En abril los depósitos privados en dólares (argendólares) vivieron una diáspora detonada por el enrarecido clima preelectoral, la suba de los tipos de cambio informal y financieros, el drenaje de reservas del Banco Central (BCRA) y su exiguo stock.
Así a lo largo de abril el sistema financiero registró una salida de casi u$s760 millones de argendólares, concentrada principalmente en la segunda quincena epicentro de una nueva fase de la crisis cambiaria. Pero en la primera parte de mayo el comportamiento de los argendólares parece mostrar una mayor estabilidad. Durante la primera quincena, con datos al 17, último disponible, el stock de argendólares crece en unos u$s20 millones. Lo que, si bien este bajo guarismo no mueve el amperímetro del sistema, no deja de ser un dato alentador.