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 Decreto Número Uno Diciembre 11 de 2019. Artículo 1°

Por Carlos Alberto Negri   –   

 “Derógase el Decreto n° 893 del 1° de noviembre de 2017. Reestablécese la obligatoriedad del ingreso y negociación en el mercado de cambios de la totalidad de las divisas provenientes de operaciones de exportación, de conformidad con las previsiones del artículo 1° del Decreto n° 2581 del 10 de abril de 1964, norma que recupera su plena vigencia…”

Hace ya algunos años que sigo el tema de la obligación de liquidar las divisas que se obtienen por exportaciones en el Banco Central. Para mi es evidente que se trata de una cuestion esencial para la definición de la Argentina como Nacion, además, y por, la trascendencia económica del asunto. Recuerdo, por ejemplo, una nota de abril de 2007 en la que cuestionaba al Presidente Néstor Kirchner mantener las prebendas de que gozaban mineras y petroleras y, ante su pasividad, le proponía a su Sucesora un decreto con un modelo de texto y todo[1]. Años después, en octubre de 2011, la Sucesora de la Sucesora, ni bien ganó las elecciones, derogó la tal ignominiosa liberalidad con un decreto de texto singularmente similar al que Nosotros habíamos propuesto, y Nosotros aplaudimos con fervor[2].

Hace algo más de un año y medio, en noviembre de 2017, volví a la carga obligado por las circunstancias: el Gobierno del Ingeniero Macri derogaba la obligación de liquidar las divisas de exportación en el Banco Central mediante el Decreto 893/2017 del 01/11/2017[3].

Relevaba allí la historia de la materia desde 1946 cuando se nacionalizó el Banco Central[4] y se creó dentro de su estructura el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI)[5] que estatizó el comercio exterior, lo que luego fue ratificado en el artículo 40 de la Constitución de 1949[6]. El IAPI fue liquidado a partir de 1955 por la Revolución Libertadora. En 1964 el gobierno radical del Presidente Illia estableció la mecánica que obligaba el ingreso al país del “contravalor en divisas de la exportación de productos nacionales”[7]. En 1973/76 las leyes 20.557, 20.520, 20.523 y 20.573 en el marco del Plan Trienal, que regularon comercio exterior, inversiones extranjeras, depósitos bancarios y entidades financieras, profundizando esa obligación, legislación que fue derogada por la Dictadura Militar que, sin embargo, mantuvo la mecánica del Decreto de 1964. Esa obligación fue dejada de lado por Menem en 1991[8] pero fue restablecida parcialmente cuando todo se prendió fuego en 2001[9], el sistema se mantuvo pero excluía totalmente a las grandes mineras, y a las petroleras en forma limitada (ya que debían liquidar solo 30% de la divisas). En 2011 Cristina volvió al régimen de 1964[10], eliminando los privilegios de mineras y petroleras. Desde mediados de 2016 el Gobierno de Macri  modificó el plazo de liquidación, que de 30 días pasó primero a 5 años, y luego a 10 años desde enero de 2017[11].

El fundamento expreso de esta decisión del Gobierno fue que lo decidido “resulta necesario” para “mejorar la competitividad de las exportaciones argentinas, flexibilizar las condiciones de financiamiento y mejorar la previsibilidad financiera”. Es todo lo que dice.

Expusimos entonces un cuadro sobre la base de los datos sobre valor de exportaciones del Indec[12], y cobros de exportaciones de bienes del Banco Central[13], datos que cualquiera puede corroborar en las páginas de ambas instituciones.

