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Maquinaria agrícola y autopartes, claves en la recuperación metalúrgica en las provincias

 

 

La maquinaria agrícola y la producción de autopartes fueron los sectores que impulsaron la recuperación de la industria metalúrgica en 2021 y en el primer bimestre de 2022, con una participación preponderante de Córdoba y Santa Fe, las únicas provincias con crecimientos porcentuales de más del 20%.

Los representantes de las cámaras provinciales agrupadas en el orden nacional en la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra) expresaron a Télam las diferentes realidades regionales, con matices en lo que entran en juego tanto las mejoras evidenciadas a partir de la flexibilización de las restricciones impuestas a la actividad económica por la pandemia de Covid-19 como la articulación de políticas nacionales y provinciales.

«Todos los niveles de actividad de la industria en general están en alza y en el caso de Córdoba hay dos sectores que lo impulsan: el automotor y el de maquinaria agrícola y agropartes», destacó en ese sentido Pablo Camacho, gerente de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba (Cimcc).

En el mismo sentido se manifestó Pablo Basta, gerente del Centro Industrial Las Parejas, que agrupa a los departamentos de Belgrano, Iriondo, Caseros y General López, en el sur de Santa Fe, quien remarcó que la industria metalúrgica de la región «tuvo una recuperación del 40% en comparación con 2020 y de alrededor del 50% respecto de la prepandemia».

Diferente es la situación en Mendoza, con un perfil más volcado hacia la provisión de equipos para la industria petrolera y la de agroalimentos, pero con «una matriz productiva muy difícil de ampliar, no por falta de recursos sino de consensos», según la descripción formulada por Mariano Guizzo, de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet).

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«En lo que respecta a la industria metalmecánica, a los mendocinos nos costó más llegar a los niveles prepandemia que a Córdoba, Santa Fe o Buenos Aires. La provincia siempre está un paso atrás, porque cuando el país crece le cuesta crecer un poco más que al resto, y cuando la situación es mala le suele ir un poco peor», aseguró.

La apreciación de Guizzo, a su vez presidente de Buccolini S.A., encuentra su respaldo en las estadísticas de producción elaboradas por Adimra: con un crecimiento global del 18,2%, Mendoza fue la única provincia con una mejora inferior al promedio (13,1%), ubicándose debajo de Córdoba (26,3%), Santa Fe (23,7%), Buenos Aires (18,8%) y Entre Ríos (18,3%).

No obstante, en el primer bimestre de 2022 quedó en evidencia la recuperación del sector proveedor de hidrocarburos que comenzó a fines del año pasado, ya que en esta oportunidad fue Mendoza la que lideró las subas con el 5,1% y la siguieron Entre Ríos (4,9%), Córdoba (4%) y Santa Fe (2,8%), en tanto en la provincia de Buenos Aires hubo una contracción del 1,4% (1,5% en AMBA y 1% en el interior).

Los representantes de las tres cámaras rescataron la asistencia financiera que a través de diferentes instrumentos nacionales y provinciales, como los programas Mendoza Activa (por su tercera edición), Santa Fe de Pie o las líneas de crédito del Banco de Córdoba.

CASI LA MITAD DE LAS FÁBRICAS DE MAQUINARIA AGRÍCOLA DEL PAÍS ESTÁN EN SANTA FE

La provincia de Santa Fe se caracteriza por contar con varios establecimientos productores de diferentes maquinarias agrícolas, con la fabricación de tractores, cosechadoras, pulverizadoras y diferentes implementos necesarios para la tecnificación de la actividad rural.

Para tener una cabal dimensión de la importancia del sector en la provincia, conviene remitirse a un estudio realizado por el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea que relevó 533 empresas en la provincia como parte del sector, sobre un total de 1.202 en todo el país, de lo que se desprende que el 44,3% de las compañías de maquinaria agrícola son santafesinas.

