CulturaCuriosidadesEducaciónFamiliaInterés GeneralOtrosSociedad

Antoine de Saint-Exupéry: El padre de El Principito

 

Novelista y aviador francés; sus experiencias como piloto fueron a menudo su fuente de inspiración. Nació el 29 de junio de 1900 en una familia aristocrática de la ciudad de Lyon, Antoine de Saint-Exupéry pasó una infancia feliz, pese a la muerte prematura de su padre. Estuvo muy ligado a su madre, cuya sensibilidad y cultura lo marcaron profundamente. Es el autor de El Principito, que hasta el día de hoy deleita a grandes y chicos.

Pasó el bachillerato en 1917 y, tras su fracaso en la Escuela naval, se orientó hacia las artes y la arquitectura. Se hizo piloto cuando estaba cumpliendo el servicio militar en 1921, en Estrasburgo.
En 1926 entra en la compañía Latécoère (la futura Aéropostale) y transporta el correo de Toulouse a Senegal. A finales de 1927 es destinado como jefe de escala a Cabo Juby, entonces bajo administración española. En 1928 se traslada a Sudamérica, y publica sus primeras novelas: Courrier sud, en 1928, y sobre todo Vol de nuit, en 1931, con la que logra un gran éxito, obteniendo el premio Femina; en ambas se inspira en sus experiencias como aviador.
En Buenos Aires, donde conoció a quien sería su esposa, la millonaria salvadoreña Consuelo Suncín, fue nombrado director de la empresa Aeroposta Argentina, filial de la Aéropostale, donde tuvo la misión de organizar la red de América. Tal es el marco de su segunda novela, Vuelo nocturno. En 1931, la bancarrota de la Aéropostale puso término a la era de los pioneros.
Desde 1932, y dadas las dificultades de su empresa, Saint-Exupéry se consagra al periodismo y la escritura. Hace reportajes sobre la Indochina Francesa (hoy Vietnam) en 1934, sobre Moscú en 1935, y sobre España en 1936, previos al inicio de la Guerra Civil en este último país. Sin embargo, no dejó de volar como piloto de pruebas, y efectuó varios intentos de récords, muchos de los cuales se saldaron con graves accidentes: en el desierto egipcio en 1935, y en Guatemala en 1938. Sus reflexiones sobre el humanismo las recogió en Terre des hommes, publicado en 1939.
Ese mismo año, fue movilizado por el ejército del aire. Perteneció a una escuadrilla de reconocimiento aéreo. Tras el armisticio forzado por la invasión alemana, se marcha de Francia, y se dirige a Nueva York para intentar que los norteamericanos entren en guerra. Se convierte ya en una de las voces influyentes de la Resistencia.
Al fin, en la primavera de 1944, va a Cerdeña y luego a Córcega en una unidad de reconocimiento que fotografía muy diversas zonas pensando en un desembarco en Provenza. Pero su avión desapareció en una de esas misiones, el 31 de julio de 1944. El misterio de su destino duró décadas; hacia el año 2000 se recuperaron los restos de su avión con la identificación personal.

Accidente en el desierto del Sahara
El 30 de diciembre de 1935, después de un viaje de 19 horas y 38 minutos, Saint-Exupéry y su navegador André Prevot se vieron obligados a realizar un aterrizaje forzoso en la parte de Libia del desierto del Sahara, en camino a Saigón. Su avión era un Caudron C-630 Simoun n7041 (matrícula F-Anry), con el que pretendían batir el récord de tiempo de vuelo de París a Saigón por un premio de 150 000 francos. Ambos sobrevivieron al aterrizaje, pero sufrieron los estragos de la rápida deshidratación en el Sahara, no tenían idea de su ubicación y, según sus memorias, lo único que tenían para alimentarse eran uvas, dos naranjas y una pequeña ración de vino. Experimentaron alucinaciones visuales y auditivas, para el tercer día estaban tan deshidratados que dejaron de transpirar y finalmente, al cuarto día, un beduino en camello los descubrió, y les salvó la vida. El relato Tierra de hombres (Terre des hommes) es una referencia a esta experiencia.

