Por Susy Quinteros –
Mujer que escribe
Aún lleva en la cartera una libretita en la que anota poemas y frases deshilachadas escritas al pasar. Recoge nombres, fechas, reminiscencias y nuevas ideas. Siempre hubo un libro bajo la almohada y un escritor que le hablaba al oído de sentimientos y creación. Un día supo que nació para escribir lo que sentía y darlo a conocer. Dentro de un diario íntimo vivió su adolescencia. Nadie supo que allí dejaba cada rayo de luz, cada tristeza y una enorme soledad que no hallaba destino en la trama real. Siempre había un silencio que la desconocía y una cadena de afanes en la espalda. Nada contaminó sus palabras. En conversaciones de alma llamó a sus iguales. Hubo un tiempo de hijos, espléndidos jardines y paciente deambular.
En los estantes de hoy, libros publicados le dicen que fue fiel a ese profundo mandato de campos adornados con girasoles y sabios crepúsculos.