En el acto se reflejó la preocupación por el panorama laboral. La CGT y la CTA expresaron duros cuestionamientos por la pérdida de las conquistas
obtenidas.
En la plazoleta de bulevar Yrigoyen y Supremo Entrerriano, donde se ubica el monumento alusivo en Concepción del Uruguay, se conmemoró ayer por la mañana el Día Internacional del Trabajador. El acto, organizado por la Regional del Confederación General del Trabajo (CGT) junto a los restantes sectores que conforman el Movimiento Obrero Social Uruguayense (MOSU), contó con la presencia de funcionarios municipales y dirigentes y afiliados de numerosos sindicatos.
En el inicio, Héctor Caffa enumeró a las entidades adherentes al homenaje e invitó al intendente José Eduardo Lauritto y a Mario Romero (Apinta) como a Adalberto Sosa (CGT y La Bancaria) y al diputado nacional Julio Solanas a izar la bandera nacional y la banderola de la central obrera, respectivamente.
Tras la interpretación de las estrofas del Himno Nacional Argentino se procedió a la colocación de ofrendas florales al pie del Monumento al Trabajador. Así lo hicieron, en primer término, los concejales Sergio Vereda y Guillermo González junto a Osvaldo Mazzarello, en representación del Gobierno y Pueblo de Concepción del Uruguay; seguidos por Ángela Lloret y Roberto Lencina, por la Regional de la CGT; y Rubén Molina y el diputado provincial Marcelo Bisogni, por el Consejo Departamental del Partido Justicialista (PJ).
El acto prosiguió con el saludo de Rubén Lafuente (Molineros y Corriente Federal de Trabajadores) y el documento único del MOSU en la voz de Fernanda Pepey (Agmer y CTA) y Héctor Montenegro (CGT).
“Conmemoramos una fecha que significó la lucha y la defensa de los derechos de los trabajadores del mundo entero. En la Argentina de hoy, la realidad nos muestra un modelo neoliberal, conservador y genocida, que apunta a destruir todos los logros obtenidos. Vivimos momentos de atropellos, desconocimientos de convenios, despidos de toda índole, imposiciones de criterios salariales que son más que migajas en un contexto económico que se pretende tapar y nos hunde, día a día, en la miseria, el hambre y el vacío de una nación que vemos, perplejos, cómo se cae”.
«Como trabajadores, no podemos permitir que estos poderes, con sellos extranjeros, fundan a nuestra patria y nos llueven puestos como monedas de cambio. Es momento de dejar de lado la indiferencia y la hipocresía para volver a ser el pueblo solidario que alguna vez fuimos. El miedo no puede destruir nuestras convicciones. Las conquistas sociales y laborales costaron mucho para entregarlas a estos sectores todopoderosos y que llegan hoy a límites inimaginables”, se subrayó.
(fuente: La Calle)