Por Rubén I. Bourlot –
Nacido en Gualeguaychú, Claudio Martínez Paiva (1887-1970) fue un destacado dramaturgo y guionista de cine, además de escritor y periodista de ideas. Trasladado a Buenos Aires, logró renombre en esa constelación que habitaron grandes actores y actrices de las tablas y la pantalla grande, cuando el cine como industria estaba dando sus primeros pasos consagratorios.
“Don Rosendo Leiva tiene su rancho al pie de la cordillera. En él vive acompañado de su mujer y de sus tres hijos: doña Márgara, Pancho, Magdalena y María Luisa. Ahí mismo se inicia una barranca que se pierde en la altura y llega hasta la puerta de otro rancho…”. Así comienza la historieta “El rancho del hermano” en la recordada revista Intervalo de la editorial Columba. El autor del guión es nada menos que el polifacético poeta, escritor, dramaturgo y periodista Claudio Martínez Paiva o Payva, como también aparece nombrado.
El hombre había nacido en Gualeguaychú, cuna de poetas, el 9 de octubre de 1887. Con veinte años, en 1907, se trasladó a explorar las luces de Buenos Aires y rápidamente estrechó vínculos con Alberto Ghiraldo quien lo relacionó con el mundo literario y artístico.
Martínez Paiva escribió en la revista libertaria Ideas y Figuras, y en 1909 estrenó su primera obra de teatro: El idiota. La dramaturgia lo tendrá como uno de los pioneros de la comedia rioplantense. Escribió más de 50 obras de teatro, algunas de las cuales fueron interpretadas por actores prestigiosos como Enrique Muiño, Elías Alippi, Lola Membrives y Pepita Serrador.
Pero las obras que lo harán saltar a la consideración popular serán sin dudas Ya tiene comisario el pueblo, 2º premio de la Comisión Nacional de Cultura en 1937, que fue llevaba al cine en dos oportunidades, al igual que Joven, viuda y estanciera. En 1942 también ganó la pantalla grande su obra ¡Gaucho!
Martínez Paiva cultivó la poesía con aires gauchescos y aromas del paisaje de su terruño entrerriano. Dos libros dan cuenta de su tarea de vate: Lluvia en los cardos y Como cencerros.
Figuras destacadas dieron vida a “Ya tiene comisario el pueblo”, guiñado por Martínez Paiva.
Cada tanto aparece “Joven, viuda y estanciera” en alguna programación del ayer, con Lolita Torres y Jorge Barreiro.
Historieta en Álbum Intervalo, agosto de 1960, con guión de Claudio Martínez Paiva y dibujos de Eduardo Miranda.
El recitador Fernando Ochoa solía incluir la poesía de Martínez Paiva en su repertorio. Por cierto, los versos de Pericón Nacional, fueron escritos especialmente para el recitado de Berta Singerman: “…rueda del tiempo donde danzan las sombras de mi pueblo. / ¡Pericón! Un siglo hecho canción. ¡Pericón! / Bajo el toldo cribado de los talas / puntea el guitarrero y estira su sollozo un eco de acordeón”.
La dramaturgia y la política
Su trayectoria estuvo impregnada de claras convicciones políticas. De sus inicios libertarios se inclinó prontamente al Yrigoyenismo. La aventura le costó el exilio tras el derrocamiento del Presidente, de origen radical, en 1930. A partir de ahí su escritura derivó hacia un tono de compromiso con la situación política del país. La citada Ya tiene comisario el pueblo es un sainete que incluye claras alusiones al fraude electoral característico del gobierno del presidente Agustín P. Justo, por entonces en el poder.
Al irrumpir la revolución del 4 de junio de 1943 su pluma de periodista saludó al movimiento naciente desde las páginas de La Época y Democracia. Con el triunfo del peronismo en 1946 se integró a sus filas como director del Teatro Nacional de la Comedia, y en 1950 fue parte de la Comisión Nacional de Cultura junto a Antonio Castro, José María Fernández Unsain, Francisco Muñoz Azpiri y Alberto Vaccarezza, entre otros.
Participó activamente de la Peña de Eva Perón a través de la cual publicó algunos poemas. Justamente, en una poesía dedicada a Evita, que tituló Nuestra señora del Bien Hacer, expresa: “Una verdad sencilla, / María Eva Perón, es una maravilla. / Mármol y flor. Soberbiamente bella, / lo antiguo y lo moderno que modeló la arcilla, / pero ni ayer ni ahora, ninguna igual a ella”.
Si bien más tarde, con el paso de los años y la llegada de algunas reivindicaciones, el movimiento conducido por Eva y Juan Perón se transformó en policlasista, por los días en que Martínez Paiva abrazó la causa, el peronismo era una expresión emergente de los de abajo: trabajadores, explotados, desposeídos.
También dirigió el Teatro Obrero de la CGT en el teatro Cervantes y publicó sus trabajos en Mundo Peronista.
Por esa época su esposa, Celina Rodríguez de Martínez Paiva, fue consagrada una de las primeras diputadas nacionales, elegida para el período 1952-1958 por la provincia de Buenos Aires.
El gobierno de facto que asumió en 1955, tras el derrocamiento de Perón, lo persiguió y pasó a ser uno de los tantos intelectuales “malditos” de la época.
Los ‘60
Al iniciarse la década de 1960 reaparece en la escena pública con reediciones de sus obras de teatro y poesías como el laureado Lluvia de cardos y se reversionan dos películas basadas en su dramaturgia: Ya tiene comisario el pueblo (1967) con Niní Marshal y Ubaldo Martínez, y Joven, viuda y estanciera (1970) con Lolita Torres y Jorge Barreiro.
En su milonga La vuelta del montonero o Gloria a Entre Ríos desgrana “de un galope sin resuello / me trujo mi doradillo, / soy soldao de mi caudillo / y a fe de güén entrerriano, / pa’ los amigos la mano, / pa’ los otros… el cuchillo.” Este trabajo musicalizado por Antonio Benítez fue llevado al disco por Jorge Cafrune, Aníbal Troilo con la voz de Ángel Cárdenas, entre otros.
En Gualeguaychú, su ciudad natal, una calle homenajea a Martínez Paiva desde 1976.
Bibliografía
Pulfer, Darío, (2017), Aproximación bio – bibliográfica a Claudio Martínez Payva
Pedrazzoli, J. C, (1987), en Enciclopedia de Entre Ríos, Arozena Editores, Paraná, T. VI.
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(fuente: https://www.eldiario.com.ar/)
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 10/10/2020