Decíamos entonces que el resultado que exponíamos en el cuadro, que llegaba hasta 2016, era un licuado del cobro de las exportaciones por bienes y servicios, que incluye cobros anticipados, financiaciones y prefinanciaciones locales y del exterior, que recién en un par de años se podría verificar el resultado neto de la decisión del gobierno, pero que, de la serie expuesta, se podía verificar que con el sistema de libre disponibilidad parcial se dejaron de cobrar 30 mil millones de dólares entre 2003 y 2011, y que la decisión de Cristina en 2011 implicó para el periodo 2012/2016 el equilibrio lógico del mecanismo, (la serie muestra, incluso, un recupero del orden de 1.700 millones de dólares), ahora, véase en el cuadro que reproducimos y ampliamos mas abajo, se fueron, solo en 2018, mas de 10.600 millones de dólares, y entiéndase: esto no es fuga de capitales, esto es antes y aparte de la fuga de capitales, esto, directamente, no ingresa ni transita la economía argentina.

La serie arranca en 2003 porque es cuando el Banco Central comienza a elaborarla, no es para molestar a nadie, pero no vamos a dejar de señalar que la medida de Cristina de 2011 tiene como antecedente a Illia en 1964, que no era el Che Guevara, y que la reinstalaron Cavallo/DeLa Rua cuando en diciembre del 2001 se les prendió fuego el rancho.

De que estamos hablando: Cuando se trata de comercio internacional entre naciones libres, así como de comercio entre particulares, se trata de vender y/o comprar bienes y servicios, así de simple, y cuando se vende, como en el caso de las exportaciones, una parte, la vendedora, entrega lo que vende y la otra, la compradora, paga lo que compra. Si se trata de exportar bienes producidos en/por  la Argentina, quien compre, esté donde esté, deberá traer a la Argentina el valor de lo comprado.

Parece una verdad de Perogrullo, pero es que si no es así no hay “exportación” ni “comercio internacional”, lo que hay es una transferencia gratuita de riqueza al exterior.

Pues bien, pasaron los dos años y la serie, a 2018, muestra el siguiente resultado:

(Los valores son en millones de dólares)

Podrá verse ahora, claramente, de que estamos tratando, y el alcance de la salvaje decisión del gobierno, mas salvaje cuando se está en medio de una recesión espantosa y prolongada, y se está tomando créditos en dólares por montos y plazos que serán imposibles de afrontar, se renunció graciosamente al ingreso de las divisas que se necesitan desesperadamente.

Se trata aquí solo de los  números “en blanco”, que surgen de las metódicas falsedades de las declaraciones juradas de quienes “exportan” (las denominadas DJVE), que son pálido reflejo de la realidad económica, por arriba y por abajo existen maniobras fabulosas de elusión por subfacturación de lo que se va, y sobrefacturación de lo que ingresa, recordemos que el 55% del valor de lo “exportado” queda en paraísos fiscales según Alberto Abad, ex-jefe de la AFIP[14], sin embargo estos datos, aun así, reflejan en forma parcial y deformada, como las sombras en la cueva de la metáfora de Platón, cual es el impacto de la política sobre liquidación de las divisas.

En estos términos no había ninguna “necesidad”, se trata solo de un berretín dogmático/ideológico, que quizás sirva ante los fundamentalistas del FMI, la OMC, la OCDE y la mar en coche, y es cierto que esa política mejora la competitividad del “exportador”, pero empeora simétricamente la de la Argentina.

Claro que podés mantener la obligación de liquidar y que lo mismo las divisas se fuguen cinco minutos después, como por otra parte está ocurriendo en forma escalofriante, y que eso requiere de decisiones de fondo que no se tomaron, salvo lo que se llamó “cepo cambiario” en tiempos de la dictadura cristinista que consistió en pisar el flujo para retardar la salida/fuga, tema que también tratamos en su oportunidad[15].

¿Quienes se beneficiaron?: el sector agropecuario con Cargill a la cabeza, Bunge, Dreyfus, ADM/Toepfer, Molinos, Bunge, la china Cofco (sola y asociada con Noble), Aceitera General Deheza, Pan American Energy en petróleo y gas, las automotrices donde lidera Volkswagen, mas Ford y Toyota, las mineras Barric Gold, Xtrata, Glencore, y compañía, Techint, Aluar, en fin, un puñado de 25 o 30 empresas de las cuales solo una o dos son nominalmente argentinas y que “exportan” mas del 70% del total, y siguen los nombres.

