[vc_column_text title=»Por Sebastián Negri (*)» pb_margin_bottom=»no» pb_border_bottom=»no» width=»2/3″ el_position=»first»]
Desde hace algunas semanas los diarios y canales de televisión vienen hablando de una ley votada por el Congreso en junio de este año, cuyo contenido y efectos no interesan a la mayoría de la población. ¿Por qué debería serlo, si el 99 % de la población no tiene plata no declarada fuera del país? Quizás eso explique porque se incluyó su tratamiento junto a otros temas, como ciertos acuerdos de fondos con provincias urgidas de recursos y el pago de miles juicios atrasados a jubilados, conocido como la “reparación histórica a los jubilados”. Los fondos obtenidos en el blanqueo de capitales se utilizarían para pagar los juicios de los jubilados. Todo tiene que ver con todo.
[/vc_column_text] [vc_single_image image=»1379″ image_size=»full» frame=»noframe» full_width=»no» lightbox=»yes» link_target=»_self» shadow=»yes» width=»1/3″ el_position=»last»] [blank_spacer height=»30px» width=»1/1″ el_position=»first last»] [box title=»¿Pero que es realmente el blanqueo de capitales?¿De dónde provienen esos fondos?» type=»whitestroke» pb_margin_bottom=»no» width=»1/2″ el_position=»first»]
Son fondos provenientes de actividades ilícitas. El blanqueo es la operación por la cual el dinero ilegal se convierte en legal, se “blanquea”. Esto ocurre porque el dinero producto de una actividad ilegal, si no se utiliza, lleva al grotesco que le pasaba a Pablo Escobar. El narcotraficante ya no sabía dónde esconder su fortuna mal habida, que según cuentan era comida por ratas y afectada por la lluvia en cuevas y sótanos. Un día llego a quemar dos millones de dólares para calentar a su hija que tenía frio. También financio la construcción de setenta campos de deportes en Colombia, y hasta un zoológico.
Alguien podría decir: ¿Por qué no? Porque no aceptar que un delincuente pueda poner un casino en nuestras ciudades, un shopping, un hotel, compre campos, supermercados, o lo que sea. En definitiva ayuda, genera empleo. El problema surge cuando estos negocios contribuyen a controlar la economía de un país o región. A Escobar en Colombia se le atribuyen 10 mil asesinatos. Compraba su impunidad pagándole a jueces, fiscales, gobernadores y demás. En México los carteles de la droga reclutan sus asesinos en las fuerzas de elites del ejército mexicano, incluso los pilotos de la Fuerza Aérea. Los negocios ilegales se conectan con crímenes, con la corrupción en el Estado, con privilegios e impunidad.
Los países desarrollados se dieron cuenta que para atacar el crimen organizado no alcanzaba con meter presos a sus jefes, porque si el negocio continuaba siempre iba a haber quien los continúe. Con este diagnóstico se dictaron normas en varios países, entre ellos la Argentina, para perseguir el lucro de los negocios ilícitos. Nuestra ley es del año 2000 y lleva el número 25.246.
Como puede verse, hay dos hechos que se conectan. Lo primero es el lucro, la ganancia proveniente de una actividad ilegal, y luego el blanqueo de ese dinero en una actividad lícita. Lo que viene a hacer la ley de blanqueo recientemente sancionada, es facilitar ese blanqueo sin preguntar por el origen de los fondos.
[/box] [box title=»¿Pero entonces se aprueba una ley que anula la persecución al crimen organizado?» type=»whitestroke» pb_margin_bottom=»no» width=»1/2″ el_position=»last»]
No exactamente. Además del narcotráfico, la venta de armas de manera ilegal, el financiamiento del terrorismo, la trata de personas o la corrupción pública y privada, otro de los orígenes del dinero ilegal, de enorme trascendencia a nivel mundial, es la evasión fiscal. Se trata de dinero que escapa por distintos conductos financieros para evitar pagar impuestos en los países en los que se generó esa riqueza. Allí aparecen en escena los Paraísos Fiscales. Países que no preguntan de dónde viene la plata y permiten esconderla facilitando la creación de sociedades anónimas sin dueño aparente. Solo de argentinos, se dice que existen cerca de U$S 300.000.000.000 (trescientos mil millones de dólares) en el exterior, la mayoría sin declarar. Los funcionarios del gobierno nacional han dicho que perseguirán cualquier indicio de origen ilícito en los fondos que se adhieran al blanqueo de capitales, salvo los provenientes de la evasión fiscal. Lo cual dicho al revés significa que la Ley tiene por fin que los argentinos que tienen fondos fuera del país los traigan.
¿Pero que incentivos pueden tener en traer al país lo que justamente se llevaron para no pagar impuestos?
Los argumentos del gobierno nacional son: 1) que este es el último blanqueo. Lo mismo había sido dicho el gobierno anterior, que también intentó sin éxito un blanqueo; 2) Que pronto las agencias de recaudación de impuestos van a intercambiar más información en base a distintos convenios, por lo cual ahora si van a poder encontrar a los evasores; 3) Que este es un nuevo gobierno que no va a perseguir a quienes blanqueen su dinero; 4) Que las condiciones y alternativas para traer el dinero pagando pocos impuestos son las mejores.
¿Entonces se trata de beneficiar a quienes evadieron impuestos?
Si y no es una novedad. Es injusto abrir los brazos a quienes evitaron pagar los impuestos que si pagamos el 99 % de los argentinos, pero a los gobiernos les sirve para aumentar la recaudación tributaria. La necesidad pesa más. Se ha hecho y se seguirá haciendo en varias partes del mundo.
[/box] [box title=»¿Por qué se dice que es la gran apuesta del gobierno de este año y que es importante el número que finalmente ingrese al blanqueo?» type=»whitestroke» pb_margin_bottom=»no» width=»1/1″ el_position=»first last»]
En esto hay un poco de verdad y un poco de publicidad. El gobierno nacional espera que el ingreso por pago de impuestos y adquisición de bonos del Tesoro sea alta, para así evitar tener que tomar más deuda externa. Por otro lado, la expectativa es que una parte de ese dinero que ingrese al blanqueo, empuje la venta de inmuebles, autos y otros bienes durables. En definitiva, que mueva la rueda de la economía y permita acelerar la reactivación de la economía.
Ahora, la realidad indica que si se “exteriorizan” U$S 50.000.000.000 (cincuenta mil millones de dólares) la recaudación para el Estado estará entre el 5 y el 10 % de lo blanqueado, digamos unos U$S 3.500.000.000 (tres mil quinientos millones de dólares). Es mucha plata, pero no alcanza a pagar siquiera un tercio de los juicios de los jubilados por reajuste de haberes. Por otro lado, la mayoría del dinero, tal como lo permite la Ley y decreto reglamentario, podrá mantenerse fuera del país. Es decir que tendrá un efecto nulo sobre el crecimiento del país. El resto, según distintos análisis, permanecerá, en una parte significativa, en bancos y fideicomisos financieros. De manera que el pretendido crecimiento económico de este año, al menos en lo que depende de esta medida, deberá seguir esperando.
(*) Sebastián Negri estudió sus primeros años en la escuela Normal Mariano Moreno y el secundario en el Colegio Superior del Uruguay. Se recibió de abogado en la Universidad Nacional de La Plata y actualmente es docente de la misma en la cátedra de Economía Política de la carrera de Abogacía. Además trabaja en la Gerencia de Prevención del Lavado de Dinero de la Comisión Nacional de Valores.
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