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Se quieren ir al Uruguay… En el “paisito” se comienza a vivir lo que ya vivió la Argentina

Por Alfredo Guillermo Bevacqua    –   

El diario El País, de Montevideo publicó una carta de un ciudadano argentino, llamado Javier Pilone, dirigida al presidente de la República Oriental del Uruguay, Luis Lacalle Pou, en la que pregunta si el gobierno uruguayo “tiene previsto algún plan de contingencia para recibir una masiva inmigración productiva”.

La nota, que considera “letras agónicas”, es de una impecable redacción, plena de autoelogios,  dice representar a “un grupo de familias argentinas de clase media, que tenemos como “conocimiento de vida” la responsabilidad del trabajo, y la afinidad por el cumplimiento y respeto de las normas. Por cuestiones comunes a este grupo, deseamos continuar con ese estilo de vida social, en una tierra libre, que garantice estos preceptos de libertad, y que permita recibir nuestro aporte humano, para colaborar en el crecimiento de la comunidad.”

Consultamos  la opinión que le  merecía a una ciudadana uruguaya, residente en la ciudad de Paysandú y con quien hemos tenido oportunidad de comentar e intercambiar información sobre lo que ocurre en nuestros países. Nuestra entrevistada es tan de clase media, como dice ser el firmante de la carta dirigida  al titular del Ejecutivo oriental: ella, docente jubilada, es esposa de un productor agropecuario.

“En este momento en Uruguay, está pasando, lo que pasó  con el gobierno de Mauricio Macri, en la Argentina. Es exactamente lo mismo, es una copia lo que está haciendo Lacalle Pou. Lo primero  que hizo fue dejar de lado la Ley de Medios que se había sancionado en el gobierno de Mujica, que había puesto coto al conglomerado de medios –televisión y radios-, que encabezan los  canales 4, 10 y 12; ahora, pueden seguir  sumando señales y radios, expandiéndose  y han encriptado al Presidente, devolviéndoles el favor.  No hay críticas.

La pandemia la sobrellevamos bien por que Uruguay es un país de muy baja densidad de población y esto ha ayudado; por otra parte durante el  gobierno del Frente Amplio se habían repatriado a muchos científicos y se hace lo que dicen ellos, aunque quienes salen a explicar lo que hay que hacer son los allegados al presidente. (Recordemos que en la Argentina durante los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner fueron repatriados más de mil científicos, y que a los pocos meses de comenzar su gobierno el ingeniero Macri eliminó becas en el Conicet).

(Expresamos que muy difícilmente en la Argentina difícilmente se hubiese aprobado una ley como la que presentó y aprobó el Congreso oriental)

En cuanto a la ley constitucional, que llamamos LUC (Ley de urgente consideración), no había vueltas. Muy pocos presidentes han hecho  uso de esa capacidad.  Los constitucionalistas, es cierto, no pusieron un límite al número de artículos que debe tener, porque estimaron que no podían haber más de 4 o 5 temas que fueran de urgente tratamiento. Cuando asumió por primera vez Tabaré Vázquez también hizo uso de esta opción de enviar lo que denominamos “ley constitucional”; la de Tabaré fue de un solo artículo, por el que creaba el Ministerio de Desarrollo Social, que no había en Uruguay, y un Plan Nacional de Emergencia. Pero ahora Lacalle Pou envió una ley de 502 artículos, que tiene un plazo límite de tratamiento, 40 días en una cámara y otros 40 días en la otra, si no se cumplen los plazos queda promulgada automáticamente. Es decir de una forma u otra iba a ser aprobada, porque además tenían mayoría, ya que tienen el apoyo del Partido Militar. Entonces, salía si o sí.  Pone limitaciones al derecho de huelga, que solo puede ser declarada después de una votación entre todos los afiliados al Sindicato y luego  que se haya agotado el  período de conciliación; también se elimina el funcionamiento del Consejo Tripartito del Salario, que era quien establecía las escalas salariales; y se extreman medidas de seguridad, con una ampliación del concepto de legítima defensa y la utilización de armas, extendiendo las áreas en zonas urbanas (balcón, terraza, azotea) y rurales; se establecen  mayores penas a los menores de edad;  se deja de lado la obligatoriedad para los empleadores de abonar los sueldos por vía electrónica, pudiendo hacerlo a partir de ahora en efectivo.

Pero el proyecto contemplaba también la libre importación de combustibles y la autorización para entregar a privados la infraestructura de Antel (teléfonos); pero ante el rechazo generalizado, aún de los propios, el oficialismo se vio obligado a retirar estos artículos; de 502, finalmente se aprobaron por mayoría 476, en 76 días.

