por Alfredo Guillermo Bevacqua –
Después de 30 años en manos de privados que dejaron un saldo absolutamente negativo, el Estado argentino resolvió no renovar los contratos con empresas privadas que tenían a su cargo las líneas del Ferrocarril Sarmiento, Mitre y Roca, según la tradicional denominación que el gobierno del General Juan Domingo Perón, respetó cuando fueron nacionalizados en un histórico 1° de marzo de 1947.
Puede decirse que culmina así un período en el que se produjo el desmantelamiento de un medio de transporte al que los países mas avanzados del mundo dan prioridad y que estuvo muy lejos de servir al interés general que se invocó cuando privatizados durante el gobierno del Dr. Carlos Saúl Menem, generando la algazara de quienes rechazan la presencia estatal en actividades que dicen, pueden desempeñar los privados. La experiencia ha sido lamentable.
La crítica y el reclamo que se hacía al Estado era que priorizaba el transporte de pasajeros y que se desatendía el de carga, no estimulándolo y no renovando el material tractivo y que como consecuencia el tonelaje disminuía año a año. Cuando se privatizó el transporte de cargas quedó en manos grupos de accionistas propietarios de empresas que las pusieron al servicio exclusivo de su producción.
En nuestra provincia, en toda la Mesopotamia, hemos sido testigos de un verdadero asesinato del sistema ferroviario, perpetrado por la empresa brasileña ALL, con sede en la ciudad de Curitiba. A partir de 2010 los brasileños practicamente decidieron abandonar la prestación del servicio, ya que no tenía la rentabilidad que supusieron cuando se hicieron cargo; poco hicieron para que el tráfico no creciera y pusieron en práctica una política de “mantenimiento cero”. A diario se tenía noticias de descarrilamientos, de puentes cortados, de vías en pésimo estado que obligaban a un tránsito lentísimo.
Pasar por cualquier pueblo entrerriano que tenía servicio ferroviario es observar con pena, las la zonas de vías con vagones arruinados y máquinas con el color del herrumbre. Bastará llegar hasta nuestra céntrica estación de ferrocarril, hoy convertida en Predio Multieventos, para que nos invada la nostalgia.
Los brasileños iniciaron en su momento una negociación para ceder sus líneas a otros concesionarios, lo cual podría haber resultado posible, porque la Secretaría de Transporte quería que la transacción incluyera la red del Mesopotámico, y los nuevos inversionistas veían con agrado asumir un negocio que estimaban rentable, teniendo la posibilidad así de mejorar, aquello que ALL no supo gestionar. La tragedia de Once fue un telón abrupto, inesperado y brutal.
Mencionamos antes el año 2010; en ese año volvieron a circular trenes de pasajeros en la provincia de Entre Ríos; un soleado mediodía de sábado partió desde la estación de nuestra ciudad un tren de pasajeros con destino a Paraná, viajando en el mismo el Gobernador Sergio Daniel Urribarri y nuestro copoblano el vicegobernador José Eduardo Lauritto.
Poco tiempo después un moderno coche Materfer recorrería desde Paraná a Concepción del Uruguay los días viernes y el trayecto inverso los domingos, en un tiempo aproximado de 8 horas; paralelamente, mediante unidades mas pequeñas y livianas operaba un servicio ferroviario en localidades del departamento –o Gran Paraná-, que trasladaba en forma gratuita a quienes se dirigían a la capital provincial y lo devolvían a sus pueblos en horas de la tarde. Creemos que ese servicio se mantiene solo desde Colonia Avellaneda-Paraná-Cnia.Avellaneda.
Fueron muchas las veces en que el Materfer no cubría el trayecto completo, por descarrilamiento, por animales que se atravesaban en las vías y atropellaba alguno, o por algún desperfecto de la unidad motriz. El viaje era agradable, cómodo; para los fanáticos del tren, francamente hermoso. El costo del pasaje era $ 1.- por cada estación; por ejemplo, a Basavilbaso desde Uruguay, eran $ 5.- A Paraná el costo era de $ 24.-
El 18 de septiembre de 2013, el entonces ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo y el gobernador de la provincia de Entre Ríos, Sergio Urribarri, firmaron un convenio por el que la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado pasó a encargarse del costo operativo del ramal, siendo la responsable del servicio de pasajeros, y la Administración de Infraestructura Ferroviaria la encargada del mantenimiento e infraestructura del ramal.
