por Pablo Stein –
Los escribas al servicio de los poderes económicos maquillan, ocultan y tergiversan los hechos históricos y sobre la figura de Simón Luengo se han limitado a mencionar que fue el jefe de la partida que el 11 de abril de 1870 dio muerte a Justo José de Urquiza, pero nunca contaron la historia que había detrás del hombre.
Intentaremos una aproximación a la misma.
Nacido en 1825 en Córdoba, Luengo tenía el grado de coronel en su provincia. El cronista Rodolfo Barranco Mármol nos dice de sus inicios como agricultor y que además cosechaba manzanas en su quinta ubicada en las afueras de la capital de su provincia.
También fue redactor en las hojas del periódico: “La voz del pueblo” que representaba los ideales federales.
Experto en revoluciones
Corría el año 1860 y Mariano Fragueiro gobernaba Córdoba. Afiliado al partido unitario se las había arreglado para mantener cordiales relaciones con Juan Manuel de Rosas primero y con Urquiza después. Si bien en la revuelta que se llevó a cabo para destituir su gobierno, en un principio Luengo no tenía un papel protagónico estuvo entre quienes secuestraron al gobernador y si bien el movimiento fue derrotado, Fragueiro termino perdiendo la gobernación.
Fragueiro tiene en la actualidad un monumento ubicado en la Plaza Rivadavia de Alta Córdoba, pero ninguna calle recuerda a Simón Luengo.
Nuevo intento revolucionario
En 1863 otro liberal es gobernador. Se trata de Justiniano Posse quien es obligado a renunciar, aunque desde Buenos Aires se va en su auxilio y se lo repone en el cargo. La suerte de Posse sin embargo estaba echada y sin que Luengo tenga nada que ver en el asunto, finalmente lo matan en 1865.
En esos años Luengo pasa a ser uno de los lugartenientes del Chacho Peñaloza y junto con él y ante la intervención porteña se refugia en la Rioja
Nuevo enemigo
1866 y otro liberal está al frente de la provincia. Luengo no conoce otro camino que el de la lucha armada y destituye a Ferreyra. Asume entonces Mateo Luque que es quien lo asciende a Coronel de Guardia Nacionales de Córdoba.
Contra Mitre
En 1867 el poder de la nación está en manos de Bartolomé Mitre, En Mendoza se sublevan y allí va Simón Luengo dispuesto a defender el federalismo, aunque una vez más triunfa el centralismo unitario. El mismo Luque que quiere conservar su puesto de gobernador de Córdoba y que antes lo había premiado, es quien lo detiene y lo encarcela.
Un extraño indulto
En 1869 el presidente es Domingo Faustino Sarmiento que odia y teme a Urquiza.
Sarmiento es sabedor que Luengo es un federal incorruptible y que, si actuó contra los gobiernos liberales, lo haría con más fiereza contra un federal que cambia de bando o al menos acuerda con sus enemigos. No deja de extrañar entonces que indulte a Simón Luengo que de inmediato va a volver a su actividad política y en abril de 1870 se encuentra en Entre Ríos.
En “Jinetes de nombre muerto” Guillermo Wiede nos narra lo sucedido después.
“Cuentan que el once de abril
Cuando estaba anocheciendo
hasta San José llegaron
Los hombres de Simón Luengo.
Principiaba la semana
En que a Cristo lo habían muerto.
Ellos no andaban de santos:
La única cruz que trajeron
Asomando en la cintura
Terminaba en punta e´ fierro.
Cuando en 1872 Luengo reaparece en Córdoba, Juan Antonio Álvarez que ejercía la gobernación teme inicie una nueva revolución y da órdenes para atraparlo. Lo ubican en una estancia y lo asesinan de un golpe dado con una espada que parte su cráneo y más allá que un tal Moreno que es el que redacta el parte al gobernador, afirma que fue en combate todos sabemos la distancia que siempre existe entre la realidad de los hechos y la versión oficial de los mismos.
Bibliografía consultada:
Blog de historia argentina e hispano-americana de julio 2012
Diario Alfil; Córdoba; 20/03/2017
Guillermo A. Wiede; “Jinetes de nombre muerto” Emece editores 1988