En Casa de la Cultura el teatro pone a nuestro alcance una oportunidad nada frecuente. Nos muestra a esta gran mujer de la historia y justo al tiempo de la celebración del Bicentenario.
De lado quedan las cuestiones cotidianas de nuestra vida, la obra nos atrapa, nos lleva al Alto Perú y nos mete de una, en la Chuquisaca de los tiempos históricos, en el sentir y en el decir de Juana Azurduy. Nos hace contemplar su enorme carácter, su vida signada por la tragedia, sus propósitos de independencia y de justicia.
La pieza escrita por Andrés Lizarraga, dirigida por Marcelo Demonte Becker y protagonizada por Guadalupe Pérez junto a Mario Lorán, no necesita de un gran despliegue escenográfico para llegar al público y conmoverlo, si hasta pareciera que nadie se moviera ni respirara a lo largo de toda la función.
Desde la obra teatral, Juana Azurduy habla con toda la fuerza de su carácter para decir “…Doctor; es ellos o nosotros, somos país o somos colonia” o en otro pasaje gritar “…nunca hice nada en defensa propia, siempre fue en defensa de mi gente, de mi patria, de mis guerrilleros…”, y contar del convento donde pasó algunos años de su vida, de las monjitas que lo habitaban, de su fe en Dios, del profundo amor por su esposo Manuel Ascensio Padilla, de sus hijos, de sus luchas, de los diez mil guerrilleros que tenía bajo su mando, de Rondeau, de Belgrano, del gesto heroico de las mujeres cochabambinas en la Colina de San Sebastián, de su batallar junto a Guemes, y de muchos otros hechos, personajes y situaciones de su realidad, que la exhiben como una gran mujer, al punto de parecer imposible que haya existido. Desde su fortaleza y su carácter indómito, todo lo doloroso y trágico, tan abundante en su vida, se podía sobrellevar.
Mario Lorán: “Reivindicar la figura de Juana Azurduy”
¿Cómo definirías esta propuesta teatral?
ML: “Juana” es un proyecto que estaba descansando ya desde hace un tiempo largo y estábamos como esperando el momento oportuno en que coincidieran varias cosas; el grupo de trabajo, la sala y demá, para que empezara a tener vida, hecho que ocurrió en el mes de abril cuando empezamos con las funciones en Concordia y ahora desde el 18 de junio en C.del Uruguay.
“Juana Azurduy” es un material que de alguna manera reivindica la figura de esta gran mujer, que tanto hizo por la emancipación, en las luchas por la independencia y que lamentablemente ha sido muy negada a lo largo de la historia. Afortunadamente en nuestro humilde aporte podemos llegar desde el teatro a entregar esta figura y que la gente pueda llegar a transitar por ese derrotero tan poco conocido para el general de la gente, de quien fue Juana.
Si bien podemos decir que es una obra revisionista, no por ello deja de ser una obra con muchísima actualidad. Todo lo que ocurre en la obra, en cuanto a la demanda, al planteo de lo que vive Juana Azurduy, tiene mucha vigencia, pone de manifiesto un montón de valores que no son muy comunes en una persona, que piensa en un país que deba crecer en libertad, y al servicio de la gente, como quizás uno no lo ve tanto ahora.
¿Cómo la recibe el público?
ML: Es muy particular lo que ocurre con la gente, se dan muchas fusiones, no sólo por el trabajo artístico, sino porque hace coincidir con conocer un personaje de nuestra historia. Los chicos vienen a ver la obra y conocen de Juana Azurduy más que los grandes, a través de un dibujo de Zamba, o de las colecciones de libros de escuela primaria, que hay ahora, que reivindican su figura.
Entonces los chicos piden ver un espectáculo como este porque ya tienen conocimiento.
Juana Azurduy junto a Manuel Ascensio Padilla, personas de la aristocracia del Alto Perú no dudaron en sumarse a las luchas por la independencia. Esto le significó particularmente a Juana perder absolutamente todo. Su marido como sus cuatro hijos mueren durante todo lo que dura la guerra de guerrillas que llevaban adelante con Guemes y Belgrano, para terminar a los 80 y tantos años muriendo en la extrema pobreza por que hasta a una pensión que se le había asignado, el gobierno de Buenos Aires no le pagaba. Esto la hacer muy noble en cuanto a la idea de reivindicarla, por que como a tantos otros próceres, se despojó de todo por los ideales.
Algo no muy común de ver en la actualidad, donde uno tiene otro tipo de ideas emancipadoras, a diferencia de aquella época, cuando abrazar una causa significaba jugarse la vida.
¿Cómo ha sido tu experiencia de trabajo junto a Guadalupe Pérez y con Marcelo Demonte Becker?
ML: Con Guadalupe Pérez es la primera vez que trabajo, es un honor. Es una gran actriz que le hace honra al personaje de Juana Azurduy y con Marcelo(Demonte Becker) me une no solo una gran amistad, sino también a lo largo de mis años de trabajo he compartido trabajos muy recordados en C.del Uruguay como “El Vendedor de Barquillos” y “Cámara Lenta”, hace varias décadas.
Esto nos permitió cimentar una amistad que a lo largo del tiempo se ha sostenido. Ahora hemos tenido la posibilidad de volver a cruzarnos desde un lugar que nos pone muy cómodos y tanto amamos como es el trabajar en un producto teatral.
GUADALUPE PEREZ: “Nadie puede negar lo que hizo y lo que nos ha dejado”.
¿Cómo resumirías tu trayectoria teatral?
Todo lo que he hecho teatralmente, fue en Concordia. Empecé hace varios años de casualidad, a nivel escolar en un Instituto de Inglés. Después conocí a Carlos Migoni. Con él comencé un tránsito más teatral. Hice varias obras. La que más recuerdo fue una donde puse el cuerpo para interpretar a Eva Perón en “Ave Eva” que mostraba su vida antes de lo político, que no era lo que priorizaba la obra. Con el “Gordo” hice varios trabajos, hasta que me convocó Marcelo(Demonte Becker) para otros proyectos. Hice de todo, algo de humor como “Tengamos Sexo en Paz” una obra desopilante, luego Lola Mora, unipersonal que adoré, porque obras como esa me permiten no solo crecer en lo que amo, que es el teatro, sino también me permiten conocer estos personajes desde otros ángulos.
Uno lee, se interioriza para interpretar Eva Perón, Lola Mora, Juana Azurduy… pedazos de mujeres… con sus historias, sus aportes, es increíble!!!
¿Cómo trabajaste este nuevo proyecto?
Cuando Mario llegó con la propuesta, sabía poco de Juana Azurduy. Al leer la obra, yo sentía que era muy fuerte el personaje, pero con la ayuda de Marcelo y de Mario aprendí muchísimo en lo teatral y de una personalidad importante de nuestra historia como es ella, que no es reconocida. No se conoce todo lo que dejó y lo que entregó por la independencia no sólo de nuestro país sino de esta parte del continente. Para mi hacer teatro es un placer. Con Mario logramos una buena química. Es una gran alegría.
En el círculo que nos va a ver en Concordia, nos decían, la verdad no sabíamos nada de la vida de Juana Azurduy, y a partir de la obra van y se interiorizan. Es bueno ese aporte de hacer conocer a alguien de nuestra historia. Despertó el interés en mi por J.Azurduy, despertó el interés en la gente. Algunos coinciden, otros no pero nadie puede negar lo que hizo y lo que nos ha dejado.