Alberto Larroque nació en Bayona, Aquitania, departamento de los Pirineos Atlánticos, Francia, en 1819 y falleció en Buenos Aires, el 8 de julio de 1881.
El rectorado de Alberto Larroque (1), entre 1854-1864, en el histórico Colegio del Uruguay (1849), por su trascendencia ha sido denominado por un significativo grupo de historiadores: “la década de oro” o “la edad de oro”.
El Dr. José Benjamín Zubiaur (1856-1921), otro de los prestigiosos rectores (período 1892-1899), en la Historia del Colegio del Uruguay, expresó:
“La misión del Colegio fue, pues, formar una falange intelectual impregnada de liberalismo y destinada a dirigir los destinos del país: así lo quiso su fundador, así lo realizó su organizador y director más ilustre. Los hechos han corroborado esta pretensión. (…) Por lo demás, creador y ejecutor, Urquiza y Larroque, se completaban y apreciaban mutuamente: ‘Conozco, decíale Larroque al General Urquiza, las aspiraciones del ilustre fundador del Colegio del Uruguay y me he propuesto cumplirlas aún cuando sea imponiéndome sacrificios más allá de mis deberes’; a lo que contestaba éste: ‘Felicito a V., cuyos nobles y empeñosos esfuerzos en cumplimiento de la elevada misión que le ha sido confiada, están a la altura de las esperanzas que se concibieron en sus reconocidos méritos y aptitudes. Si la fundación y protección de este establecimiento es un honor que me enorgullece, toca a usted una gran parte de la gloria que el país recogerá de sus trabajos” (2).
El 18.05.1854 el Decreto firmado por el Vicepresidente de la Confederación Argentina y del Ministro Interino de Justicia, Salvador María del Carril (1798-1883) y Santiago Derqui (1809-1867), daba cese al Presbítero Manuel María Erausquín (1804-1884) y designaba como Rector al Dr. Alberto Larroque.
Las medidas que posibilitaron tanto prestigio fueron la organización y reglamentación del funcionamiento del citado Establecimiento. Horarios de clases, estudio y recreación, uniforme, plan de estudios (Carrera Literaria y Carrera de Ciencias Exactas de seis años, Carrera Mercantil y Curso de Jurisprudencia de cuatro años y un Aula Militar para la formación de oficiales del Ejército), la organización de una orquesta, la realización de certámenes literarios y el dictado de conferencias públicas. Una nueva metodología y el espíritu liberal democrático que imprime el Rector y fortalece el cuerpo de profesores predominantemente francés que se incorpora, además de su jerarquía intelectual, como Alfredo Du Pasquier, Luis de la Vergne y Alejo Peyret.
Expresa el Doctor Antonio Sagarna (1874-1949):
“El rector por antonomasia, el doctor Larroque, aquel republicano que repudiaba títulos aristocráticos porque ‘la única nobleza que admiraba era la nobleza del corazón’, era, no sólo uno de los espíritus más nutridos llegados al país, sino que era una abnegación activa y ejemplar que dirigía la mayor parte de las aulas, sin descuidar los menores detalles de la dirección y aún atendía celosa y cariñosamente los aspectos de la edificación social de los alumnos, pues se preocupaba de su admisión a las fiestas y bailes del club como premio y un estímulo de los buenos. Aquellas tareas eran como para aniquilar la más vigorosa naturaleza o para desalentar a un alma menos apostólicas.
‘Hay noches, Excmo. Señor, en que no dedico al sueño más de dos o tres horas para llenar cumplidamente mis deberes’ –dice al General Urquiza en carta del 14.04.1855. Pero esa consagración, ese sacrificio abnegado se eternizan ¡oh, Maestro de Maestros! En la edificación y gratitud de un pueblo, como llamean eternamente en nuestro cielo y hermanados con nuestra enseña, los colores de redención de tu patria, que enseñó los derroteros por donde se va a la conquista de ‘Los Derechos del Hombre”(3).
José María Nadal en su reseña histórica expresa:
“Con la Dirección del Dr. Larroque empezó una nueva época para el Colegio.
Del concepto que sobre educación de la juventud, poseía el Dr. Larroque dice bien claro el siguiente párrafo de la carta que con fecha 27.08.1849, escribiera contestando al ofrecimiento que se le hiciera para la Dirección del Colegio Entrerriano.
‘Constituidos como estamos por naturaleza a recibir las impresiones de los objetos y a formar con arreglo a ellas nuestros juicios, en ninguna otra edad es más sensible la necesidad de que éstas sean rectas y bien ordenadas, que en la de los primeros años. El menor defecto en este punto tiene consecuencias muy peligrosas y de larga duración. En materia de educación no hay descuido que se pueda llamar pequeño, todo descuido es grave en sus resultados. El germen de la doctrina que el hombre recibe en su infancia, se va desarrollando sucesivamente en todas las acciones de la vida, y es la causa principal de la conducta que observa. Y además de la juventud salen necesariamente los individuos que han de ocupar los diversos destinos sobre los que gira la máquina del Estado. Religión, pues, instrucción sólida, buenas costumbres, pundonor y urbanidad: he aquí los diversos elementos que deben constituir todo plan de enseñanza y los que ejerciendo su saludable influjo en los tiernos corazones producirán en lo sucesivo benéficos resultados para la sociedad”(4).