Más del 80% de las firmas se concentran en departamentos del sur de la provincia y al respecto Pablo Basta, gerente del Centro Industrial Las Parejas, destacó el impulso que tuvieron las empresas del sector tanto por el crecimiento de la producción agropecuaria como las medidas de asistencia financiera de los gobiernos nacional y provincial.

Si bien la producción metalúrgica santafesina también comprende otros rubros, como servicios conexos a la minería, hidrocarburos y ferrocarriles, la maquinaria agrícola es desde hace décadas la marca distintiva de la provincia.

Al respecto, Basta resaltó la recuperación de las exportaciones no sólo a países limítrofes sino también a Sudáfrica y países de Europa del Este (últimamente suspendidas tras la invasión rusa a Ucrania) como fruto de «un trabajo de largos años con agricultura de precisión».

El mercado exportador de maquinaria agrícola «tuvo un pico en 2013» y desde entonces no estuvo exento de los vaivenes generados tanto por la crisis financiera de 2018 como por la pandemia de 2020, pero el año pasado «mostró una recuperación del 60%», destacó.

Entre las empresas localizadas en el sur de la provincia, Basta señala a Crucianelli y Erca (ambas fábricas de sembradoras, en Armstrong), Apache (sembradoras, tractores, descompactador de suelo), Búfalo (sembradoras) y Ombú (acoplados, semirremolques bitrenes, desmalezadoras, rastras, pulverizadoras), las tres últimas en Las Parejas.

Asimismo, el proyecto de ampliación del parque industrial de Las Parejas prevé la radicación de 22 empresas.

De las 533 empresas relevadas por la Fundación Mediterránea, 211 son agropartistas, 277 se dedican exclusivamente a la fabricación de maquinaria agrícola y 45 fabrican tanto maquinaria agrícola como agropartes.

En cuanto a los principales agrupamientos de maquinarias agrícolas e implementos, 47 firmas fabrican acoplados, 43 son fabricantes de tolvas, 29 de sembradoras (de grano fino, grueso y combinado), 25 de mixers y dosificadoras y otras 25 producen máquinas de embolsado, extracción de granos y silos, y secadoras.

Con menor participación, 15 empresas fabrican fertilizadoras, 11 pulverizadoras autopropulsadas y ocho cabezales o plataformas, entre otras.

En cuanto a su distribución geográfica, las localidades del sur son las primeras, con 74 empresas radicadas en Armstrong, 73 en Las Parejas, 38 en Rosario, 37 en Venado Tuerto, 29 en Firmat y 22 en Casilda.

Basta puso de relieve la importancia que tuvo para la metalmecánica santafesina la consideración como «actividad esencial» del agro en la primera etapa de la pandemia, lo que se reflejó en 2021 con la venta de 21.850 diferentes unidades de maquinaria agrícola en todo el país, la segunda marca más alta de la historia.

Por tal razón, la actividad del sector metalúrgico de la provincia creció un 10% en 2020 en relación con el año anterior, uno de los pocos registros positivos en el marco de la pandemia.

En Córdoba, además, la industria autopartista provincial aprovechó el impulso de la recuperación de la producción automotriz, que el año pasado creció un 69% respecto de 2020: «dentro de la cadena de valor de las terminales, tenemos empresas que trabajan con Nissan-Renault, FIAT e Iveco; las únicas que en este momento tiene pérdidas en volumen son las que proveen cajas a Volkswagen, por una cuestión particular de configuración», aclaró Camacho.

De todos modos, recomendó «seguir con mucha atención» la evolución de las importaciones de insumos y del abastecimiento energético, dos variables sensibles para la producción manufacturera.

Asimismo, Camacho advirtió sobre ciertas asimetrías en la política arancelaria y al respecto trajo a colación un reciente informe de la Cimcc, en el que se señala que «el arancel promedio ponderado para (la importación de) autopartes es del 6/7%, para las materias primas es del 10/12% y para los moldes y matrices necesarios para los procesos de localización es del 35/28/14%».

«Ello incita muy claramente a importar las autopartes», aseguraron los industriales metalúrgicos cordobeses.

