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SanCor retorna al centro de la escena lechera

Desde hace muchos años, cada vez que SanCor llega a los titulares de los medios es porque se agrava su situación económica y financiera. Esa que desde 2006 a esta parte la llevó a cerrar malos acuerdos, alianzas obligadas o ventas forzadas de unidades de negocio, con recurrentes balances deficitarios que fueron inflando una deuda sideral que terminó por forzar un fragoso achicamiento, relegándola desde el puesto n°1 al 12° del ranking de captación de materia prima. Según el último reporte publicado en julio pasado por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocla) hoy SanCor promedia anualmente 570.000 litros diarios.

 

La información disponible da cuenta de un nuevo intento por reflotar a la que fuera la marca de lácteos mejor considerada por el consumidor nacional y emblema del cooperativismo agropecuario argentino, cuyo glorioso pasado le dio vida a decenas de pueblos y ciudades de Santa Fe y Córdoba. De allí las “pasiones” que esta empresa genera en la cuenca lechera central del país, con un sentimiento de pertenencia que no se compara con ninguna de las otras empresas lácteas.

Antes de desglosar los hechos, es importante aclarar que desde que comenzó la decadencia de la compañía y su dolorosa reestructuración (2016), la cooperativa decidió implementar una política de “no comunicación” puertas afuera, basada en el hermetismo informativo, con esporádicos partes de prensa y un exagerado bajo perfil de sus consejeros directivos, los cuales desde entonces nunca más hablaron con periodistas en entrevistas formales o conferencias de prensa. Vale decir que todo lo que se sabe de SanCor es por terceros involucrados con la cooperativa o algún miembro informante que filtra desde adentro datos sueltos que necesariamente deben ser entendidos en su debido contexto.

Los interesados

En los últimos días se confirmó la moción de un grupo de empresarios que aspiran a tomar el control de la firma, con la aparente anuencia del Gobierno nacional y eventualmente, del gremio Atilra, mediante la administración de un fideicomiso con recursos frescos que permita encarar una etapa de crecimiento y nuevos negocios en el rubro lácteo.

En el grupo empresario hay inversores nacionales y regionales, y una de las caras visibles es Marcelo Figueiras, dueño de Laboratorios Richmond, fabricante local de la vacuna Sputnik V.

Lo que al principio sólo fueron rumores de acercamiento entre las partes, se fue confirmando a lo largo de las últimas semanas. Primero con encuentros entre el Gobierno nacional y Atilra, luego entre el grupo empresario y el actores políticos que ofician de nexo en el asunto, al tiempo que sondearon el ánimo del gremio de los trabajadores lecheros, para finalmente, propiciar un acercamiento entre la cooperativa y los interesados, ya con cartas concretas sobre la mesa.

De todos estos mítines, quizás el más importante se dio el miércoles pasado en Buenos Aires, donde los aspirantes se reunieron con directores de SanCor y el gremio para rubricar una carta de intención que blinde la pre-negociación con absoluta confidencialidad y exclusividad por un determinado lapso de tiempo.

Una fuente reservada de SanCor le reconoció a este medio el encuentro y la firma del primer documento, aduciendo que “la carta de intención es un documento que se firma para comenzar un proceso de análisis que permita establecer la factibilidad y conveniencia de las propuestas de negocio que se presentan, pero sólo implica el análisis y de ninguna manera el cierre de una negociación”.

La propuesta

Si bien se desconoce la letra chica de la propuesta, se puede inferir en base a consultas y conocimiento previos, que de arranque SanCor necesita capital de trabajo y más leche en sus cañerías. Cuánto de cada cosa, es un misterio. Porque mientras desde la propia cooperativa dicen que con 30 millones de dólares sería suficiente para encausar a la empresa, desde el grupo empresario piensan en no menos de US$ 100 millones, que se lograrían mediante créditos de la banca pública, inversionistas privados y la cesión de bienes para conformar un fideicomiso con administración externa.

En este sentido, el «plan de salvataje» incluye un ordenamiento financiero primero y proyectos de agregado de valor en el mediano plazo.

Una fuente confiable con acceso al Consejo Directivo que preside José Pablo Gastaldi, afirmó que hoy “SanCor está en equilibrio operativo, no gana ni pierde con lo que genera, pero es indiscutible que esta situación no es sostenible, porque el tamaño de la estructura (plantas ociosas y poco actualizadas, cantidad de personal, etc.) y las obligaciones que tiene, son un lastre que no le permite sacar la cabeza de abajo del agua”.

Con todos estos rumores en danza, la compañía debió salir a reconocer algunas cosas y a exponer su versión sobre otras: “Hace aproximadamente 18 meses, SanCor elaboró una versión actualizada de su plan de reestructuración, que le permitiría crecer y brindar certidumbre y seguridad a su futuro, en el que se prevé alcanzar un volumen diario promedio de producción de 1,2 millones de litros, con proyección a 1,5 millones”. Con ese nivel productivo, admiten que “SanCor se asegura el normal funcionamiento futuro y el pago de todas sus obligaciones”.

