Desde Senasa advierten que hace décadas que no veían una explosión poblacional tan importante del insecto. Se declaró la emergencia fitosanitaria hasta agosto de 2019. ¿Hay riesgo de que llegue a Entre Ríos?
La intensa actividad de las langostas preocupa. En junio reingresaron a la Argentina desde Paraguay y atacaron cultivos en el norte del país. «Hoy la superficie de vigilancia es muy extensa, abarca 8 provincias y unos 400.000 kilómetros, y tenemos un mapa que muestra las zonas afectadas. Hace más de 60 años que no veíamos una explosión poblacional como la de ahora», advirtió Héctor Medina, coordinador del Programa Nacional de Langostas y Tucuras del Senasa.
El experto precisó que en Chaco y Santa Fe el nivel de infestación es bajo, pero en el NOA –Salta, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero– la presencia de langostas voladoras es elevada. En tanto que en el centro del país se registra un nivel medio de infestación en Córdoba y algunos focos en La Rioja, pero preocupa la posible dispersión hacia otras provincias de la región.
Con el objetivo de contener su avance y evitar la formación de mangas que migren a otras zonas productivas del país, el Senasa declaró la emergencia fitosanitaria. «El anuncio difundido en agosto de 2017 prevé que la plaga va a seguir, al menos, hasta agosto de 2019. Es un problema que no se va solucionar de un día para el otro», reconoció el coordinador del Senasa.
Es un insecto que se caracteriza por su gran facilidad para migrar de un sitio a otro y se reproduce muy rápidamente. «En el mundo, cada 15 o 20 años se dan condiciones que favorecen el crecimiento exponencial de estas poblaciones. El clima tiene un rol central», explicó Medina.
Como es un problema que depende de múltiples factores, el comité interinstitucional de crisis por emergencia de la langosta comandado por el Senasa advierte sobre la necesidad de realizar el monitoreo permanente de los lotes y denunciar la presencia de langostas lo antes posible a los organismos involucrados.
En Entre Ríos el riesgo es bajo
«El riesgo para Entre Ríos es bajo pero la posibilidad aunque es mínima está, porque la plaga está presente en regiones cercanas y porque históricamente Entre Ríos fue una de las provincias que estuvo afectada», explicó el profesional del Senasa nacional sobre la explosión de langostas que desde hace casi «60 años» no se registraba en el país.
«Entre Ríos tuvo la plaga de la langosta previo a la década del 50. Una de las primeras legislaciones es de 1850 de cuando Urquiza era gobernador, por lo cual es algo que pasó y es algo que está cerca, aunque los niveles de infestación en el NEA son bajos», añadió Héctor Medina.
Por la invasión de estos insectos que atacan todo tipo de vegetación y que -cabe aclarar– no son una amenaza para las personas, el Senasa emitió en junio del año pasado un alerta fitosanitario que se extenderá hasta junio del año próximo.
A su vez, el organismo en conjunto con el INTA, puso en circulación un manual de control y monitoreo para informar principalmente a productores agropecuarios sobre el peligro de la langosta y acerca de cómo mitigar la plaga.
En este sentido, el coordinador del Programa de Acridios remarcó la importancia de que la población conozca la plaga, sepa distinguirla (por ejemplo de las conocidas tucuras que son poco perjudiciales para el agro) y tenga herramientas para poder actuar frente a ella rápidamente. Como recomendación, pidió «estar alertas» e instrumentar un «monitoreo» de la situación.
La gran capacidad de dispersión que tiene la plaga es su arma más peligrosa, ya que con viento a favor puede trasladarse hasta 150 kilómetros en un día y eso hace que vaya de región a región en poco tiempo. Así ingresó al país por Chaco, en 48 horas, procedente de Paraguay.
«Es una especie que se alimenta de cualquier vegetal más allá de alguna preferencia; puede comer mucho monte pero si pasa por un cultivo puede llevárselo íntegro. Hemos registrado daños en trigo, cítricos, maíz y caña de azúcar. Es una gran amenaza», advirtió el funcionario.
Fuente: Clarín – APF Digital