Por su parte, Guizzo lamentó en Mendoza la falta de «consensos» en torno de la utilización de los recursos mineros para la actividad industrial, y enfatizó la necesidad de «dar una mejor información a la sociedad» sobre el aprovechamiento de la minería con un criterio compatible con la preservación del ambiente.

IMPSA, VACA MUERTA Y PORTEZUELO DEL VIENTO, LAS APUESTAS DE LA INDUSTRIA METALÚRGICA MENDOCINA

La industria metalúrgica mendocina está pendiente del futuro de tres iniciativas que, en su conjunto, podrían representar un impulso significativo para el sector por su impacto en el desarrollo de proveedores de maquinarias y equipos.

Mariano Guizzo, gerente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet), manifestó a Télam su optimismo sobre un «cambio de ecuación» en el desarrollo sectorial a partir de la capitalización que la Nación y la provincia hicieran de Impsa, uno de los principales grupos industriales de la región.

En ese sentido, remarcó que en torno de la compañía «hay cerca de un centenar de pymes» que aguardan con expectativa la recuperación de la que fuera la empresa de los Pescarmona, en especial a través de proyectos de energías renovables.

Con una presencia más que centenaria (comenzó como un taller en 1907), Impsa se declaró en concurso de acreedores en 2014 y en un lapso de cuatro años consiguió reestructurar una deuda privada de unos 1.200 millones de dólares.

La familia Pescarmona pudo retener el 35% del capital de la compañía y el resto está controlado por un fideicomiso formado por el Banco Nación, el BICE y el BID, entre otros.

Las otras dos iniciativas no están al margen de la «falta de consensos» a la que Guizzo señala como una de las limitaciones al crecimiento de la industria en la provincia.

Una de ellas es el desarrollo de los yacimientos de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, del que Mendoza posee el 30% de su superficie, aunque a diferencia de Neuquén no registró avances en su explotación.

«En Neuquén fueron previsores, hicieron los estudios correspondientes, los caminos y las obras de infraestructura y logística, todo lo que no se hizo en Mendoza», lamentó Guizzo, quien no sólo reparó en las estadísticas que muestran el crecimiento acelerado de la producción de petróleo y gas no convencional, sino en la menor productividad en su provincia, a raíz de la maduración de los pozos y, por ende, su menor productividad.

Para Guizzo, la diferencia entre las dos provincias pasa por la ley 7.722 de 2007, que prohíbe el uso de determinadas sustancias químicas en la minería metalífera y que, además de los hidrocarburos no convencionales, también sería un obstáculo para el desarrollo de energías renovables.

Según el gerente de Asinmet, esa legislación obstaculiza la explotación en la provincia de yacimientos con alto contenido de cobre, que es utilizado en generadores solares, eólicos e hidroeléctricos, precisamente uno de los puntos fuertes de Impsa, y también en equipos vinculados con la explotación hidrocarburífera.

El tercer emprendimiento que impulsaría la actividad de varias pymes metalúrgicas es Portezuelo del Viento, un proyecto hidroeléctrico sobre el Río Grande cuyos primeros estudios datan de hace más de 70 años.

En este caso, las discrepancias entre Mendoza por un lado y, por el otro, La Pampa, Río Negro, Neuquén y Buenos Aires, las otras cuatro provincias que participan del Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (Coirco) en torno de los estudios sobre el impacto ambiental de la iniciativa, demoran el inicio de lo que se considera «la mayor obra de ingeniería civil de la historia» de la provincia cuyana.

La importancia que se le da en Mendoza quedó puesta de manifiesto en la carta suscripta en julio del año pasado tanto por Asinmet como por representantes provinciales de la CGT, la Unión Obrera Metalúrgica y la Unión Obrera de la Construcción, el bloque de empresas de servicios petroleros y las cámaras territoriales de Malargüe.

«Es nuestra responsabilidad apoyar las inversiones que generan impacto positivo en la economía y nuestra obligación brindar información oficial sobre la realidad de esta obra», señalaron.

Fuente: Télam