Así, subsidiados hasta las verijas, se llevan los bienes y servicios y no traen el precio, aquí solo quedarán los costos de extracción/producción[16] y algo en impuestos y regalías[17], así se van bienes y recursos no renovables y su renta a cambio de nada: esto es la dependencia en los hechos, y no es una teoría económica.

Si algo demuestra la trascendencia de la materia es la recurrencia en meter baza, y del temor a hacerlo, habrá entonces que tener listo el decreto, otra vez, para el 11 de diciembre, allí les mando el borrador, y además habrá que definir y tener listas las herramientas para cortar la sangría, y no va a ser fácil.

Vuelvo en breve ampliando y, si me da el cuero, precisando, porque estoy convencido que de la comprensión de la mecánica de la dependencia es de donde surgen las políticas para superarla y, aunque sospecho que nadie lee estos bodrios que propalo, a mi me calman la ansiedad… viste?

Buenos Aires, 28 de junio de 2019.-

.

[1] “Acá No. Breves Consideraciones Sobre las Diferencias entre Los Negocios de Exportación Y el  Simple Despojo”, fue incorporado en “Panfletos Peronistas”, Carlos Negri, Ed. Materon, Buenos Aires, 2013.

[2] “Aplausos por Favor” del 26/10/2011, también incorporado en “Panfletos Peronistas”.

[3] La nota se llamó “Sobre qué es y que no es Moco e´ Pavo. Alguna reflexión acerca de la mecánica de la dependencia  para tratar de distinguir lo importante en el medio del griterío.”, fue publicada en alguna parte, se la puede encontrar en internet.

[4] Decreto-Ley 8503/46 del 25/03/46 firman Farrell-Avalos.

[5] Decreto-Ley 15350/46 del 28/05/46 firman Farrell-Avalos-Pistarini.

[6] “…Salvo la importación y exportación, que estarán a cargo del Estado, de acuerdo con las limitaciones y el régimen que se determine por ley, toda actividad económica se organizará conforme a la libre iniciativa privada…”.

[7] Decreto 2581/64 del 10/04/1964 firman Illia-Blanco-Garcia Tudero.

[8] Decreto 530/91 del 27/03/1991 firman Menem-Cavallo.

[9] Decreto de Necesidad y Urgencia 1606/2001 del 05/12/2001, firman De la Rua y todo el gabinete, incluido Cavallo.

[10] Decreto 1722/2011 del 25/10/2011 firman Fernández de Kirchner-Fernández (Aníbal)-Boudou.

[11] Anexo de la Comunicación “A” 6244 del BCRA.

[12] Exportaciones por grandes rubros.

[13] Mercado Unico y Libre de Cambios – MULC, Gerencia de Estadísticas de Exterior y Cambios, serie mensual, cobro de exportaciones de bienes.

[14] El señor Alberto Abad que dirigió la AFIP con Macri desde 2015 a 2018, tenía el mismo cargo con Duhalde, con Néstor y con Cristina desde 2002 a 2008, confirmar datos en La Nación del 16/08/2016, entre otras muchas fuentes.

[15] “Las Convicciones, La Puerta y Los Pragmatismos”, también incorporado a “Panfletos Peronistas”.

[16] Solo las automotrices aportan algo de valor agregado, lo demás son comodities agropecuarias, mineras y petroleras.

[17] Los regímenes de exención impositiva en el caso de las mineras son libérrimos, no se pagan tasas ni impuestos municipales ni provinciales ni aduaneros, existen plazos de exención de ganancias de más de cinco años, el IVA se reintegra, se reembolsa en ciertos casos sobre lo que se “exporta”, (Leyes 24.196, 24.228, 24.490 y legislación derivada), se limitan las regalías al 3%, y todo sobre declaraciones juradas falsas.

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