Un alimento light tiene como característica ser “bajo”, “reducido” en algún tipo de nutriente. Por ejemplo: sodio, grasas saturadas, grasas totales, azúcares, carbohidratos, valor energético, entre otros. Mínimamente debe cumplir con una reducción del 25% de estos nutrientes o de su contenido energético, para poder ser considerado ‘light’.
Por otro lado, otra cosa no menos importante es que estos alimentos suelen tener muchos aditivos como por ejemplo: potenciadores del sabor, por lo que no es saludable consumir grandes cantidad de dichos productos.
Los productos light son ofrecidos por la industria alimentaria frente a las expectativas de la población a bajar de peso. La obsesión por un cuerpo perfecto abrió las puertas al consumo de estos productos. Pero, esto no es así; los alimentos con esta característica no adelgazan y no necesariamente son “bajos en calorías”.
No porque un producto sea ‘light’, habilita a comer todo lo que se desee, y es muy recurrente caer en este error. Se debe comer en la cantidad justa. Por eso, recomiendo leer bien las etiquetas para ser consumidores inteligentes y no caer en engaños.
Quiero destacar que el tratamiento que debe realizar una persona que necesita bajar de peso, se debe basar en una alimentación saludable, lo más natural posible. Incorporando frutas, verduras, legumbres, cereales, reduciendo el consumo de azúcares y grasas saturadas. Prestando atención en la cantidad y calidad, y en la forma de comer, lo que se llama alimentación consciente. Al mismo tiempo, es fundamental hacer ejercicio diario (ideal 30 minutos por día), dormir reparadoramente mínimo 7 horas, tomar abundante líquido (8 vasos preferentemente de agua) y evitar gaseosas y alcohol.
Fuente: Ámbito