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AQUEL DICIEMBRE DE 2001

Por German Bercovich     –    

Cuando nos acercamos a diciembre, las generaciones que vivimos el descalabro de 2001 sufrimos el recuerdo. Es muy complicado eludir las emociones que persisten en la memoria. Las sensaciones de miedo, desamparo e indignación de aquella época fueron demasiado intensas. A 16 años, vamos a rememorar algunas de las situaciones que derivaron en aquél cimbronazo. No nos ocuparemos de lo ocurrido en esta ciudad donde fueron saqueados casi la totalidad de los supermercados existentes en ese entonces. Pretendemos brindar una mirada abarcativa, mostrando la dimensión de un desastre que provocaba el aplauso del FMI y el caos (la  reiteración hoy de esos elogios, nos provocan desasosiegos). No llegaremos, en este recorrido, a los días 20 y 21, ni a los de la famosa represión en el Puente Pueyrredón. La idea es brindar una idea del caos generalizado producido por la política económica, y que estalló en la semana previa al asesinato de Kostecki y Santillán.

En marzo de 2001, la prolongación de la recesión (llevaba 3 años) llevó a la renuncia del Ministro de Economía, José Luis Machinea. Asume Ricardo López Murphy, quien con una serie de medidas intentó apoyar el pago de la crisis en los sectores medios (asalariados, pequeños comerciantes, capas medias provinciales); esta posibilidad fue coartada por contundentes movilizaciones que lo obligaron a renunciar en 15 días. Llega entonces Cavallo al Ministerio, investido por poderes extraordinarios por el Congreso, y apoyado por la mayoría de los medios de comunicación. En julio, el Gobierno implementa una política de déficit cero, es decir, no gastaría más de lo recaudado. Para pagar la deuda pública recorta 13% a jubilados y empleados estatales. A esto respondió una huelga general convocada por las dos CGT, la CTA, y adhesiones de diversas agrupaciones. En las elecciones legislativas de octubre de 2001, la crisis de representación se manifestó evidente, cuando un 42% de los habilitados para votar no lo hizo, votó en blanco, o anuló el sufragio. En algunos distritos incluso, la Capital Federal entre ellos, este llamado voto bronca ocupó el primer lugar. El Gobierno resultó derrotado en casi todo el país, y la oposición, PJ, logró la mayoría en el Congreso.

A fines de noviembre llega el corralito, que todos tenemos muy presente. Los empleados de todo tipo comenzaron a recibir sus sueldos en cuasi monedas: patacones, lecops.

El miércoles 12 de diciembre comienzan algunas movilizaciones dispersas pero contundentes de parte de jubilados, asalariados de todo tipo, desocupados, pequeños propietarios y estudiantes, entre otros. Se producen cortes de rutas en el GBA, Rosario, Mar del Plata, Jujuy, Neuquén, Salta y Tucumán con la consigna “Fuera De la Rúa y Cavallo ya”. Al mediodía, los comerciantes de la CAME realizan un cacerolazo frente al Cabildo. A la tarde, la CGT de Moyano junta 6 mil personas frente al Congreso, y la CTA otras mil en Plaza de Mayo. Militantes del Partido Humanista se reúnen desnudos, también, en la misma zona de la Capital. Un grupo de estudiantes ocupa el rectorado de la UBA por dos horas. En La Plata, algunos clientes intentan entrar al Banco Provincia por la fuerza.

El jueves 13 se produce la séptima huelga general contra el Gobierno, convocada por las tres centrales sindicales, con una adhesión de entre el 60 y el 90%, especialmente de los trabajadores del transporte y la administración pública. En Capital y el GBA son incendiados diez taxis. Se producen choques fuertes en todo el país entre manifestantes y policías, y destrozos en edificios públicos. Se organiza una olla popular frente al domicilio de Cavallo (en San Francisco, Córdoba, lo hacen frente a su casa paterna), no funcionan las Terminales de micros ni los trenes, el Banco Nación de La Plata es atacado con una molotov, y el Banco Francés de Mar del Plata con una bomba casera. En la misma ciudad balnearia se destruyen veinte colectivos. La Municipalidad de Pergamino es invadida por una turba que la incendia parcialmente. En Neuquén, la violencia es tremenda: hay pedradas y molotovs contra bancos, comercios, el diario La Mañana del Sur y edificios públicos. Lo mismo en Córdoba. Allí es atacado el Diario La Mañana, y los Bancos Galicia y Francés. En Guaymallén, Mendoza, en tanto, se produce el primer saqueo a un supermercado.

Entre viernes 14, sábado 15 y domingo 16 los saqueos se riegan como pólvora en Mendoza, Rosario, Concordia, Avellaneda. Pero Mendoza sigue siendo el epicentro, y de Guaymalleń se extiende a Godoy Cruz y Las Heras. La policía tira balas de goma y gases lacrimógenos, pero aún así el Gobernador debe pactar con los supermercados que entreguen mercadería a los pobladores. Lo mismo ocurre en Rosario, motorizado por el Intendente.

El Lunes 17 explota  un artefacto lanzapanfletos en un local de Acción por la República, el partido de Cavallo. En Quilmes, otro supermercado acepta donar alimentos a cambio de que no lo saqueen. La misma tónica continúa en otros territorios del país. El Gobierno de Entre Ríos decide distribuir mercadería luego de que, en Concordia, un grupo de personas hieren a un comerciante que responde con balazos.

El martes 18 se produce el primer saqueo en el GBA, en Billinghurst. Un dirigente de los saqueadores dice “Vamos, agarren, pero guarda con tocar la caja”. Los comercios minoristas cierran frente a la falta de garantías. Hay concentraciones amenazantes frente a supermercados de Villa Martelli y Boulogne. Hay, también, ingresos violentos a 20 departamentos en Lomas de Zamora, donde se rompen alambradas y se llevan electrodomésticos. Lo mismo ocurre en Almirante Brown. En Zárate se abordan micros para robar a los pasajeros.

El miércoles 19 es el cenit de los saqueos, que se producen en establecimientos grandes, medianos y chicos de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Río Negro, Neuquén, Mendoza, San Juan, Córdoba, Tucumán, Santiago del Estero, Corrientes y la Capital Federal. Se calcula que unas nueve mil personas participan. En algunos casos la policía no interviene. Algunos comerciantes se atrincheran con armas y perros. Los datos totales dan que se saquean, en 10 días (hasta el 22), 148 hipermercados, 171 supermercados de barrio, 83 comercios chicos, 69 cadenas locales, y 22 depósitos. Se producen 584 saqueos, en donde se sustrae un 51,5% de alimentos u otros productos básicos, un 42,3% de productos en general, y un 5% de bebidas alcohólicas y aparatos electrónicos…

Los pequeños comerciantes argentinos, con un 44%,  son el grupo que más sufre el accionar de los saqueadores. El 34% corresponde a empresas extranjeras, 16% a cadenas argentinas, y un 6% a comerciantes chinos.

La bibliografía que analiza estos días es muy amplia. Lo que intenté es plasmar una noción general del desmadre a nivel nacional de aquellos momentos. A título personal, recuerdo que en aquel momento trabajaba en una librería en Callao y Lavalle, en la Capital. Tenía 22 años. Era una librería chica. Sólo había un empleado por turno. Nunca me voy a olvidar la imagen, en la esquina, a plena luz de un día laborable, de un taxi dado vuelta, ardiendo.

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CBA. SAQUEO EN VILLA LIBERTADOR. FOTO. DANIEL CACERES
CBA. SAQUEO EN VILLA LIBERTADOR. FOTO. DANIEL CACERES

Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 22/11/2017

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