemplo:
Insuficiente ventilación del ambiente en donde hay una combustión.
Instalación de artefactos en lugares inadecuados.
Mal estado de los conductos de evacuación de los gases de la combustión: desacoplados, deteriorados o mal instalados.
Quemador de gas con la entrada de aire primario reducida.
Acumulación de hollín u otro material en el quemador.
Para evitar accidentes, toda instalación de artefactos a gas debe cumplir con las condiciones de ubicación, ventilación y evacuación de gases producto de la combustión, conforme a Reglamentaciones Técnicas Vigentes (ver capítulos VI y VII de la NAG-200) que siempre deben ser realizadas y controladas por un gasista matriculado.
Los accidentes por inhalación de monóxido de carbono se pueden evitar
Hacé revisar una vez al año los artefactos de gas por un gasista matriculado, preferentemente cuando bajan las temperaturas.
Colocá rejillas de ventilación permanentes. Son obligatorias para todo artefacto de cámara abierta.
La llama del gas siempre tiene que ser azul. Si es amarilla, anaranjada o roja tu artefacto de gas está funcionando mal.
Chequeá siempre que los conductos de evacuación de gases no estén rotos o tengan obstrucciones.
Llamá siempre a un gasista matriculado para que revise los artefactos de gas y las ventilaciones de tu hogar.
Las hornallas y los hornos no son para calefaccionar. Eso es peligroso.
Si tenés un detector de monóxido de carbono, activalo siempre.
Mantené las hornallas de la cocina limpias de líquidos y alimentos porque eso obstruye los quemadores y genera una mala combustión.
Aprovechá al máximo la capacidad calórica de los artefactos, no los tapés con cortinas ni muebles.
Los artefactos de gas instalados en baños o dormitorios sólo deben ser de tiro balanceado.
Dejá siempre una rendija abierta; es importante que haya circulación libre de aire desde el exterior.
Si vas a habitar una vivienda que ha permanecido cerrada por mucho tiempo, hacé revisar las instalaciones internas por un gasista matriculado.
Signos de intoxicación
El monóxido de carbono ingresa al organismo a través de los pulmones; se combina con la hemoglobina de la sangre (con una afinidad 250 veces mayor que con el oxígeno); y reduce su capacidad de transportar oxígeno a las células, provocando la hipoxia de los tejidos. De acuerdo con el tiempo de exposición, puede afectar al cerebro y al corazón.
Los síntomas de una intoxicación por inhalación de monóxido de carbono se confunden, a menudo, con los de la gripe o una intoxicación alimentaria.
Una intoxicación leve se manifiesta con debilidad, cansancio y tendencia al sueño; dolor de cabeza, náuseas y vómitos; dolor de pecho y aceleración del pulso en la primera fase.
Una intoxicación grave puede producir temperatura corporal baja; inconsciencia, respiración irregular, convulsiones, pulso lento y/o irregular, tensión arterial baja, y hasta paro respiratorio.
Qué hacer en caso de intoxicación
Buscá atención médica inmediatamente.
Trasladá a la persona intoxicada a un área libre de gases tóxicos; preferentemente, llevala a un lugar al aire libre.
Mantené a la persona abrigada y recostada.
Si la persona está inconsciente, tomale el pulso y cerciorate de que respire.
En caso de que haya tenido un paro respiratorio, deberás practicarle reanimación cardio-pulmonar.
Asegurate de que la ambulancia esté en camino.
Consejos sobre seguridad en el uso del gas
Hacé revisar periódicamente los artefactos de gas por un gasista matriculado.
No uses artefactos de cámara abierta en baños o dormitorios. Sólo están autorizados los artefactos de tiro balanceado o radiador de agua.
No tapes los calefactores ni los instales cerca de cortinas. Estos artefactos no están diseñados para secar prendas.
La instalación y reparación de los artefactos de gas siempre las tienen que hacer gasistas matriculados.
Evitá realizar combinaciones o conexiones de conductos de ventilación de dos artefactos diferentes (calefones y campanas extractoras). Eso está prohibido y resulta peligroso.
Instalá siempre artefactos de gas aprobados por Organismos de Certificación acreditados por el Enargas.
Controlá que la llama del quemador de los artefactos siempre sea de color azul y que su geometría sea uniforme. Si fuera amarilla, significa que está produciendo monóxido de carbono.
Apagá cualquier artefacto de gas cuando detectes que la llama es de color amarilla. Llamá inmediatamente a un gasista matriculado para que lo revise.
Fuente: AIMDigital