por Pablo Stein –
De sus modestos inicios como simple pulpero (bolichero, dirían nuestros abuelos) a estanciero propietario de un millón de hectáreas, empresario y posiblemente en sus tiempos el hombre más rico de la Argentina, son muy pocos los que han escrito sobre Justo José de Urquiza y la enorme fortuna que dejo de herencia.
¿Era rica la familia Urquiza?
No lo era en absoluto. Josef, su padre llego a la provincia como administrador de campos del presbítero Pedro García de Zuñiga protegido por su tio materno Martin de Alzaga, quien si era propietario de una de las fortunas más grande de Buenos Aires.
Si bien en un corto espacio de tiempo, Josef progreso de forma tal que fue dueño de sus propios campos, y Justo José va a ser el hijo número once de los Urquiza –García y Juan José, uno de sus tres hermanos nacidos en Buenos Aires, fue quien, de acuerdo a las investigaciones de Roberto Scmit, le facilito los 3.000$ con el cuales inicio su emprendimiento de ramos generales (1)
Negocios y política
Nada nuevo en Argentina. Basta recorrer los nombres actuales para entender esta vieja práctica. Damos algunos nombres del pasado: Manuel de Sarratea, presidente del Primer Triunvirato; Norberto Quirno Costa, Vice-presidente en 1898; Carlos Pellegrini, Presidente 1890; Luis Sáenz Peña, Presidente en 1892; Eduardo Racedo, Gobernador de Entre Ríos en 1883.
Hacia el año 1822, aun no se vislumbraba el éxito comercial que acompañaría a Justo José, pero un año después, ingresaría a la vida política y su destino cambiaría por completo.
Lazos familiares y negocios
El primer socio del pulpero Justo José es uno de sus cuñados y hombre de solida fortuna, Pedro Elia casado con su hermana Teresa.
Su hermano Cipriano se casó en primeras nupcias con María de Jesús López Jordán y Justo José tuvo una hija con su cuñada; Cruz López Jordán, madre de Ana Urquiza de Victorica.
Todo el entramado familiar de Don Justo, estuvo relacionado con importantes comerciantes y estancieros y las hermanas fueron el nexo que le permitió estas relaciones, si bien el mismo tuvo amoríos con las niñas de esa sociedad permitiéndose reconocer a los hijos que tuvo con diferentes mujeres con las que convivió, claro está, siempre y cuando estas pertenecieran a familias tradicionales como los Calvento, solo por citar un ejemplo.
Sin dudas el cuñado de Urquiza que sobresale entre estos, es Vicente Montero, padre de quien por muchos años dio nombre a una calle principal de C. del Uruguay.: Vicente Honorio Montero Urquiza.
En efecto, el padre de Vicente H. Montero se casó con dos hijas de Josef de Urquiza. La primera; Ana Josefa Urquiza García que murió muy jovencita y Montero, luego de enviudar desposo a su hermana Matilde Micaela, o sea se casó con su cuñada y de este matrimonio es hijo Vicente Hache.
Un rápido crecimiento económico
Propiedades urbanas, bienes industriales, el saladero Santa Cándida, graserías, títulos públicos, acciones en bancos, prestamos, acciones en distintas empresas, giros mercantiles, un millón de hectáreas en campos, entre los que figura el insólito regalo que le hizo el gobierno de Santa Fe, siendo Urquiza el presidente de la Confederación: la estancia Rincón de San Antonio, “donada” por Juan Pablo López, gobernador santafesino, en el Departamento San Cristóbal, Distrito Soledad, y que tenía 4 leguas de frente por cinco de fondo, sumando un total de 53.698 hectáreas (2) ,se contabilizaron como posesiones al momento de su muerte en 1870.
Cuando el historiador Juan Antonio Vilar de la Universidad Nacional de Entre Ríos afirma que hay que “denunciar a los terratenientes de Argentina con pelos y señales”, está haciendo referencia a los anhelos Artiguistas de una República Federal y Popular que señalaba en su “Reglamento de Tierras” afirmando que había que distribuir las tierras entre indios, zambos, negros libres, criollos pobres, viudas de soldados de la patria y que para ello se utilizaran las tierras de los malos europeos y peores americanos (3) .Precisamente estamos en presencia de un mal europeo; Josef de Urquiza, cuyos campos debieron ser expropiados cuando huyo a Montevideo para apoyar a los realistas después del 25 de mayo de 1810 y un mal americano, su hijo Justo José que solo se ocupó de atesorar riquezas sin preocuparse por la suerte de su gente que vivía en ranchos de adobe, mientras el construía lujosas mansiones.
¿Eran legales sus posesiones?
La oligarquía en Argentina siempre se las arregló para sacar beneficios y podemos asegurar que no solo en Entre Ríos, sino que en todo el pais han manejado y lo siguen haciendo, el remedo de justicia que existe en Argentina. Analicemos estas palabras de quien fue por largos años Secretario de Urquiza y que convivía en Palacio San José con toda la familia del general.
“La fortuna del general no está saneada y lejos de eso, es muy posible que sus hijos, al menos los legítimos, se queden en la calle el día en que el aura de la libertad y la justicia roce la frente de la provincia mártir, pues a juzgar por las numerosas reclamaciones que existen contra los intereses particulares del general Urquiza, muy poco o nada será lo que les quede” (4)
Nada de esto ocurrió y la herencia se repartió en su totalidad. Cuando nuevamente hay empresarios y terratenientes denunciados en Entre Ríos, les recuerdo una vez más que “El pasado casi siempre explica el presente”.
Notas
(1) Roberto Smith; “Tradición y modernidad” Revista Scielo Analyties”; 2007.
(2) Julio del Barco-Liliana Montenegro; “Los premios en tierras fiscales por servicios militares…” Revista de la Junta Provincial de Estudios Históricos, 2004.
(3) Juan Antonio Vilar, reportaje del periodista Tirso Fiorotto en Diario Uno del 19/03/2020
(4) Juan Coronado; “Misterios de San José…” Tomo 1, pag. 145; escrito en 1861, en vida de Urquiza.
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 8/4/2021