[vc_column_text title=»Por Luis María Amarillo» pb_margin_bottom=»no» pb_border_bottom=»no» width=»1/1″ el_position=»first last»]
“El 29 de agosto de 1857 la primera línea ferroviaria argentina de 10 km de extensión, fue inaugurada solemnemente con asistencia de las autoridades y de los hombres prominentes de la ciudad. Es ésta una fecha que debe ser fastuosa.” Raúl Scalabrini Ortiz. Historia de los Ferrocarriles Argentinos. Pag. 29 Edit. Plus Ultra.
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Próximo a cumplirse el 159º aniversario aprovecho para saludar con alegría pero con muchas dudas la noticia de la puesta en marcha de los trabajos de rehabilitación del mítico ramal ex F.C.Gral Belgrano desde San Salvador de Jujuy hasta La Quiaca y de las gestiones que se están llevando a cabo para la reactivación del ramal entre Basavilbaso y Concepción del Uruguay del ex F.C. Gral. Urquiza, es de desear que se trate no de rehabilitación ni reactivación sino de una reconstrucción y renovación de cara a los tiempos que vivimos y a las exigencias que demanda el siglo XXI en su segunda década, dando prioridad a los adelantos tecnológicos que hoy se utilizan en esa materia y el proyecto enmarcado en un plan nacional que contemple la integración al Mercosur y a la Comunidad Andina. La elaboración y ejecución de tanta importancia y trascendencia se encuentre en manos de calificados expertos que agreguen a sus antecedentes: probada honestidad y adhesión a la defensa de los intereses de nuestro pueblo, lo contrario sería volver torpemente a tropezar con las mismas piedras y poner el carro delante de los caballos.
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La recuperación y puesta en funcionamiento de los ferrocarriles argentinos, junto con otros proyectos centenarios de tal trascendencia como la canalización de los grandes ríos y sus principales afluentes, la reactivación de la industria naviera otra actividad desguazada durante la segunda década infame a fines del siglo pasado, la incorporación de fuentes de energía renovable aprovechando los vientos permanentes de la Patagonia; las mareas constantes en los golfos del Mar Argentino, la defensa e industrialización de la riqueza ictícola de nuestros mares, la explotación sustentable y ecológica de las minas de oro, plata, manganeso, cobre, etc. que fueron motivos de disputa por los años 50, entre la Provincia, la Nación y la Universidad de Tucumán, se conoció como la “Pueblada de Catamarca”; ya se hablaba en aquel momento que las divisas provenientes de las minas Aguas del Dionisio (Bajos de la Alumbrera) garantizaban cien años de enseñanza en esas Cátedras.
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Sobre nuestros ferrocarriles, la mayor víctima de los gobiernos corrompidos, sus ruinas son la prueba incontrastable del paso de estos modernos Atilas, pienso; que no somos pocos los que sentimos pena al ver las maravillas ferroviarias que ofrecen los países del primer mundo. La tecnología que se utiliza para su emplazamiento que nosotros largamente carecemos. Su ausencia no solamente debilita nuestro potencial económico, altera la cadena de valores de los bienes, encareciendo aun mas los precios de los alimentos que la nueva administración con su política ha llevado a niveles privativos para la mesa de los pobres; como también su incidencia conspira gravemente contra la seguridad y el mantenimiento de nuestras rutas, las muertes y lesionados a diario por accidentes, con sus secuelas de sangre y de dolor impensable e indecible superan, holgadamente las que hasta el momento producen las epidemias. Es tan terrible la realidad que por su reiteración han llegado a transformarse en noticias que no conmueven y van fríamente a llenar las estadísticas del horror.
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Su ejecución bien podría elaborarse con un plan Keynesiano o un Plan Marshall al “uso nostro”, significaría trabajo digno para miles de trabajadores y una formidable inyección de capitales para generar una transformación económica sin precedentes. A veces pienso, tal vez se trate de un sueño delirante, que padecemos muchos de nosotros que de distintas maneras nos duele nuestro querido e inigualable país.
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Para esta nueva etapa no figuraba y si figura debe rezar como el conocido dicho “efectivamente todo lo contrario” Ubaldini dixit; en la Agenda de alguno de los políticos que supimos conseguir y esperarlo del actual gobierno me trae a la memoria una de las últimas Cartas al País de Scalabrini en la revista “Qué.sucedió en 7 días” cuando el cáncer lo consumía.
[/vc_column_text] [divider type=»standard» text=»Go to top» width=»1/1″ el_position=»first last»] [testimonial title=»“Veo al Almirante Rojas, alto, rubio, de ojos azules desde la cubierta del acorazado Gral. Belgrano, parado oteando el horizonte, pido un termómetro, tengo fiebre, mucha fiebre. Me despierto leo los diarios del día, pienso tendré otra vez fiebre, no lamentablemente no, es el país que tiene fiebre, fiebre; mucha fiebre…”» text_size=»normal» item_count=»6″ order=»rand» category=»all» pagination=»no» page_link=»no» width=»1/1″ el_position=»first last»] [box type=»whitestroke» pb_margin_bottom=»no» width=»1/1″ el_position=»first last»]
Aquí adjunto dos videos que nos muestra tecnología utilizada desde las dos últimas décadas del siglo XX en los ferrocarriles de EUROPA y de ESTADOS UNIDOS.
https://www.youtube.com/watch?v=rlnooDUqfMc
https://www.youtube.com/watch?v=XdL0Dh_I49E
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