Pero el 10 de diciembre de 2015 asumió el gobierno de la Nación, el Ingeniero Mauricio Macri, quien en campaña prometió la continuidad de todo aquello que se hubiera hecho bien y en beneficio del pueblo. Es así que, no bien comenzado el 2016 por decisión del nuevo Ministro de transporte, Ing. Guillermo Dietrich todos los ramales de Entre Ríos fueron paralizados cancelándose los servicios locales de Paraná, la capital provincial, que fueron suspendidos en enero de 2016, el tren Paraná – Concepción del Uruguay, suspendido en febrero de ese año, y el servicio Basavilbaso – Villaguay (el tren de las maestras, así llamado porque el utilizado por los maestros que viajaban a dar clases en las escuelas ubicadas en ese trayecto) que dejó de circular en abril de 2016.
Volviendo
Pero el 10 de diciembre de 2019 hubo cambio de gobierno. Entre las acciones prometidas estaba la recuperación del sistema ferroviario. Unos pocos en el mundo pronosticaban que algo mas mortífero que la última gran guerra asolaría al mundo desde noviembre de 2019.
Así y todo, pese a la pandemia, han vuelto a circular trenes después de muchos años y se proyectan otros que en pocos meses estarán circulando, como el caso del tren de cercanías de Rosario, que unirá diariamente Cañada de Gómez con Rosario; un recorrido de 70 km. y que es muy utilizado por los trabajadores de las localidades cercanas.
Al tomar conocimiento de estas buenas noticias –que vuelva el tren, lo será siempre en cualquier lugar- retorna la ilusión que tal vez nuestros gobernanantes, los intendentes de las ciudades que tienen posibilidades de tener el servicio ferroviario, se movilizan para hacerlo realidad.
Como ya lo dijerámos en otra oportunidad será hora de reflotar el proyecto que en el 2006 presentará el entonces Diputado de la Nación, Dr. José Eduardo Lauritto, al Gobernador Jorge Busti y presentado en la Secretaria de Transporte de la Nación. Obviamente que aquel era “el ideal”,el que respondía a todas las posibilidades, tal vez hoy, haya que pensar “solo en el que es posible”.
Quince años atrás, y con el enfervorizado trabajo de ex ferroviarios se hizo un trabajo de relevamiento de vías, de material rodante que estaba en poder de la provincia y de la cantidad de población alcanzada por el servicio, se calculaba que 632.000 entrerrianos se beneficiarían con el paso del tren.
Resulta Indudable que es una deuda que tiene que el Peronismo que nacionalizó los ferrocarriles, que fortaleció la red ferroviaria, que puso en movimiento un servicio de pasajeros que era un orgullo por su calidad. Es cierto que durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se renovó y modernizó totalmente en el AMBA el servicio de pasajeros, dio un vuelco de calidad rotundo, en cantidad de frecuencias y en comodidad al incorporarse los trenes chinos. Recordamos la llegada de cada barco, desde donde bajaban modernas locomotoras y coches, y junto a ellos, posando enchochecido Florencio Randazzo. Posiblemente estimaba que esa periódica foto bastaría para obtener la candidatura presidencial. Los trenes están. Randazzo al saber que no sería candidato a presidente, lloró, se enojó y se fue. Dos años después, el Pro según el periodista de La Nación, Hugo Alconada Mon, pagó su campaña a Diputado Nacional; sacó 5 % de los votos. El peronismo perdió por tres puntos… Las fotos para algo le sirvieron, aunque no para alcanzar una banca.
Hecha esta digresión vemos con esperanzas que se están dando pasos en la recuperación del ferrocarril, sería bueno que no fuera solo preocupación de los entusiastas integrantes de Ferroclubes, sino que autoridades y fuerzas productivas acompañaran a concretar el retorno, de una ida que nunca debió producirse.
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 2/7/2021