Desaparición
Después de 27 meses en América del Norte, Saint-Exupéry regresó a Europa para volar con las Fuerzas francesas libres y luchar con los Aliados en un escuadrón basado en el Mediterráneo. Con 44 años, no solo era más viejo que la mayoría de los hombres en servicio, sino que también sufría dolores, debido a sus múltiples fracturas. Fue asignado con algunos otros pilotos a un escuadrón de cazas bimotor P-38 Lightning, que un funcionario describió como aeronaves «desgastadas por la guerra, sin condiciones de aeronavegabilidad».
Después de destrozar un P-38 debido a un fallo de motor en su segunda misión, se quedó en tierra durante ocho meses, pero fue reinstalado en misiones de vuelo por la intervención personal del general Eisenhower.
En 1943, Charles de Gaulle afirmó públicamente que Saint-Exupéry apoyaba a Alemania. Deprimido por esto, el piloto comenzó a beber en exceso.
La última misión de reconocimiento de Saint-Exupéry fue para recoger información para la inteligencia sobre los movimientos de las tropas alemanas en el valle del Ródano y sus alrededores antes de la invasión aliada del sur de Francia, conocida como Operación Dragoon. El 31 de julio de 1944, a las 8:45, despegó a bordo de un Lightning P-38 sin armamento de una base aérea en Córcega, con una autonomía de vuelo de 6 horas.
Como no regresó, a las 13 el capitán René Gavoille (comandante de la escuadra), advirtió a los radares acerca de la desaparición de Saint-Exuperý. A las 14:30, el avión se dio por desaparecido. El 1 de agosto, una mujer informó haber visto un accidente aéreo alrededor del mediodía, cerca de la bahía de Carqueiranne junto a Tolón. Un cadáver sin identificar que llevaba insignias francesas fue encontrado varios días después al este del archipiélago Frioul al sur de Marsella y enterrado en Carqueiranne en septiembre.

Descubrimiento en el mar
El 7 de septiembre de 1998, un pescador llamado Jean-Claude Antoine10 Bianco encontró, a media milla náutica (927 metros) al este de la isla de Riou (unos 20 km al sureste de Marsella), una pulsera de plata de identidad (gourmette) con el nombre de Saint-Exupéry y de su esposa Consuelo6 y sus editores, Reynal y Hitchcock, enganchado a un trozo de tela, probablemente de su traje de vuelo.
El 23 de mayo de 2000, un buzo llamado Luc Vanrell encontró los restos de un P-38 Lightning esparcidos en el fondo del mar a media milla náutica (927 metros) al este de la isla de Riou, cerca de donde se había encontrado el brazalete. Los restos del avión se recuperaron el 3 de octubre de 2003. El 7 de abril de 2004, investigadores del Departamento de Arqueología Subacuática confirmaron que los restos del avión encontrados eran, ciertamente, los del Lightning P-38 F-5B de reconocimiento de Saint-Exupéry. No se encontraron marcas o agujeros atribuibles a disparos. Sin embargo, esto no fue considerado significativo, ya que solo se recuperó una pequeña parte de la aeronave. En junio de 2004, los fragmentos fueron entregados al Museo del Aire y del Espacio en Le Bourget.
La ubicación del lugar del accidente y el brazalete está a menos de 80 km por mar de Carqueiranne, donde se encontró el cadáver de un soldado francés desconocido, por lo cual es posible, aunque no se ha confirmado, que ese fuese el cadáver de Saint-Exupéry, que fue llevado hasta ahí por las corrientes marinas tras el accidente.

Especulaciones de marzo de 2008
En 1982, el alemán Günther Stedtfeld (expiloto de la escuadrilla Molders, de la aviación alemana) encontró en un número de 1972 de la revista alemana de aviación Der Landser un informe y una carta de las que dedujo que Saint-Exupéry podría haber sido abatido por un caza alemán y precipitado al mar. El piloto alemán era un joven aspirante, Robert Heichele ?quien, varios días después, sería muerto en el sur de Francia?. Pero antes, Heichele había consignado su victoria en un informe y la había mencionado en una carta a un amigo.
En marzo de 2008, el periodista alemán Horst Rippert (hermano del cantante Iván Rebroff), de 85 años de edad y expiloto de la Luftwaffe narró a La Provence, un periódico de Marsella, que atacó y derribó un P-38 Lightning el 31 de julio de 1944 en la zona donde se encontró el avión de Saint-Exupéry.
Rippert, que estaba en una misión de reconocimiento sobre el mar Mediterráneo, dijo que vio y atacó a un P-38 Lightning con un emblema francés, cerca de Tolón, y vio cómo el Lightning se estrelló en el mar.17 Tras la guerra, Horst Rippert fue reportero de televisión y dirigió la sección deportiva del canal ZDF. Publicó un libro donde mencionaba el posible derribo de Saint-Exupéry.17 18 La historia de Rippert no es verificable y fue recibida con escepticismo por algunos investigadores franceses y alemanes.
Sin embargo, fuentes de archivo contemporáneos ?que incluyen comunicaciones de radio interceptadas de la Luftwaffe (fuerza aérea alemana)?, sugieren fuertemente que Saint-Exupéry no fue derribado por un avión alemán. El 30 de julio de 1944, el aviador alemán Feldwebel Guth ?del 3.º Jagdgruppe 200, la unidad en la que Rippert estaba sirviendo? derribó un Lightning estadounidense.21 En las listas que se encuentran en poder del archivo militar alemán Bundesarchiv-Militärarchiv se registra el reclamo por el derribo realizado por Feldwebel Guth. El informe de inteligencia de señales de la Fuerza Aérea Aliada en el Mediterráneo correspondiente al 30 de julio de 1944 indica que «a las 11:15 fue derribado un avión aliado de reconocimiento». El progreso de la intercepción fue seguido por las estaciones de radar y de monitoreo de radio de los aliados y quedó documentado en el Missing Air Crew Report (informe de pérdida de tripulación aérea) n.º 7339 acerca de la pérdida del teniente segundo Gene C. Meredith del Escuadrón Fotográfico 23.º (del Quinto Grupo de Reconocimiento).