Sin embargo, “para lograr ese mayor volumen de operatoria, es imprescindible acceder al financiamiento del capital de trabajo destinado a la mayor adquisición de materia prima e insumos de producción”.

También le pidieron al gobierno provincial y nacional que constituyan “un Fondo de Garantías destinado exclusivamente a respaldar la compra de materia prima e insumos”, para que la cooperativa salga a captar más volumen rápidamente. “Esto fue presentado a las autoridades sindicales y de los gobiernos nacional y de las provincias de Santa Fe y Córdoba”, pero sin demasiado asidero, aseguró la cooperativa.

En este punto, desde SanCor informaron que están trabajando con la Cancillería para poder destrabar un pago de 18 millones de dólares desde Venezuela, deuda que el país caribeño contrajo por la compra de leche en polvo hace casi 10 años y que nunca fue saldada. “Con ese dinero y otros 10 o 12 millones SanCor vuelve fortalecida al mercado de la leche”, aducen desde la cooperativa.

El gremio, un actor clave

Atilra juega su rol en toda esta historia. El secretario general Hector “Etín” Ponce es quien está al frente de la cuestión personalmente, reuniéndose con las partes y dejando en claro que no permitirán que SanCor se desprenda de un solo trabajador más en esta nueva etapa.

De hecho, en la carta de intención que se cita, el gremio también pidió que se asegure la continuidad de la planta permanente de la empresa, que hoy asciende a 1.700 empleados. Sólo así el gremio acompañará estas negociaciones.

Cabe señalar que Atilra concretó un paro nacional de 12 horas en octubre para exigir al Gobierno nacional un rescate de SanCor y asegurar la continuidad de las fuentes laborales: “el impacto regional que significa SanCor es altamente significativo, por tratarse de una empresa emblemática de la lechería”; en este sentido, “corresponde a este gobierno popular la responsabilidad histórica de salvar a SanCor”, comunicó en esos días el sindicato de Ponce, dejando en claro que se involucrará en todo lo concerniente a las negociaciones en danza.

Esta organización le viene reclamando a la compañía por la recomposición de aportes y la regularización en el pago de los salarios de sus afiliados, producto de los últimos años de crisis económica y achicamiento de la estructura laboral de la industria.

Un largo camino por recorrer

Como se sabe, en una cooperativa con la estructura de SanCor, cada paso que se vaya dando deberá ser consultado y aprobado en asamblea de socios, lo cual de antemano plantea una laxitud administrativa y procedimental que no verá resultados antes de los 45 días, como mínimo.

Por lo pronto, esta semana las partes involucradas en esta nueva instancia se reunirán con el Ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien en su momento había delegado “el tema SanCor” en el presidente del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), Mario Cafiero, fallecido en septiembre de 2020. Un episodio que desde SanCor siempre lamentan porque “fue un funcionario que entendía el problema y estaba encaminando una solución sustentable para la cooperativa junto con la provincia de Santa Fe, pero su trabajo no fue continuado”, dijo una fuente cercana al Consejo.

Ayer y hoy

Según afirman cooperativistas de la región allegados a las finanzas de SanCor, gran parte de la deuda en dólares fue refinanciada en los últimos años, otra fue resuelta con Acuerdos Preventivos Extrajudiciales (APE) y otro tanto está allí, en un limbo fiscal con organismos públicos que seguramente el Gobierno condone en algún momento.

Lo cierto es que de la que fuera la empresa láctea n° 1 del país queda poco, casi nada.

De aquella cooperativa de cooperativas que supo tener casi 900 productores tamberos socios, hoy quedan 250. De ser la principal exportadora de lácteos de Argentina con una marca de las más reconocidas de América en el mundo, logística propia y centros de distribución en varios países del Mercosur, hoy apenas representa el 1% del comercio exterior de lácteos nacionales. De la que fue la más moderna estructura industrial con capacidad instalada para 7 millones de litros diarios, hoy queda una modesta estructura que con toda la furia podría operar 1,3 millones de litros.

Como ejemplo, basta mencionar que su planta de leche en polvo en Sunchales, que explotó en 2016 por fallas en una de sus calderas principales, aún sigue desactivada y esperando recursos para volver a ponerla en marcha. De las 15 unidades productivas se desprendió de nueve en los últimos cinco años, con sus respectivas plantas industriales, marcas y plantilla de empleados. Sólo le quedan seis: Súnchales, Gálvez y San Guillermo (Santa Fe), Devoto, La Carlota y Balnearia (Córdoba), con empleados que cobran por semana y poseen atrasos en los convenios paritarios de los últimos años.

Del tremendo achicamiento que sufrió la empresa, pasando de casi 4 millones de litros diarios hace una década, con más de 5.000 trabajadores, hoy en el pico de producción de primavera recibe apenas 600.000 litros con 1.700 empleados sub ocupados. Lógicamente, SanCor necesita un plan.

Fuente: agroclave.com.ar

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