Alberto Larroque, hijo del barón Marcelino Larroque, apoderado de la corona francesa, oriundo del pueblo de Larroque en el Langedoc y Dominga Lassaga, nació en Bayona, Aquitania, departamento de los Pirineos Atlánticos, Francia, en 1819 y falleció en Buenos Aires, el 08.07.1881; a su sepelio asistió el Presidente de la Nación Julio Argentino Roca (1843-1914) y lo despidieron: Emilio Daireaux (1843-1919), Carlos Guido y Spano (1827-1918), Onésimo Leguizamón (1839-1886), Miguel Navarro Viola (1830-1890), Alejo Peyret (1826-1902) y Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888). En 1883 el Municipio de Buenos Aires le cedió un terreno en el Cementerio de la Recoleta.
Contrajo matrimonio con Carmen Albarellos Pueyrredón y fueron padres de Alberto Marcelino Larroque Albarellos (1848-1940) y en segundas nupcias, el 01.01.1855, en la Parroquia de Concepción del Uruguay, contrae matrimonio con Helena S. de Prats, siendo padres de: Eduardo Larroque Prats y María Larroque Prats.
Ingresa al Seminario de Larresore y luego al de Bayona, pero después de cinco años, abandona los estudios eclesiásticos e ingresa a la Universidad de Burdeos y posteriormente a la Facultad de Ciencias de la Universidad de París donde obtiene su título de doctor en Jurisprudencia; el que revalidará en 1849 en la Universidad de Buenos Aires. El 23.12.1854, siendo Rector del Colegio del Uruguay, obtiene el título de Abogado de la Confederación Argentina.
Hacia el año 1841 emigra a Montevideo y al poco tiempo a Buenos Aires.
En 1844 participó junto al religioso español Francisco Magesté (1807-1864) de la organización del Colegio Republicano Federal, antes el Colegio San Carlos y ahora el Colegio Nacional Buenos Aires. Fundó y dirigió hacia 1851 el Colegio del Plata.
En 1845 se dan a conocer en Buenos Aires las obras de su autoría: “Juan de Borgoña o un traidor a la patria” (drama en cuatro actos, que reestrena en Concepción del Uruguay), “Un marido de quince años o el Artículo 6” (sainete) y la “Oda al 9 de Julio”.
Emigró después de la caída de Juan Manuel de Rosas (1793-1877), nuevamente a Montevideo y allí dictó Cursos Universitarios en la Facultad de Derecho, dirigió un Centro de Estudios Demostrativo y fundó un Boletín en francés “Le Moniteur”.
En 1852 se traslada a Concepción del Uruguay y el 18.05.1854 como expresamos se hace cargo del Colegio del Uruguay, acompañándolo como vicerrector el inglés Jorge E. Clark (1798-1867) y luego Domingo Ereño (1811-1871); junto a éste se transforma en otro reconocido adversario de la Logia Masónica N° 44 “Jorge Washington”.
En el Colegio del Uruguay, además del cargo de rector, dicta varias cátedras, entre otras, de Derecho, Filosofía, Literatura, Teología y Religión.
En 1864 por la decadencia que envuelve al Colegio después de la Batalla de Pavón y ciertos conflictos con su creador, presenta la renuncia y se traslada a Buenos Aires donde reabre su estudio de abogado.
Después del asesinato de Urquiza apoyó al Jordanismo. Formó parte de la Comisión Popular de ayuda a los damnificados por la fiebre amarilla y participó del Centro Literario fundado por Lucio V. Mansilla (1831-1913) .
En 1881 fue designado miembro del Consejo Nacional de Educación.
Después de su muerte y a través del tiempo, y para honrar su memoria, calles, instituciones, la biblioteca del Colegio del Uruguay y una localidad de Entre Ríos, llevan su nombre.
Citas:
– SALVAREZZA, Luis Alberto; este trabajo integra la obra “Apuntes para un Diccionario de Autores Entrerrianos”, (profesores, escritores, periodistas, historiadores y artistas plásticos – Siglo XIX-XX), Edición del Autor, Concepción del Uruguay, Entre Ríos, 2001, ampliándose.
2 – ZUBIAUR, José Benjamín; “El Dr. Alberto Larroque”, Periódico Quincenal “La Educación”, Año VIII, N°s. 171 y 172, Buenos Aires, 01.11 -15.11.1898, p. 691.
3 – SAGARNA, Antonio; “Discurso”, Libro del 75 Aniversario 1849-1925, Establecimiento Gráfico Argentino S.A., Buenos Aires, 1925, pp. 30 y 31.
4 – NADAL, José María; “Colegio del Uruguay ‘Justo José de Urquiza’ – Reseña Histórica desde su fundación en 1849”, Concepción del Uruguay, Entre Ríos, 1949, pp. 15-16.
BIBLIOGRAFÍA:
. MACCHI, Manuel E.; “En la Época de Larroque”, Revista del Colegio del Uruguay “Justo José de Urquiza” – “El Mirador”, Año I, N° 1, Talleres de Artes Gráficas Offset Yusty, Concepción del Uruguay, Entre Ríos, 1979, pp. 59-67.
. ZUBIAUR, José Benjamín; “El Dr. Alberto Larroque”, Periódico Quincenal “La Educación”, Año VIII, N°s. 171 y 172, Buenos Aires, 01.11 -15.11.1898, p. 691.
Fuente: Genoma
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 21/5/2020