Su gran obra
El principito (en francés: Le Petit Prince) es una novela corta y la obra más famosa del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944).
La obra fue publicada en abril de 1943, tanto en inglés como en francés, por la editorial estadounidense Reynal & Hitchcock, mientras que la editorial francesa Éditions Gallimard no pudo imprimir la obra hasta 1946, tras la liberación de Francia. Incluido entre los mejores libros del siglo XX en Francia, El principito se ha convertido en el libro escrito en francés más leído y más traducido. Así pues, cuenta con traducciones a más de doscientos cincuenta idiomas y dialectos, incluyendo el sistema de lectura braille. La obra también se ha convertido en uno de los libros más vendidos de todos los tiempos, puesto que ha logrado vender más de 140 millones de ejemplares en todo el mundo, con más de un millón de ventas por año. La novela fue traducida al español por Bonifacio del Carril y su primera publicación en dicho idioma fue realizada por la editorial argentina Emecé Editores en septiembre de 1951. Desde entonces, diversos traductores y editoriales han realizado sus propias versiones.
En relatos autobiográficos previos, se relatan sus experiencias como aviador en el desierto del Sahara y se cree que esas mismas experiencias le sirvieron como elementos para el argumento de El principito. Desde su primera publicación, la novela ha dado lugar a diversas adaptaciones a lo largo del tiempo, entre las que se incluyen grabaciones de audio, obras de teatro, películas, ballets, obras de ópera e incluso una serie animada y un anime.
El principito es un cuento poético que viene acompañado de ilustraciones hechas con acuarelas por el mismo Saint-Exupéry. En él, un piloto se encuentra perdido en el desierto del Sahara después de que su avión sufriera una avería, pero para su sorpresa, es allí donde conoce a un pequeño príncipe proveniente de otro planeta. La historia tiene una temática filosófica, donde se incluyen críticas sociales dirigidas a la «extrañeza» con la que los adultos ven las cosas. Estas críticas a las cosas «importantes» y al mundo de los adultos van apareciendo en el libro a lo largo de la narración.
A pesar de que es considerado un libro infantil por la forma en la que se encuentra escrito, también posee observaciones profundas sobre la vida y la naturaleza humana. Esto se puede ejemplificar con el encuentro entre el principito y el zorro, quien le enseña el verdadero sentido de la amistad y la esencia de las relaciones humanas; de hecho, la esencia misma del libro se encuentra reflejada en el secreto que le obsequia el zorro al principito: «Solo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos». Asimismo, otras temáticas principales son expresadas a través de frases del zorro, tales como «Te haces responsable para siempre de lo que has domesticado» y «El tiempo que perdiste con tu rosa hace que tu rosa sea tan importante».
Saint-Exupéry pudo haberse inspirado en sí mismo cuando era joven en el momento de crear el personaje del principito, ya que en su infancia sus amigos y familiares lo llamaban «le Roi-Soleil» —«El rey sol» en español— debido a su rizado cabello dorado. En 1942, mientras estuvo residiendo con la familia del filósofo Charles De Koninck, en Quebec, Canadá, conoció al hijo de este, Thomas, un niño de ocho años de cabello rubio y con rizos, que también pudo haber sido de influencia para el autor. Otra posible inspiración para la creación del principito pudo haber sido Land Morrow Lindbergh, también un joven de cabello dorado, hijo del pionero de la aviación estadounidense Charles Lindbergh y Anne Morrow, quienes no vivían muy lejos de Saint-Exupéry y con los cuales tuvo un breve encuentro durante su estadía en Long Island.
Una de las primeras referencias literarias de Saint-Exupéry sobre un pequeño príncipe fue encontrada en la segunda crónica que envió desde Moscú, con fecha del 14 de mayo de 1935. En sus escritos como corresponsal especial del Paris-Soir, el autor describió el viaje que hizo de Francia a la Unión Soviética en tren. Durante su viaje en tren, se aventuró desde los vagones de primera clase donde se encontraba hasta los de tercera clase, donde se encontró con grandes grupos de familias polacas que, acurrucados entre sí, regresaban a su país. En su crónica Saint-Exupéry no solo describió a un pequeño príncipe, sino que también se refirió a varios otros temas que incluyó en diversos escritos filosóficos.

Fuente: AIMDigital

Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 18/7/2023

Related Articles