A pocos días de ser anunciado el “plan nuclear” por parte del gobierno, ahora el presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica afirmó que el reactor CAREM “no es comercialmente viable”.
El reciente anuncio del gobierno sobre el Plan Nuclear Argentino generó numerosas expectativas y controversias no solo por su contenido, sino también por lo que deja fuera: el proyecto CAREM, una central nuclear de potencia íntegramente diseñada y construida en Argentina con reconocimiento internacional y un importante grado de avance. La exclusión de este desarrollo estratégico ha despertado no pocas sospechas sobre las verdaderas prioridades e intenciones detrás de la política nuclear del gobierno libertario.
“Comercialmente inviable” o una decisión política
Según Guillermo Lavalle, presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el CAREM no avanza porque es “comercialmente inviable”. Lavalle aseguró que el prototipo de 32 MW de potencia no se ajusta a los estándares globales de competitividad económica ni a los objetivos comerciales fijados por el gobierno. Sin embargo, esta justificación fue duramente cuestionada por especialistas, quienes señalaron que el proyecto ya alcanzó un 63,8% de avance y que su diseño (escalable en cuanto a potencia de generación eléctrica) está alineado con los reactores más utilizados en el mundo.
El periodista Daniel Arias, del portal especializado AgendAR, calificó la decisión como un grave error estratégico. Según Arias “Milei apuesta a una ingeniería equivocada, la estadounidense, para un objetivo equivocado, la minería de criptomonedas. Es un proyecto inviable, dice, porque un Data Center para “fabricar” criptomonedas puede consumir toda la potencia nuclear instalada en Argentina desde 1974 a 2014, unos 1700 MW repartidos en las tres centrales que controla NASA. El objetivo del gobierno, tal como lo autorizó la ley Bases, es privatizar parcialmente la empresa NASA”.
Arias advierte que los Data Center que quiere traer Musk para avanzar en la carrera de la Inteligencia Artificial van a acaparar la electricidad que debería usarse en producir agua potable o trabajo industrial electrointensivo. En cambio, afirma, “si el CAREM 32 MW logra financiamiento, rápidamente accederá a compradores y socios. La prueba está en la experiencia que la CNEA e INVAP hicieron a partir de 1986 con el RA-6 de Bariloche, el antecedente que convirtió a INVAP en el mayor proveedor mundial de reactores multipropósito”.
Intereses extranjeros y presiones geopolíticas
El rechazo al CAREM no puede desvincularse del contexto geopolítico, los acuerdos firmados con la Corporación Nacional Nuclear de China (CNNC) en 2015 durante el gobierno de Cristina Kirchner para la construcción de nuevas centrales nucleares siguen envueltos en una nebulosa de incertidumbre. Los mismos contemplaban la cooperación y financiación para construir en el país dos centrales atomicas : una del tipo CANDU de 800 MW (denominada proyecto nacional) ya que se trataba de tecnología conocida por argentina y otra central de diseño chino tipo HMR Hualong de 1.000 MW, que incluiría la transferencia de tecnología a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) para que los combustibles nucleares pudieran fabricarse en Argentina.
Estos proyectos fueron paralizados durante el gobierno de Mauricio Macri quien además había intentado involucrar sin éxito a capitales privados en el proyecto CAREM. Ya durante 2022, una misión diplomática estadounidense comandada por Ann Ganzer (jefa diplomática del Departamento de Estado) presionó a las autoridades nucleares del gobierno de Alberto Fernández para que Argentina cesara su cooperación nuclear con China. Según trascendió, esta presión incluyó visitas a instalaciones clave, como el complejo donde se construye el CAREM en Lima, Buenos Aires, donde también se encuentran las centrales nucleares Atucha I y II. Además, empresas argentinas estratégicas, como IMPSA cuyo rol es fundamental dentro del plan nuclear argentino, ya pasaron curiosamente a manos de capitales de origen estadounidense, lo que alimenta las sospechas de que la exclusión del CAREM podría responder a intereses foráneos que buscan limitar la independencia nuclear de Argentina.
En este sentido, José Luis Antúnez, expresidente de Nucleoeléctrica Argentina (NASA), comento en una charla en la Universidad de Buenos Aires que: “el rol de los Estados Unidos es de obstaculizar el plan nuclear argentino, no simpatiza en lo más mínimo con el plan nuclear argentino, no tienen el menor interés en que argentina complete sus capacidades nucleares y si encontraran la forma de hacerlo desparecer… bueno en 2028 estuvieron cerca, hemos recibido amenazas directas del departamento de estado”.
Si bien se espera que en la visita oficial de Milei a China prevista en el transcurso de este año se aborden estos temas, lo cierto es que el alineamiento geopolítico del gobierno Argentino para con los Estados Unidos hace extremadamente improbable cualquier participación de China en estos proyectos.
Un plan con falta de transparencia0
El Plan Nuclear Argentino, liderado por Demian Reidel, ha sido criticado no solo por la exclusión del CAREM, sino también por su falta de transparencia. Reidel, conocido más por sus vínculos con el sector financiero que por su experiencia nuclear, rechazó asistir al Congreso para explicar los detalles del proyecto. Este acto fue interpretado como una muestra de desprecio hacia las instituciones democráticas, en un contexto donde las decisiones sobre ciencia y tecnología parecen ser tomadas sin un sustento técnico claro.
¿Qué se pierde con el CAREM?
El CAREM representa más que un prototipo o demostrador tecnológico que como tal tiene posibilidades de perfectibilidad: es un símbolo de la capacidad tecnológica argentina, con potencial para posicionar al país como líder en el mercado de reactores modulares pequeños de la misma forma en que se logro en el campo de los reactores de investigación. Este proyecto es la culminación de décadas de experiencia acumulada por la CNEA e INVAP, entidades que han demostrado su competitividad global con desarrollos como el RA-6 de Bariloche y otros reactores multipropósito y tecnologías asociadas exportadas a países de todo el mundo como Australia, Holanda, Perú, Egipto, Argelia y Brasil.
La decisión de abandonar el CAREM no solo pone en riesgo este legado, sino que también podría significar una pérdida de soberanía tecnológica en un área estratégica.
Un debate necesario
La exclusión del CAREM del Plan Nuclear Argentino exige una discusión pública seria. ¿Es realmente inviable, como asegura el gobierno, o responde a intereses geopolíticos y económicos ajenos al bienestar y progreso del país? La falta de respuestas claras y la negativa a dialogar con el Congreso solo profundizan las sospechas sobre el verdadero objetivo de este plan. Mientras tanto, Argentina corre el riesgo de perder una oportunidad histórica para consolidarse como un referente en tecnología nuclear a nivel mundial.
(fuente: https://primereando.com.ar/)