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¿Qué es la memoria muscular y cómo entrenarla?

¿Has escuchado que los músculos tienen memoria? En este artículo explicaremos qué significa y cómo potenciar esta cualidad mediante la práctica.

Si tienes un mínimo de experiencia en el ámbito del entrenamiento deportivo, de seguro has escuchado el término memoria muscular. Pese a su empleo masivo, la definición de qué es con exactitud difiere mucho de lo que se entiende por ella en contextos informales. Con el ánimo de aclarar el panorama, abordamos su concepto y cómo entrenarla.

Con bastante frecuencia, esta se usa como sinónimo de memoria motora. También conocida como aprendizaje motor, esta última es un paso previo para la primera.

Nuestro objetivo en las líneas siguientes es simplificar las cuestiones para que puedas entender las diferencias, al término que aprendes cómo potenciar ambas con simples actividades.

En qué consiste la memoria muscular

Para precisar las fronteras, debemos comprender primero en qué consiste la memoria motora. Tal y como indica el Diccionario de la American Psychological Association, esta memoria es el proceso de adquirir y perfeccionar habilidades motoras a través de acciones o secuencias de movimientos.

El aprendizaje motor, como también se denomina, da lugar con el tiempo a la memoria muscular. En contextos informales, se entiende por esta a las habilidades motoras adquiridas realizadas sin esfuerzo consciente. Sin embargo, en fisiología tiene un matiz muy distinto.

Cuando un científico habla de memoria muscular se refiere al fenómeno a través del cual los músculos que han sido previamente entrenados adquieren fuerza y volumen luego de un tiempo de desuso. El proceso es mucho más rápido que en aquellos músculos que no han atravesado por un periodo de entrenamiento previo.

Pese a ello, y de manera popular, la memoria muscular se entiende como un perfeccionamiento de la motora a través de la repetición. Esto es, la consolidación del aprendizaje para que se ejecute con poco o ningún esfuerzo. Un ejemplo de ello es andar en bicicleta, conducir un vehículo motorizado, escribir sobre un teclado y tocar instrumentos musicales.

En este sentido, un estudio divulgado en Electronic Journal of Music in Education señala que esta memoria es una de las más importantes durante el proceso de aprendizaje al tocar un instrumento. Permite a los músicos funcionar de una manera más eficiente, pues los movimientos automatizados no requieren procesamiento consciente y, por tanto, no consumen recursos mentales.

Cómo se puede entrenar la memoria muscular

Ya hemos definido qué son las memorias muscular y motora, tanto en contextos informales como en contextos científicos. Para los apartados siguientes, empleamos la definición de memoria muscular que se tiene en la cultura popular. Es decir, el perfeccionamiento de habilidades musculares y motoras gracias a la repetición.

1. La práctica y la constancia son tus mejores aliados

De la misma manera que el recuerdo cognitivo hay que activarlo de forma repetida para obtener el máximo potencial, en el caso de las unidades motoras (la unión de una neurona con fibras musculares) pasa lo mismo. La estimulación y la práctica son los dos grandes pilares que la desarrollan.

En otras palabras, para que el cuerpo recuerde los movimientos, la mejor opción es practicar y no ser impaciente. Los buenos resultados llegan cuando el proceso es lento, pero seguro. El cuerpo necesita su propio tiempo para asimilar los cambios y que estos permanezcan tanto en el corto plazo como en el futuro más lejano. Solo de este modo los avances conseguidos serán duraderos.

2. Programa tus entrenamientos teniendo en cuenta la especificidad

Un error muy habitual entre los deportistas en el gimnasio es querer abarcar todos los ejercicios. Suelen entrenar de una manera general haciendo siempre las mismas rutinas. No obstante, esta estrategia no es la más indicada. Si lo que queremos es que la huella en el cerebro sea más sólida, habrá que intentar replicar en el gym los gestos que se hacen en el deporte.

Esto es lo que se conoce como la preparación física especial (PFE) y, según un artículo de la Universidad Central del Ecuador, este tipo de entrenamiento aumenta los sistemas energéticos y potencia la memoria muscular.

Piensa en qué es lo que sueles hacer en tu disciplina en concreto, qué secuencias motrices repites más. Una vez las identifiques, llévalas al gym y aprovecha el equipamiento para hacer esa misma secuencia. Aquí no hay barreras, la creatividad manda.

3. Respeta los tiempos de descanso

Hablamos de la importancia de ser tenaz a la hora de practicar una habilidad. Pero tenemos que hacer mención del valor del descanso y cómo influye sobre el aprendizaje motor. En este caso, no nos estamos refiriendo al sueño, más bien a tomarse pequeños periodos de respiro en las sesiones.

El descanso es obligatorio no solo para recuperarse físicamente, sino porque estimula las capacidades cognitivas. Esto favorece que lo ensayado se adhiera al cerebro más rápido y que sea más duradero. Lo anterior cobra aún más importancia en el caso de los jóvenes, quienes necesitan más tiempo de descanso que los adultos.

Mejora tu técnica gracias a la memoria muscular

El aprendizaje es un concepto multidimensional. En la escuela se tiende a favorecer aquellas habilidades que tienen que ver más con el intelecto y el razonamiento, pero las mismas distan de ser las únicas que se pueden entrenar. Si solo nos fijamos en estas, nos quedamos con una visión incompleta; aparte de que habrá una región de nuestro cuerpo que no podremos potenciar.

Dejando de lado lo intelectual, las aptitudes físicas también tienen mucho margen para la mejora. Los músculos, como el cerebro, cuanto más se estimulan, más resultados positivos generan, aunque ya sabes que hay que dejar un espacio para el descanso. Si entrenas la memoria muscular con estos consejos, descubrirás una capacidad asombrosa.

Fuente: La Mente es Maravillosa

Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 11/11/2023

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