Ya se anunció  la suspensión del plan Ibirapitá, que promovía la inclusión digital de los jubilados de las distintas cajas previsionales del Uruguay, que percibieran un salario inferior a $ 30.740 pesos uruguayos (al 7 de agosto de 2.020, $ 51.909.- pesos argentinos);  la decisión sobre  el Consejo Tripartito del Salario,  afecta también a  los jubilados ya que  los aumentos para para los trabajadores activos, se reflejaban en aumentos para los jubilados; se redujeron los presupuestos de educación y salud en un 15 %;  y ya se anunció que para enero el incremento salarial será del 2 %.

Todas estas medidas se tomaron en el tiempo de la pandemia, cuando la gran preocupación es este “bichito” que tiene mal a todo el mundo.

Las radios, los medios, nada dicen, está todo absolutamente cerrado en favor del presidente, y para adentro, dicen  que Lacalle recibió un país que estaba muy mal; sin embargo, hacia afuera, el gobierno envía cartas en idioma inglés , -cuyo texto  ha trascendido- , a los inversores invitándoles a radicarse en el Uruguay, diciéndoles de una situación económica excelente y de estabilidad (uno no puede menos que recordar las declaraciones de Federico Sturzeneger, del 18-7-2018, cuando dijo que la Argentina tenía en 2016 “un bajísimo nivel de deuda”, casi en idénticos términos se había pronunciado no bien asumió el cargo el ministro Duvjone).

Esta es la verdad, el Frente Amplio dejó el país en excelentes condiciones. Pudo afrontar esta pandemia sin que se resintiera el proceso educativo porque todos los alumnos habían sido beneficiarios del Plan Ceibal (en la Argentina al 10 de diciembre de 2015 el Plan Conectar Igualdad había entregado 5.315.000 netbook en 11.375 escuelas secundarias; entre 2016 y 2018 no fueron entregadas 800.000 y se desactivo el plan); porque además, la ministra Carolina Cosse hizo una maravilla con Antel, haciendo que en cada hogar uruguayo disponga de fibra óptica, también las escuelas rurales y por eso todos pudieron acceder a las plataformas digitales (aquí en la Argentina, algo similar acontece en la provincia de San Luis). Lo mismo ocurre  en el tema sanitario con el problema del virus, porque el Sistema  Integrado  consagra el derecho a la salud como un principio,   garantizando  la cobertura universal para todos los habitantes residentes en el país y brinda  acceso a todas las prestaciones que obligatoriamente deben brindar las instituciones de salud, públicas y privadas, en todo nuestro país. Por eso no hubo problemas con escuelas y  por la gran fortaleza  en sanidad.

Pero ahora todo es distinto; ni siquiera se lo compara a lo que pasó durante el gobierno de Lacalle padre, a quien también sufrimos; este es muy inteligente, muy astuto y está blindado por los medios. Además está apoyado por las cámaras de comercio, de exportación, y la industria, y por supuesto, la Sociedad Rural.

Además los medios han demonizado a los sindicatos y a los sindicalistas; no tienen visibilidad los reclamos. Los sindicatos se están movilizando, pero llaman a conferencia de prensa para dar a conocer sus posiciones o convocar a sus afiliados, y no concurre ningún medio periodístico, entonces estamos como en el tiempo de antes, nos enteramos por el “boca a boca”, por lo que cuentan los compañeros de Montevideo.

Pero hay cosas que no se pueden ocultar, ya hay un 15 % de desocupación y tenemos un índice inflacionario del 11 %, cuando el Frente terminó con un índice del 6 %, que para nosotros ya era alto.

Por último quiero contarles que cómo ha sido siempre, los medios tradicionales, hablan “pestes” del peronismo  y de Alberto Fernández.  En fin, son cinco años (el mandato presidencial en el Uruguay es 5 años), pero de un retroceso enorme. Nunca pensamos que volveríamos a vivir algo así.”

Todo esto es, textualmente, lo que nos ha contado una ciudadana uruguaya. Claro, el señor de la carta a Lacalle Pou, quiere ser viviendo como vivió los últimos cuatro años: los beneficios solo para unos pocos –para ellos, “la parte sana de la población”, los “repúblicos”-; ayer, Baby Etchecopar, lloró porque se fue a vivir al Uruguay, su colega  Oscar González Oro…  No podemos  decir lo que le dijo la madre a Boabdil, el rey chico, cuando perdió Granada…