ASÍ PAGA EL DIABLO
Dentro del campo de la economía internacional, los métodos del imperialismo capitalista no difieren de su conducta habitual. Deseamos presentar sólo dos casos de sus atropellos.
En 1945, cuando terminó la segunda guerra, Estados Unidos debía a la Argentina una crecida suma, producto de abastecimientos no compensados. Esos créditos fueron bloqueados al terminar la contienda. En otras palabras, el deudor se negaba a pagar, no cubría interés alguno y, entretanto, maniobraba con los precios en forma que ese crédito argentino bloqueado se «evaporaba» a la mitad.
Con esta maniobra el país fué estafado en una ingente suma. Nada pudimos hacer entonces porque, incluso, si reclamábamos nos decían que éramos «nazis».
Aunque despojados inicuamente, debimos emplear lo que nos quedaba en compras apresuradas para satisfacer necesidades apremiantes y cobrar de alguna manera, ante la amenaza de una «evaporación» progresiva de los saldos. Fue entonces cuando se acusó al gobierno de gastar apresuradamente nuestro saldo en dólares.
! De no haber sido así ! …
Este fué un simple caso de despojo; el que mencionaremos a continuación es todo un chantaje agresivo.
En 1946 la deuda de los Estados Unidos era aproximadamente de dos mil millones, y la de Gran Bretaña, de unos tres mil quinientos (117 millones de libras). La Argentina, acreedora de ambos, dispuso emplear tales saldos en la adquisición de manufacturas indispensables. Fué así que procedió a disponer del oro y dólares acumulados, al tiempo que gestionaba el desbloqueo de los saldos en libras esterlinas. Lo primero pudo realizarse a duras penas, como mencionamos antes, a costa de uno de los fraudes más abominables que registra la historia de las relaciones económicas internacionales. Lo segundo se estableció al firmar solemnemente dos tratados sucesivos con el gobierno de S.M. Británica, en los cuales éste se comprometía a mantener la convertibilidad de la libra esterlina.
….
Para Argentina, celosa cumplidora de sus pactos y compromisos internacionales, era inconcebible el pensamiento que el Gobierno de Su Majestad Británica, comprometido en acuerdos y pactos solemmnes a mantener la convertibilidad de las libras bloqueadas, pudiera unilateralmente violar los compromisos. Sin embargo, a mediados de 1947, decreta unilateralmente la cesación de tal obligación financiera. En ellos se ve la mano intencionada de ciertos círculos estadounidenses, pues no es un secreto para nadie que tal medida no pudo ser tomada por el gobierno inglés sin el acuerdo o la presión mencionada.
….
Se trataba intencionalmente de perjudicar a la Argentina en su crédito, haciéndola aparecer como deudora morosa y, en consecuencia, cortarle el crédito y difamarla por todos los medios.
Pero aquí no termina este caso inaudito de irresponsabilidad e injusticia. La cesación de la convertibilidad de la libra esterlina fué casi paralela al anuncio del Plan Marshall, que, según se comprometió y consta en actas del parlamento yanqui, habría de constituir un plan de recuperación mundial que favorecería por igual a todos.
Latinoamérica y en especial Argentina jugarían un papel especial. En los cálculos de la administración yanqui (de acuerdo con documentos oficiales debatidos en su Senado) consta la decisión de adquirir en nuestro país más de mil millones de dólares en productos necesarios a la rehabilitación económica de Europa. Apremiados por nuestro gobierno, la embajada de los Estados Unidos y los personeros de la E.C.A. aseguraron a nuestro gobierno, con toda clase de garantías verbales, en el sentido de colocar en nuestro país elevadas órdenes de compra, solicitándonos a la vez que se reservara a tal efecto toda nuestra producción.
….
Aprobado el Plan Marshall, llegó a Buenos Aires el señor Hensel, representante del mismo, y ante el estupor del gobierno argentino y del propio embajador de los Estados Unidos, señor Bruce, manifiesta que tal plan es simplemente financiero y que en la Argentina no se compraría nada. Se había consumado el más triste episodio de mala fe, del incumplimiento y de la falsedad internacionales.
….
En conclusión: queda claramente expuesto que las maquinarias del supercapitalismo internacional, no satisfecho con despojar a otras naciones de recursos indispensables para su desarrollo económico, mediante la inflación provocada; no conforme con la violación arbitraria de la palabra empeñada en documentos solemnes; no contento con el incumplimiento sistemático de las promesas y de las obligaciones formales de sus representantes, miente, miente descaradamente cuando pretende tergiversar la clara posición argentina, que ha resistido su bloqueo, su presión, su sabotaje y su difamación sistemática.